El próximo domingo 20 lo más probable es que haya tacacho, cecina, juanes y paiche en el menú de Luis Ángel Pinasco (Iquitos, 1941). Aquella ha sido siempre su tradición por el Día del Padre, acompañado de su numerosa familia en la mesa. En 2020, sin embargo, esa festividad –tal y como nos pasó a todos– tuvo que reformularse, reentenderse a raíz de la pandemia. Este junio, con la vacunación bien avanzada y una necesidad coyuntural de tener cerca a los nuestros, las distancias empiezan por fin a acortarse. ‘Rulito’ recibió su segunda dosis en mayo y poco a poco está volviendo a ver a sus hijos y nietos. Ha pasado un año y tres meses desde que Bruno –el tercero de cinco– pudo darle un último abrazo.
Más allá de la vida familiar, lo suyo era también una cotidianeidad de colegas, de amigos. Cada vez que les tocaba coincidir en alguna grabación (‘Rulito’ cumplió 80 en junio, pero continúa trabajando), era costumbre que encontrasen un momento para almorzar juntos por algún restaurante escondido cercano al canal; o un espacio para escaparse y compartir juntos un tiempo solo para los dos. A aquella rutina aún no ha sido posible regresar, y no se sabe si algún día volverán de la misma manera.
LEE TAMBIÉN: ¿Por qué algunos hinchas peruanos se alegran cuando la selección pierde 3-0?
La pandemia, con sus retos, sus pérdidas y sus dificultades, también ha representado un periodo de adaptación y creatividad para el que pocos estaban preparados, pero que muchos supieron afrontar con entereza. Ese es el caso de los Pinasco, acaso el linaje televisivo más emblemático de la historia de nuestro país. De nostalgia, familia y el futuro que imaginan para el rubro (y para el Perú) conversamos con Luis Ángel y Bruno, a propósito de su primer encuentro.
Album familiar
“A mí la vida siempre me ha sorprendido con cosas muy gratas”, sostiene ‘Rulito’. “A pesar de haber tenido algunos tropiecitos, estoy muy contento. Mi mujer siempre me dice, ¿por qué dices que tienes 80 años? Y es porque estoy feliz con la edad que tengo. Yo estoy más o menos enterito, pero ya se siente bastante”, cuenta. El 24 de enero pasado no hubo fiesta, ni viaje, ni homenajes. Luis Ángel Pinasco cumplió 80 años en plena pandemia, sostenido en la plenitud que le da la certeza de haber vivido la vida que quiso, como lo quiso. Empezó haciendo radio en su natal Iquitos a los 15 años, y a los 21 ya había entrado a un canal local con sede en Lima. Su ascenso fue imparable: ha sido presentador, actor, locutor, narrador deportivo, maestro de ceremonias y hasta relacionista público por casi seis décadas.
LEE TAMBIÉN: José Luis Chicoma, ministro de la Producción: “La gastronomía terminará de recuperarse en 2024”
La televisión es su casa, su hábitat; fue casi una consecuencia natural que sus hijos también se inclinasen por el mismo medio o profesiones afines a este. Pero ‘Rulito’ jamás habría imaginado que el más tímido de ellos, Bruno, no solo terminaría siguiéndole los pasos (“al principio le tenía horror a las cámaras”, recuerda sobre él), sino que se encargaría de hacerse un nombre propio que trasciende nuestras fronteras y ha llegado hasta la meca del cine: Hollywood.
“Va a sonar contradictorio, pero no me gustaba ser el centro de atención, que todo el mundo voltee a verte cuando llegas a una fiesta”, afirma Bruno Pinasco. “Nunca he sido histriónico para nada, pero sí he heredado de mi padre algo que agradezco mucho, que es la elocuencia. A él le pones un micrófono y le dices 3, 2, 1, habla, y va a hablar de todo perfectamente. Esa facilidad de palabra me ha ayudado bastante. Cuando iba al Triki Trak de chico, mi papá me fastidiaba y las cámaras volteaban a filmarme. Yo me moría de la vergüenza”, sostiene sobre su infancia.
Las cosas empezaron a cambiar cuando su pasión por la televisión lo llevó a entrar al equipo de producción de América cuando era solo un adolescente, a finales de la década del noventa. “Yo acababa de salir del colegio y el grupo que se armó en ese momento me ayudó mucho. Trabajar con amigos más cercanos a mi edad me permitió soltarme un poco más. Ya no era con el público en vivo y con toda la parafernalia de la tele de ese entonces”, añade. Pasarían algunos años más para que Bruno apareciese oficialmente frente a las cámaras pero, una vez que lo hizo, ya no volvió a irse más.
“Quién lo iba a pensar, que con los años se iba a convertir en una gran figura de la televisión. Tienes todo mi respeto, hijo mío”, escribió ‘Rulito’ en una foto del recuerdo compartida recientemente en su cuenta de Instagram. Es a través del trabajo que realizan sus hijos (Chiara, la menor de los cinco, conduce el programa TEC) que el patriarca de los Pinasco también se mantiene en contacto con una nueva manera de hacer televisión. Las cosas se mueven rápido y de maneras que jamás imaginó (“lo único que falta es que se puedan percibir olores”, sostiene sobre los avances tecnológicos en el rubro), pero incluso teniendo a la mano las herramientas necesarias, el quiebre con la pandemia fue inevitable.
