Fernando Vivas

El impromptu fujimorista de pedir un ‘adelanto del adelanto’ (del 2024 al 2023) no pintaba bien. Nació en el partido, no convenció a toda la bancada (Tanía Ramírez se rebeló, y un par optó por el viejo truco del ausentismo) y fastidió mucho a la derecha (más detalles en mi crónica “Los ‘fujis’ se adelantan”). La izquierda, que se supone debía respaldar la premura, receló de su polo opuesto y se entercó en la condición de la asamblea constituyente. Fuerza Popular estaba prácticamente sola, en posición adelantada, impedida de anotar en el arco. Al final, se perdió la votación en primera instancia que ya se tenía para elecciones en el 2024, se perdieron dos reconsideraciones y, más grave aún, se pateó el nuevo proyecto del Ejecutivo.

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