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Es un SUV para llevar a los hijos, a los abuelos y hasta a los suegros: manejamos el Mazda CX-90, que se ‘jacta’ de sus 8 asientos y 340 hp
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Desde que Mazda anunció su estrategia de convertirse en una marca premium en 2022, no ha parado de elevar la calidad de sus vehículos. No solo con sedanes, sino también con sus SUV, especialmente en la línea CX. De hecho, si hay un modelo que catapulta lo mejor de la firma de Hiroshima es el CX-90, un SUV con tres filas de asientos, 340 hp y tecnología microhíbrida.
La historia del CX-90 apenas comienza en 2023, cuando se lanzó mundialmente en el Salón del Automóvil de Jeddah, en Arabia Saudita. Ese mismo año llegó al Perú y en Ruedas & Tuercas fuimos testigos de su presentación local. Tras su arribo, se convirtió en el nuevo buque insignia de la marca. No solo es más grande que el CX-9, sino que es más lujoso y con ello compite en un segmento premium.
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Este modelo está disponible en tres versiones: Core, High y Signature, con el mismo motor de 3,3 litros turbo, una transmisión automática de 8 velocidades y tracción AWD. Estas variantes no solo se distinguen en su equipamiento, sino también en el desempeño de su motorización. Mientras que Core y High están configuradas electrónicamente para ofrecer 280 hp y 450 Nm, el Signature —que probamos nosotros— alcanza hasta 340 hp y 500 Nm. Lo que sí es un denominador común es la integración de la tecnología microhíbrida para mejorar la eficiencia de combustible.

El precio del Mazda CX-90 Signature en el Perú es de US$ 60.490 y, siendo un SUV de tamaño grande, compite con el Honda Pilot, Ford Explorer y Jeep Grand Cherokee. El CX-90 tiene 5.100 mm de largo, 2.157 mm de ancho y 1.745 mm de alto. La distancia entre ejes es de 3.120 mm, mientras que el despeje al suelo es de 203 mm.

Por fuera, es un vehículo imponente por sus dimensiones. Aunque, realmente, lo que más nos llamó la atención son las líneas elegantes que fluyen a lo largo de su carrocería. Sin duda, Mazda tuvo la capacidad de mantener la elegancia que muy bien demostró con sus sedanes. Incluso, ambos tipos de carrocería continúan con el legado del diseño Kodo, inspirado en una filosofía de “Alma en Movimiento”. Mazda busca generar una conexión emocional entre el vehículo y el conductor, y la verdad es que lo logra. Este modelo, al igual que el Mazda 3, es de esos vehículos que te quedas observando varios minutos tras dejarlo en la cochera de la casa. En consecuencia, consideramos que es el SUV con mejor diseño en su segmento.

Por fuera, conocimos la excelente iluminación que ofrece con sus faros LED y, por supuesto, hicimos uso del sistema de cámaras 360° para estacionar el enorme CX-90. Tiene cuatro cámaras y sensores que te permiten conducir de forma más segura, además de que mantienen una buena calidad de imagen durante la noche. Estas cámaras también las utilizamos en zonas de alto tráfico, ya que las vistas laterales nos permitían evitar invadir otro carril o que el neumático trasero interior se golpeara cuando doblábamos hacia una calle por la derecha. Al tener proporciones grandes, el radio de giro es más amplio que en los sedanes u otros carros pequeños. En ese sentido, fue la función que más nos sirvió en el tráfico limeño.


En su interior, este SUV también resalta por la buena calidad de materiales y el equipamiento sofisticado que ofrece. Todos los asientos están tapizados en cuero y son muy cómodos, especialmente los delanteros. Un aspecto novedoso es que encontramos un sistema de personalización según la estatura del conductor. Al ingresar los datos en la pantalla principal, automáticamente se ajustan los asientos, el volante eléctrico y los espejos laterales. Esta función no solo es utilitaria, sino que también es parte de la exclusividad que hay detrás de la estrategia para consolidarse como una marca premium.
Los asientos delanteros y los de la segunda fila cuentan con calefacción, por lo que, en caso de viajes a zonas con bajas temperaturas, es muy útil, especialmente cuando se viaja con niños o adultos mayores. Por otro lado, la climatización es bizona y ofrece salidas de aire en la segunda y tercera fila. En ambos casos, la salida de aire se percibió potente, por lo que es muy útil para este verano.

