Los dulces peruanos de antaño renacen en este taller de Barranco: así es la nueva propuesta abierta al público de Pregón de las Once

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Felipe y Michelle empezaron hace un poco más de un mes con este nuevo reto: el dejar su propia cocina y abrirse espacio en Barranco con un taller nuevo, remodelado y en el que, por primera vez, reciben y comparten con sus comensales.

“Necesitábamos un espacio más grande para tener más productos y esa fue nuestra motivación. El stock se nos terminaba más rápido, que necesitábamos cubrir más necesidad y también tener espacio para hacer más cosas”, cuenta Felipe.

A su nuevo espacio físico, llegan muchas personas que conocieron de ellos a través de redes sociales y quieren saber más sobre cómo se preparan las delicias que ofrecen, pero también nuevos clientes y familias que quieren compartir. Es natural, que el espacio a veces quede chico: “Al inicio era un caos porque la entrada se llenaba, por eso implementamos también unas barras”, mencionan sobre el éxito que viene teniendo su propuesta.

El ambiente que ofrece el taller de Pregón de las Once es tan tradicional como la propuesta de sus dulces: la decoración, la música de antaño y el cálido recibimiento complementan la experiencia. El espacio es muy familiar y Felipe y Michelle esperan que siga siendo así. “Vienen familias enteras a consumir, sobre todo los fines de semana, eso nos gusta porque sabemos que les gusta lo que ofrecemos y deciden pasar calidad de tiempo comiendo lo que con mucho gusto preparamos”, afirman.

Equipo andahuaylino

Ahora, Felipe y Michelle cuentan con un equipo de producción junto a ellos, pero la particularidad es que son tres mujeres de Andahuaylas las que lo conforman.

“Son personas que no tienen mucha experiencia, pero les enseñamos a nuestro modo prácticamente desde cero. Aquí también les damos la oportunidad de crecer, conocer más, aprender de gastronomía, repostería y que ellas mismas se formen su propio camino”, comenta Felipe.

Para la joven pareja, es importante crecer junto a más personas, dándoles apoyo, generando más trabajo y desarrollo, por lo que también se enfocan en colaborar directamente con agricultores y proveedores de sus productos, los cuales legan desde diferentes zonas del país como Cusco, Cajamarca y Amazonas y son seleccionados con mucho detenimiento y cuidado.

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Dulcería tradicional pero innovadora

El concepto de cada dulce tradicional genera mucha nostalgia, ya que es muy difícil encontrar pastelerías de antaño que ofrezcan lo que en Pregón de las Once se encuentra. Son muchos los manjares que, con el pasar de los años, han ido pasando desapercibidos, pero nunca es tarde para recuperar la tradición.

La carta está llena de panes, bocadillos salados, apis, kekes, galletas, turrones y postres en general, que se van renovando cada cierto tiempo. La pareja considera que es importante estar en constante evolución y presentando lo mejor en cuanto a insumos y procesos de elaboración para dar otra experiencia a los comensales.

La aceptación ha sido buena, pues al ser una dulcería tradicional, no usan químicos, colorantes, esencias y productos muy procesados, lo que genera que cada bocado se sienta más natural y especial. Además, ellos le dan su toque especial. En cada nueva versión buscan innovar incluyendo sabores diferentes, pero sin cambiar la base, el origen.

El clásico turrón de octubre

Este mes de octubre, como era de esperarse, incluyeron en la lista de ventas el postre tradicional de temporada, pero en versiones originales: ‘turroncito’ y el ‘no turrón’. Ambos los realizan de manera tradicional, con mucho cuidado en cada detalle para poder ofrecer lo mejor en calidad y presentación esperando que el producto sea el protagonista.

El ‘turroncito’ tiene tamaño tipo barrita con las medidas necesarias para que no llegue a ser empalagoso, manteniendo los sabores del clásico turrón Doña Pepa. Por otro lado, el ‘no turrón’ tiene capas de galletas de mantequilla con anís y ajonjolí, cremoso de turrón y miel de frutas. Esta versión se presenta en un tamaño más grande, pero ambos tienen presentación personal.

Ahora, lo que se viene para Pregón de las Once es seguir en la innovación y creación de nuevas versiones de los clásicos postres peruanos, siempre dejando el toque de Felipe y Michelle en cada bocado. Más adelante esperan abrir una cafetería, donde puedan recibir a sus comensales con mesas para que disfruten del espacio y ambiente tradicional peruano que vale la pena cuidar y dar a conocer.

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