En sus primeros 45 días de gestión, han sido breves y escasas las ocasiones en que el presidente Pedro Castillo ha cedido espacio a reporteros en actos oficiales. Pero lo más llamativo es que a casi dos meses como jefe del Estado no haya brindado una sola entrevista local ni internacional.
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En al menos los últimos 10 años, dialogar largamente con uno o más periodistas era una práctica común de los mandatarios poco tiempo después de asumir el cargo o incluso tras perfilarse electos. De esa manera respondían a cuestionamientos e interrogantes, en ocasiones para intentar que se disiparan potenciales crisis. Desde que llegó a Palacio de Gobierno, Castillo ha acumulado hasta ocho situaciones que requirieron de respuestas. Sin embargo, solo se pronunció sobre tres y no de forma oportuna.
Omisiones que perjudican
Para la especialista en comunicación política Iris Jave, si bien la nueva administración viene de unos comicios muy polarizados, en los que podía considerarse válida una estrategia frente a la prensa, el mutismo posinvestidura presidencial ya no se justifica.
“Hasta el momento, no conocemos cuál es la organización del Gobierno en cómo se relacionará con la prensa y cómo conectará con la ciudadanía. Para establecer vínculos con actores sociales y con la población es fundamental comunicarse y hacerlo con claridad. Pero si esto último no ocurre, la imagen del Gobierno se irá desgastando, lo que puede afectar más adelante la gobernabilidad”, explicó.
El politólogo Paolo Sosa destacó que la participación del presidente se hace más necesaria debido a que sus intermediarios o posibles portavoces, tales como el primer ministro Guido Bellido y los titulares de algunas carteras, están cuestionados.
“Si la fuente más importante de información después de Pedro Castillo es su presidente del Consejo de Ministros y este tiene cuestionamientos, naturalmente se abre la urgencia de saber qué opina el mandatario y de demandarle un poco más de presencia mediática. A estas alturas, se esperaría al menos una entrevista en la que explique, más allá de un mensaje a la nación, qué acciones tomará el Gobierno en cuestión de metas de primer año, además de responder a temas polémicos”, sostuvo.
El 19 de agosto, en una actividad en Ancón, Castillo refirió a la prensa que sus declaraciones directas han sido limitadas “porque en nuestra campaña decimos una cosa en la calle y los reporteros sacan otra”. Los especialistas consultados por este Diario coincidieron en señalar que su renuencia frente a los medios es incompatible con su rol como jefe del Estado.
Inexperiencia vs. voluntad
Iris Jave indicó que en un nuevo gobierno es normal que se evidencie cierto grado de desconocimiento sobre estrategias comunicacionales. Resaltó que precisamente esa inexperiencia debe motivar al Ejecutivo a buscar soluciones.
“Gobernar implica actos de transparencia. En el caso del presidente Castillo, no transparentar lo que hace ni aclarar lo que decide le resta a esa poca legitimidad con la que resultó elegido. En ese sentido, debería ser prioritario evitar los errores o subsanarlos bajo un esquema de comunicación mínimamente organizado”, comentó Jave.
Paolo Sosa consideró que si Castillo sigue alejado de las entrevistas, esto puede alimentar las críticas a su gestión. Pese a ello, sugirió que las evasiones pueden abonarle, paradójicamente, un poco de popularidad, aunque fugaz.
“Efectivamente, anteriores presidentes se han mostrado más ante los medios, especialmente cuando hay escándalos y se necesitan aclaraciones. Ahora, sobre Castillo, él puede decidir que, literalmente, no va a participar en ninguna entrevista. Eso, por supuesto, le puede costar: se le seguirá calificando de evasivo y de poco transparente. Pero también creo que lo que hace con los medios ahora mismo le puede dar algo de oxígeno temporal a su aprobación entre sectores que también cuestionan a los medios, así como ocurrió en campaña”, explicó Sosa.
Gestos pendientes
Esta semana, representantes del Consejo de la Prensa Peruana (CPP) visitaron al presidente para invitarlo a firmar las declaraciones de Chapultepec y de Salta, compromisos internacionales en favor de la libertad de expresión y de prensa.
En diálogo con El Comercio, el director ejecutivo del CPP, Rodrigo Salazar Zimmermann, refirió que esperan la respuesta al documento y aclaró que con ello no se buscan privilegios para los medios, sino un refrendo del respeto al trabajo periodístico.
Consultado por el silencio presidencial y la negativa a entrevistas, Salazar resaltó que “la incertidumbre que tiene la ciudadanía con el Gobierno se podría reducir si es que el presidente hablara”.
El periodista destacó que, en general, la rendición de cuentas hacia la ciudadanía por parte de los gobernantes es un principio básico de la democracia y que uno de los mecanismos para cumplir con este es la exposición y las respuestas a las interrogantes de la prensa.
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