A diferencia de otras marcas de autos que hemos probado, Mazda tiene una particularidad para operar la pantalla de infoentretenimiento de 12″. Esta no es táctil, sino que únicamente se puede controlar a través de una perilla de comando ubicada en la consola central. Mazda lo propone así por cuestiones de seguridad, ya que de esa manera se evitan distracciones mientras se conduce. Si bien algún detractor podría señalar que operarla sería complicado, la verdad es que solo nos tomó minutos acostumbrarnos a la perilla.

El panel de instrumentos también es digital y ofrece un ecosistema agradable para realizar ajustes. En este panel es donde se visualizan los modos de conducción cuando realizamos la selección desde la consola central. Tiene modo Normal, Sport y Off-road. Lógicamente, también encontramos datos sobre el consumo, autonomía, etc.

Sobre la amplitud del Mazda CX-90, consideramos que es uno de los factores más potentes que ofrece. Tanto en los asientos delanteros como en la segunda fila pueden ingresar personas altas y de contextura media de forma cómoda. Las dimensiones interiores son anchas, el túnel de transmisión es casi inexistente y no afecta la comodidad para las piernas, por lo que es un espacio apto para viajar.

Después de acomodar los asientos de la segunda fila para personas de 1,85 m de estatura, en la tercera fila ingresan ocupantes de hasta 1,75 m sin problemas. Nosotros hicimos ese ejercicio con una persona de 1,72 m y todavía teníamos espacio para no ir tan justos. Ahora, la realidad es que el promedio de estatura en el Perú no supera el 1,70 m, de modo que 8 pasajeros viajarían totalmente cómodos, incluso en trayectos largos.

Una ventaja del CX-90 frente a sus oponentes es que en su tercera fila ingresan hasta tres personas, mientras que sus rivales se quedan en dos. Está homologado para ocho pasajeros y eso lo hace ligeramente más competitivo. Tal como mencionamos en nuestro titular, es un carro para llevar a los hijos, a los abuelos y hasta a los suegros.

En cuanto al maletero, ofrece un acceso con manos libres. Es decir, solo debemos deslizar nuestro pie horizontalmente para que el sensor detecte el movimiento y abra el portón. Cuando sucede esto, como era lógico, solo encontramos 207 litros de capacidad, la cual se puede extender hasta 1.163 litros al abatir ambas filas de asientos.

Otras funciones que utilizamos fueron el sistema de audio Bose con 12 parlantes, así como el sistema de carga inalámbrica. Fue una experiencia con una calidad de sonido envolvente, que se acompañó con la excelente insonorización de la cabina.
Pasando a la parte final, lo que Mazda sabe hacer muy bien es carros con una conducción refinada. Con el Mazda 3 lo habían logrado, pero con el CX-90 mejoraron el estándar. ¿En qué sentido es refinada? Nos referimos a un manejo con una dirección precisa y suave, una suspensión muy suave y una frenada equilibrada. Cuando pisamos el acelerador a fondo o frenamos en seco, la transferencia de pesos es casi imperceptible. El recorrido de la suspensión trasera y la tracción total cumplen su trabajo al tomar las curvas rápidas. La suspensión se adapta a las irregularidades del terreno sin perder estabilidad.
Quizás el único punto en donde Mazda podría mejorar para superar a sus rivales es en la eficiencia de combustible. Pese a que tuvimos un manejo defensivo y pausado en el 95% de nuestro test drive, el consumo medio fue de 20 km/galón en ciudad, siendo el mismo valor que conseguimos con el Ford Explorer 4WD. No obstante, con la tecnología microhíbrida debería mejorar en al menos un par de kilómetros por galón, de modo que aquí identificamos un aspecto de mejora.
Para cerrar, nos parece importante mencionar que integra siete airbags y varios asistentes ADAS. Algunos de los que más nos sirvieron fueron la alerta de cambio involuntario de carril, puesto que, al ser un carro ancho, se necesita más precisión para centrarlo en el carril. Asimismo, solo en una ocasión se activó el frenado autónomo cuando el carro que iba delante nuestro frenó en seco.