La familia que lo ha visto y vivido todo en el mundo de la pantalla chica (la televisión llegó al Perú en 1958; ‘Rulito’ entró tan solo cuatro años después) de pronto se enfrentó a un escenario que nadie había contemplado jamás: ¿era posible hacer televisión desde casa, sin sets, ni luces ni equipo?
También viene
“Lo último que había que hacer era quedarse estancado”, cuenta Bruno Pinasco sobre el inicio de la pandemia. “Nos ha sacudido, pero nos ha hecho reflexionar. Nosotros hemos producido un programa de televisión 100% profesional en la más alta calidad de imagen y video, todo con la gente desde sus casas. Y acá seguimos. Este tiempo nos ha demostrado que el espíritu humano es más fuerte que todo”, continúa. “Ese es mi hijo, ¿ves?”, añade ‘Rulito’.
En marzo del año pasado el propio Bruno grabó los programas de Cinescape usando su celular (“en ese momento pensábamos que iban a ser solo quince días”, señala). Cuando el panorama se hizo más evidente sobre lo que vendría en el futuro cercano para la industria del entretenimiento –tanto en el Perú como en el mundo–, las decisiones tuvieron que tomarse rápido. La ventaja que tenían los Pinasco es que la suya es una productora independiente con sus propios equipos y su propia logística. “Simplemente tuvimos que cambiar un escenario superpomposo por algo más casero. Todo lo manejamos por intranet: el editor recibía un pedazo; el diseñador, otro; y así. Más adelante ya filmamos con cámaras profesionales y poco a poco se fue puliendo el contenido doméstico para hacerlo lo más profesional posible. Esa inyección de creatividad nos sirvió para darle la vuelta a lo que veníamos haciendo y ver las cosas de otra manera”, explica Bruno.
LEE TAMBIÉN: La revolución del fútbol femenino: orígenes y protagonistas de un deporte que cada vez más mujeres practican
Su padre no es ajeno a los cambios. De la televisión en blanco y negro a la ausencia de teleprompters en los noticieros (“teníamos que leer mirando el papel y levantando la mirada; felizmente éramos jóvenes”, dice Luis Ángel), hasta la llegada del HD: ‘Rulito’ Pinasco es testigo y protagonista de la historia reciente de nuestro país contada a través de la pantalla chica. Para él, sin embargo, no hay momento como el presente. “Cuando dicen ‘era dorada de la televisión’ no sé a cuál se refieren. Para mí es ahora, con todos los avances tecnológicos que hay. Uno tiene mejor calidad de producción. Antes las cámaras se malograban en vivo porque eran muy viejas; en los noticieros no había videos, se usaban fotos de periódicos pegadas a cartones”, recuerda ‘Rulito’. Pero nada, ni siquiera los momentos económicos o políticos más críticos, se asemeja a lo vivido durante esta pandemia.
Las redes sociales se han fortalecido (Bruno reúne a 918 mil seguidores en Instagram; ‘Rulito’, a 70 mil) y las plataformas digitales son, hoy más que nunca, un semillero de nuevos talentos. Un chico peruano de 15 años –la misma edad que tenía ‘Rulito’ cuando debutó en la radio– solo necesita de su celular para abrirse un canal de YouTube que se vea en el mundo entero, por ejemplo. ¿Qué viene ahora para esa televisión masiva, que los Pinasco conocen tan bien?
“Hace tiempo existe este mix entre lo digital, las redes sociales y la televisión. Y hace años que están ‘matando’ a la señal de televisión abierta; pero acá sigue, y sigue siendo líder. Obviamente hay que cambiar maneras de comunicarse, cambiar estilos, acercarse más, porque la incursión del streaming y los medios digitales ha sido contundente. Lo que se necesita es seguir cultivándose, seguir aprendiendo y seguir teniendo referencias”, sostiene el conductor de Cinescape. Todavía es pronto para saber qué vendrá para el rubro, pero ni él ni su padre tienen intenciones de parar. “La única manera de sacar adelante este país es juntos, cada uno en su rubro, oficio o profesión. Solo unidos y enfocados haremos que el Perú sea grande”, finaliza Bruno Pinasco. A seguir trabajando, entonces. El show debe –y tiene– que continuar.
Más información:
- Bruno es el menor de los tres hijos hombres que Luis Ángel Pinasco tuvo en su primer matrimonio con Bárbara Conde. Más adelante se casó con la actriz y conductora Sonia Oquendo, con quien tiene dos hijas: Johana y Chiara.
- ‘Rulito’ debutó frente a las cámaras en 1962, en Canal 2. Bruno lo hizo 34 años más tarde: era 1996 y el programa fue Campaneando, donde entró como copresentador y productor ejecutivo.
- Desde el año 2000, ‘Rulito’ es el locutor oficial del programa de Bruno, Cinescape, donde también es productor su hijo Aldo Pinasco.
VIDEO RECOMENDADO
TE PUEDE INTERESAR
- Katy Perry lució vestido artesanal peruano: ¿Cómo conoció la diva del pop a la marca peruana Escvdo?
- Migró a Estados Unidos, aprendió de tecnología y desarrolló una app para conectar a los emprendedores peruanos
- De la carpeta a la redacción; los corresponsales escolares que aprendieron en esta casa
- Historias de jóvenes peruanos que ingresaron a las mejores universidades del mundo en pandemia: ¿cómo lo hicieron?
Contenido Sugerido
Contenido GEC