Habitantes del centro poblado de Neshuya, en Pucallpa, expresaron su malestar, puesto que al lado del cementerio donde tienen enterrados a sus seres queridos se ubica un botadero de basura.
Gran cantidad de desperdicios acumulados, agua estancada, gallinazos y olor nauseabundo. Ese es el panorama en el lugar, que se ha convertido en un foco infeccioso que podría perjudicar a las personas que llegan a visitar a sus difuntos.
“Más o menos ya dos años que tenemos este problema con el alcalde del poblado menor de Neshuya. Nosotros no podemos venir a rezar ni nada, porque un ratito estamos ahí parados y vienen las moscas, zancudos, moscos. No se puede. Es un olor horrible”, dijo a Canal N una pobladora.
Según acotó, el centro de salud de la zona también bota desperdicios médicos en el basural. Afirman además que en el camposanto se encuentran los fundadores del centro poblado.