Salvo por la “afonía aguda” que una doctora ayacuchana le diagnosticó, y que lo obligó a suspender la ‘gira’ durante un día, Antauro Humala no se ha detenido en la desesperada carrera por obtener apoyo popular. Si en setiembre recorrió la sierra sur, estas últimas semanas llevó su campaña a varias localidades de Junín y Ayacucho, particularmente en el siempre complicado Vraem.
Esta vez, su discurso no dejó ninguna duda respecto a los sectores en los que busca posicionarse. En el distrito de Vizcatán del Ene, escenario de la última matanza de los narcoterroristas del Vraem, prometió defender el “cultivo patriótico de la hoja de coca milenaria, que está salvando la economía de la nación” y dijo que los cocaleros, “junto a los mineros informales y al contrabando del sur, son parte de las economías subterráneas que se están levantando; este es el pueblo organizado”.
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Humala recorrerá algunas regiones del norte del país en lo que resta del año. Así como no oculta ni disimula el populismo exacerbado de su plan político, tampoco esconde sus intenciones, y el primer objetivo, dice él, es convocar a Lima a “medio millón de reservistas” para protestar contra el Congreso.
Voces del Vraem
En Pichari, una de las ciudades que el etnocacerista visitó –mitin en la plaza principal incluido–, estuvo días antes Guillermo Bermejo. No fue solo, sino acompañando al presidente Pedro Castillo a participar en el IV Congreso Nacional de la Asociación Nacional Pachacútec.
Como ha sido desde el inicio de la campaña presidencial del 2021, cuando postulaban por Perú Libre –Castillo a la presidencia, Bermejo al Congreso–, ambos han encontrado en el Vraem un bolsón importante de apoyo.
Bermejo tampoco ha ocultado en sus discursos lo que busca: el apoyo directo de los cocaleros, cuestionando para ello todas las políticas de lucha contra las drogas que impliquen la erradicación de hoja de coca.
La visita con el presidente a Pichari fue a fines de octubre. Días después, el 10 de noviembre, se lo vio en la marcha de apoyo al gobierno de Castillo portando una bandera de Voces del Pueblo, el nuevo movimiento político con el que evalúa incursionar en las siguientes elecciones generales.
Tras renunciar a Perú Libre y desmarcarse de Vladimir Cerrón, Bermejo tiene ahora el campo libre para la agenda propia.
El corredor de Bellido
Quien también se ha alejado rápidamente de Cerrón es el congresista Guido Bellido. “Gracias por la venganza, señor Vladimir Cerrón y Waldemar Cerrón”, escribió el jueves Bellido en su cuenta de Twitter, luego de que fuera retirado de las comisiones del Congreso que integraba hasta antes de renunciar al partido.
A fines de octubre, visitó Chumbivilcas y se reunió con dirigentes de las comunidades del corredor minero del sur –que ahora mismo realizan protestas y bloqueos de vías–, ofreciendo gestionar la visita a altos funcionarios del Ejecutivo a la zona.
Bellido es otro personaje que, como ha demostrado, sabe a quién tiene que dirigir su discurso si quiere prolongar su vida política. Y también, como Bermejo, goza ahora de una mayor libertad para hacerlo.