El pasado domingo 10 de abril, la última encuesta de Ipsos Perú para Cuarto Poder reveló un nuevo récord en la subida de la desaprobación presidencial. Con 76% de rechazo, Pedro Castillo se convirtió en el presidente más impopular de los últimos 20 años en el noveno mes de gobierno. La misma cifra arrojó el estudio de Datum.
En las últimas dos décadas, ningún jefe de Estado alcanzó una cifra tan alta de desaprobación a tan poco tiempo de iniciada su gestión. El único mandatario que obtuvo números similares dentro del primer año de mandato fue Alejandro Toledo, aunque recién en el duodécimo mes. En ese entonces, el líder de la chakana alcanzó un 76% de desaprobación y tan solo 18% de respaldo.
A diferencia del caso de Pedro Castillo, en el que el rechazo se atribuye a motivos de gestión –como los nombramientos polémicos en puestos del Estado– y a acusaciones de corrupción, la popularidad de Toledo se vio golpeada por motivos, más bien, personales. En aquel entonces, la población mostró su rechazo a la negativa del presidente de reconocer la paternidad de su hija Zaraí.
En efecto, en la encuesta de julio del 2002, el motivo más mencionado para desaprobar a Toledo fueron su negativa a hacerse la prueba ADN (57%). Otros motivos señalados fueron la pérdida de credibilidad (53%) y la falta de liderazgo (52%).
“Es algo que ocurre en muchas familias, y que un padre no reconozca a su hija es claramente condenable. En cambio, ahora hay otras razones para la desaprobación (de Castillo). Uno son los indicios de corrupción, otro el mal manejo del Estado, existe una situación de desgobierno que genera un gran malestar en la población que se ha ido acumulando. Una razón adicional que no es directamente culpa del gobierno es la inflación, que si bien es una situación internacional, el gobierno la ha manejado mal”, señala Alfredo Torres, presidente ejecutivo de Ipsos Perú.
El rechazo siempre llegó tarde
En las últimas dos décadas, todos los presidentes salvo Martín Vizcarra y Francisco Sagasti alcanzaron picos de desaprobación de más del 70% en algún momento de su mandato (ver infografía). A diferencia del caso de Pedro Castillo, sin embargo, ello ocurrió al menos un año y medio después de que hayan asumido la presidencia.
Pedro Pablo Kuczynski, por ejemplo, obtuvo un 76% de rechazo en marzo del 2018 –un año y siete meses después de iniciado su mandato–, luego de que el exdirectivo de Odebrecht en el Perú, Jorge Barata, declarara ante la fiscalía haber entregado US$ 300 mil en aportes para su campaña presidencial del 2011.
En el caso de Ollanta Humala, tuvieron que pasar más de cuatro años de gestión para llegar al pico de 81% de desaprobación en setiembre del 2015, a menos de un año de terminar su mandato. Aquella encuesta reflejó el malestar de la población por la revelación de las agendas de Nadine Heredia, que mostraban el manejo de las cuentas y aportes del Partido Nacionalista y consignaban anotaciones referidas a la empresa Odebrecht.
Por su parte, el récord de rechazo a Alan García se dio en setiembre del 2008, dos años y un mes luego de asumir la presidencia. Los principales motivos señalados para desaprobar al jefe de Estado fueron el crecimiento de la inflación, el incumplimiento de promesas y la falta de empleo.
Por último, quien obtuvo la mayor cifra de desaprobación de los últimos 20 años fue Alejandro Toledo, quien alcanzó un 90% de rechazo a los dos años y medio de haber iniciado su gestión. En aquella ocasión –febrero del 2004–, el descontento se midió justo luego de que se difundiera el audio “Almeyda-Villanueva”, en el que se escuchó al asesor presidencial César Almeyda conversar con el general EP (r) Óscar Villanueva, cercano a Vladimiro Montesinos, sobre la posibilidad de conseguir que se revoque la orden de detención que pesaba sobre él.
Para Torres, la caída prematura de Castillo en comparación a sus predecesores responde a que “sus limitaciones y su falta de capacidad de convocatoria han sido evidentes”. Un ejemplo es la duración de los gabinetes ministeriales.
“No ha habido ningún gobierno que tenga cuatro gabinetes en menos de un año. Normalmente, el primer gabinete era relativamente estable, duraba un tiempo y luego se reemplazaba. Ahora lo que se ve es una entrega por cuotas de poder y lo que genera rechazo es la calidad de las personas convocadas, que en muchos casos tienen antecedentes muy preocupantes”, indica.
Según el analista político Rober Villalva, otro factor que podría explicar por qué el respaldo de Castillo cayó tan pronto en comparación con sus predecesores es la mayor exposición a la información que existe hoy en día debido al acceso a internet y a las redes sociales.
“20 años después del gobierno de Toledo, los ciudadanos peruanos estamos mucho más expuestos a la información. El ciudadano, hoy en día, está más informado y tiene más capacidad de ejercer su opinión pública”, asevera.
Villalva considera el mandatario pudo haber aprovechado el crédito político que le dio la elección para buscar consensos. No haberlo hecho, asegura, ha tenido como consecuencia una desaprobación creciente.
“El gobierno desperdició nueve meses de capital político para construir consensos mínimos que le hubieran permitido gobernabilidad. Todo lo tiró al tacho”, señala.
Después de la tormenta
En los últimos 20 años, cuatro presidentes lograron terminar su mandato a pesar de los picos de desaprobación. Solo Pedro Pablo Kuczynski y Martín Vizcarra dejaron el cargo antes de tiempo.
En el caso del primero, este renunció a la presidencia en marzo del 2018, el mismo mes en que alcanzó su máximo rechazo. Vizcarra, por su parte, sobrevivió por casi dos años y medio luego de su pico de desaprobación. En noviembre del 2020, fue vacado por el Congreso de la República por motivos distintos a los que lo llevaron, en junio del 2018, a la cifra más alta de rechazo de su gestión (48%). Mientras que en ese entonces los encuestados señalaron escasos avances en materia de economía, seguridad ciudadana y lucha contra la corrupción como motivos de desaprobación, Vizcarra Cornejo fue destituido de la presidencia luego de que colaboradores eficaces lo acusaran de haber recibido sobornos por obras cuando fue gobernador regional de Moquegua.
¿Cuál será la suerte de Pedro Castillo tras alcanzar más del 70% de rechazo a menos de un año de gobierno? Para Torres, la recuperación del respaldo presidencial es poco probable. Según señala, la continuación de los conflictos sociales y los avances en las investigaciones por corrupción en el gobierno podrían desencadenar en una renuncia del presidente o en una vacancia por parte del Congreso.
“Ha habido momentos en los cuales, en una crisis determinada, algunos presidentes han caído a este nivel de rechazo y luego se han recuperado. Pero son presidentes que tenían mucho más experiencia política, un mejor equipo y más recursos. Eso no se ve en este caso. Entonces, creo que es poco probable que Pedro Castillo pueda concluir su mandato”, advierte.
En la misma línea, Villalba sostiene que, si la tendencia de rechazo continúa, el mandatario podría alcanzar, al menos, un 90% de desaprobación en julio. La única manera de que el gobierno pueda recuperar el respaldo, indica el analista, sería focalizar esfuerzos en reducir la incertidumbre, especialmente en el plano económico.