En estos últimos años, después de que muchas madres ya tienen a sus bebés en brazos, al pasar unos meses se escuchan comentarios como: “¿A qué centro de estimulación asiste?”, “¿Cómo lo estimulas fueras de casa?”; “tiene que asistir para un mejor desarrollo”, etc. Como si el crecimiento de los bebés fueran una carrera para ver quien llega más rápido. A lo que nos preguntamos: ¿Es una necesidad llevar al bebé a una estimulación temprana?
La respuesta es un NO, y un rotundo NO. La estimulación no es una necesidad, no va a ganar más el niño que asiste antes.
Como maestra me gusta aclararle a los papás, que en una estimulación fuera de casa va a aprender más el adulto que el bebé, que lo primordial es crear un vínculo entre ellos, ya que para el inicio de un buen desarrollo infantil lo más importante es brindarle al bebé tiempo, atención, cubrir sus necesidades y mucho amor.
Sin embargo también hay motivos de gran importancia por los cuales en la actualidad se busca estimular a los hijos fuera de casa…
¿Por qué? Debemos admitir que hay padres que olvidaron cantarle a sus hijos. Que los niños paran en brazos de una nana, en un coche o un bouncer durante horas y desde meses usan un celular para calmar el llanto. Que los estilos de padres han cambiado tanto, que encontramos a muchos sobreprotectores que no dejan a sus hijos sin medias ni un minuto. Que el peligro y la inseguridad en los parques aumento, que las estructuras de viviendas cambiaron y cada vez es más difícil el contar con espacios amplios.
Así es como los celulares están grabando los primeros pasos de nuestros hijos, sin embargo dejamos de vivirlos.
En realidad tampoco culpo a los padres, pues la sociedad y la cultura de la prisa en la que hoy vivimos nos están formando así
Por eso hoy en día el lado positivo de una estimulación es que nos damos cuenta que los hijos se divierten tan solo con una botella, las personas encargadas de los bebés aprenden acerca de acompañamiento libre y los padres van perdiendo el temor a que su hijo experimente, se ensucie y juegue. Así comprobamos que cada niño madura diferente y se brindan diversas estrategias de juego para transmitirlas en casa.
Por tanto creo que es importante que antes de ingresar a un centro de estimulación los padres nos volvamos a comprometer con la formación de nuestros hijos, creo también que cada vez somos más los padres los que necesitamos de una estimulación.
Finalmente un gran avance es que muchos expertos coinciden en sustituir el nombre estimulación temprana por ACOMPAÑAMIENTO TEMPRANO, donde la labor del padre es primordial ya que busca fortalecer vínculos y reconocer como los niños exploran y conocen el mundo, respetando sus ritmos y procesos, a partir del material que encuentran en su contexto.
Maria Gracia Mendoza es Master en “Psicopedagogía” y en “Tutoría y Orientación Familiar”. Bachiller de Ciencias de la Educación en la Universidad de Piura con 10 años de experiencia en docencia en educación inicial y actualmente emprendedora de Talleres de habilidades sociales para niños y orientación para Padres. Autora del fanpage “Miss Licha”.