A poco más de tres meses de iniciado su gobierno, el presidente Pedro Castillo no ha logrado definir un solo discurso político, al contrario, ha desarrollado dos estilos: uno “radical” cuando se presenta en una plaza pública y otro “moderado” cuando asiste a escenarios, como el Congreso, la Comisión Permanente de la OEA o la Asamblea General de la ONU.
Por ejemplo, durante la gira que realizó en Estados Unidos negó cualquier tipo de expropiación y remarcó que su administración no ahuyentaría las inversiones. Sin embargo, en Bagua Grande (Amazonas) abrió a inicios de esta semana, nuevamente, la puerta para la “nacionalización” o “estatización” del gas de Camisea [ver infografía].
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Un día después, precisó su mensaje, pero el daño ya estaba hecho: el tipo de cambio del dólar subió y un sector de la oposición, que sí había respaldado la investidura del Gabinete de Guido Bellido, hoy duda sobre respaldar la investidura del equipo de Mirtha Vásquez.
Para María Beatriz Arce, experta en comunicación política, Castillo Terrones no ha terminado de asumir su rol como presidente. “En su Twitter, él se autodescribe primero como profesor, rondero y dirigente sindical, y después como mandatario. En sus marcos de referencia, él se sigue considerando un dirigente sindical. Y en la plaza pública se siente como pez en el agua”, manifestó.
Arce refirió, en diálogo con El Comercio, que el jefe de Estado, en espacios formales, maneja un discurso “más estructurado” y que no es espontaneo, porque es muy probable que estos mensajes sean preparados por sus asesores.
“Él asume este tipo de discurso [el moderado] de manera impostada, pero su discurso natural es el que brinda en la plaza pública […] Si escuchas el discurso en Bagua Grande, antes de lanzar el tema de Camisea, el presidente baja al llano, dice que él ha dormido en la plaza, que ha tomado té en tal lugar. Él es consciente de que desde su identidad de dirigente deja de lado el rol de presidente y maneja un doble discurso y eso es absolutamente peligroso”, remarcó.
Agregó que luego el manejo de “las crisis” que origina Pedro Castillo con sus palabras la deben realizar otros funcionarios, como lo han hecho Vásquez y el ministro de Economía y Finanzas, Pedro Francke, en los últimos días respecto al gas.
El comunicador y escritor Gustavo Rodríguez consideró que el doble discurso del presidente tiene dos razones: la primera, explicó, es que Castillo Terrones ha crecido en un entorno “donde es necesario reclamar por todo, sino eres invisible” y que esto se convirtió en parte de su cotidianidad y encontró “una correspondencia en su labor de sindicalista”.
“Este fue un pase muy natural, y yo creo que el reclamo subsiste en él de manera vital, no se acostumbra a que ahora está en sus manos resolver los problemas, no reclamar por ellos”, subrayó.
Rodríguez indicó que, en segundo lugar, “un sindicalista astuto” usa un tipo de discurso, según el escenario en el que actúa.
“Entonces, desde ese punto de vista, [el presidente] es un camaleón, si está en un entorno popular que quiere cambios, ajusta su mensaje a lo que quiere escuchar esa gente […] Él tiene que aprender que ahora es el primer representante de la Nación y que sus actitudes generan cambios en la vida de los ciudadanos. Un simple discurso puede arruinar inversiones, negocios y esperanzas”, expresó.
“Si quiere consensos, no puede levantar banderas extremistas”
El analista político Pedro Tenorio indicó que el “doble discurso” de Castillo no es nuevo, sino que es una práctica desde que era dirigente de una facción del Sutep, como, cuando durante la huelga magisterial de 2017, profesaba que lo “más importante eran los niños”, pero, al mismo, tiempo solicitaba la derogación de la Ley de Carrera Pública Magisterial, que permite la meritocracia en el sector Educación.
“Y como candidato, en las pocas oportunidades que participó en foros, trató de no ser tan extremista, se mostraba mucho más moderado que en las plazas, donde siempre usó un discurso más radical […] Él trata de ir a los extremos, de mantener el apoyo de quienes votaron por él, el 19% de la primera vuelta, que apoyó un programa radical, que incluye nacionalizaciones”, dijo a este Diario.
Tenorio advirtió que, si el jefe de Estado desea buscar consensos, “no puede” continuar levantando “banderas extremistas, como el de la una “estatización” del gas de Camisea.
“Sus palabras hoy tienen una carga diferente, cada cosa que diga impactará en la economía y eso es algo que él no sabe manejar, o no quiere entenderlo. Ante la multitud actúa como un candidato o un presidente que tiene mayoría en el Congreso. A mí, me remite al Alan García de la década de 1980, que tenía arrebatos así, pero la diferencia es que sí tenía mayoría en el Parlamento y podía lograr lo que anunciaba. Castillo, no, y está obligado a buscar acuerdos, pero con ese mensaje no lo conseguirá”, estimó.
¿Cuáles son los peligros del “doble discurso”?
Arce alertó que el “doble discurso” del presidente Pedro Castillo puede generar “falta de credibilidad en la comunicación” del Ejecutivo, lo cual puede tornarse “peligroso”, porque los actores políticos requieren que su palabra sea confiable para evitar la “inestabilidad e ingobernabilidad”. “El mercado es sumamente susceptible a la incertidumbre, y a los mensajes que hablan de grandes proyectos”, mencionó.
La experta en comunicación política también dijo que Castillo está poniendo en una posición muy complicada” a Vásquez y Francke.
“Está siendo desconsiderado a nivel político, los pone a ellos en la picota, a manejar conflictos que él mismo genera, es un peligro, la verdad […] No veo una ruta de salida [a esta situación]. La comunicación debería tener un rol de política pública, y no ser un anexo, sino un componente integral”, acotó.
Rodríguez, editor del portal “Jugo de Caigua”, afirmó que no existe “un peligro catastrófico de fondo”, en el sentido, de que exista un plan estatista, pero sí uno de “desgaste diario”.
“Los colaboradores del presidente la tendrán más difícil, y un sector de la oposición, que es extremista, se podrá colgar de cualquier excusa para llevar a cabos sus planes. Digamos que quien peligra es él, y el país como consecuencia de esto. El primer interesado en tener discursos coherentes debería ser Castillo”, manifestó.
Tenorio sostuvo que el “doble discurso” de Castillo “le da municiones” a sus adversarios, sobre todo a la oposición “más radical”, para señalarlo como una persona que no está capacitada para ejercer la Presidencia. “A los únicos que le sirven este tipo de actitud es a sus oponentes, porque prueba que el mandatario no es confiable. Y en vez de generar consensos, lo que hace es exacerbar la confrontación”, remarcó.
El analista político advirtió que es probable que situaciones, como la de esta semana con Camisea, continúen repitiéndose. “Castillo es un hombre con serias limitaciones para entender el funcionamiento de la economía moderna, es susceptible de mitos respecto al manejo económico y a las promesas demagógicas. Por bastante tiempo este tipo de discurso [populista] va a acompañar al presidente”, finalizó.
Más información
El presidente Castillo no ha brindado una sola entrevista desde que juro al cargo el 28 de julio. Según informó EC Data, al 7 de octubre, solo había dedicado 30 minutos a responder al paso a los medios de comunicación.
Castillo Terrones tampoco ha suscrito las declaraciones de Chapultepec y de Salta, que garantizan la libertad de expresión, a casi dos meses desde que el Consejo de la Prensa Peruana e IPYS le hayan solicitado formalmente su firma.
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