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Al colegio sobre ruedas: cómo una bicicleta puede cambiar vidas, combatir la deserción escolar y llenar de esperanza a estudiantes en las zonas rurales del país
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Al colegio sobre ruedas: cómo una bicicleta puede cambiar vidas, combatir la deserción escolar y llenar de esperanza a estudiantes en las zonas rurales del país

Al colegio sobre ruedas: cómo una bicicleta puede cambiar vidas, combatir la deserción escolar y llenar de esperanza a estudiantes en las zonas rurales del país

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Cada mañana, antes de que el sol comience a templar la tierra del Valle Sagrado, Franck Quispe Huamán (16) abandona su casa en Coya —un distrito ubicado al borde del río Vilcanota, en Cusco— y emprende el viaje hacia la escuela. Hasta hace poco, ese trayecto le tomaba más de cuarenta minutos a pie, mientras cruzaba chacras aún envueltas en bruma. Hoy recorre ese mismo camino en quince minutos. Va en , con el viento helado en el rostro y el corazón latiendo de emoción.

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Franck es uno de los más de 62 mil estudiantes beneficiarios del programa Rutas Solidarias, una iniciativa del Ministerio de Educación que busca superar una de las barreras más persistentes en las zonas rurales del país: el difícil acceso a las escuelas. Como se sabe, la geografía del Perú representa un desafío constante. La combinación de paisajes escarpados, ausencia de caminos y una oferta educativa dispersa ha obligado a miles de niños a caminar largas distancias —a veces más de una hora— para poder estudiar. En contextos como este, el préstamo de una bicicleta puede marcar una diferencia real en la permanencia escolar y el bienestar diario de los estudiantes.

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Juan Carlos Fangacio
Escolares de la Institución Educativa San Juan Bautista, en el distrito de Coya,  salen de sus casas rumbo al colegio. (Foto: Elías Alfageme).
Escolares de la Institución Educativa San Juan Bautista, en el distrito de Coya, salen de sus casas rumbo al colegio. (Foto: Elías Alfageme).

Rutas Solidarias nació como una intervención orientada a reducir la brecha de accesibilidad geográfica a las Instituciones Educativas (IIEE) de zonas rurales y de mayor pobreza. En ese entonces, se detectó que la distancia hasta la escuela se convertía en un obstáculo cotidiano que podía terminar en abandono escolar por el alto tiempo de desplazamiento o sus elevados costos. Desde su creación, el programa ha entregado 123,040 bicicletas con sus respectivos kits complementarios a más de 5,600 instituciones educativas en las 24 regiones del país, según informó a este medio la Dirección General de Calidad de la Gestión Escolar, del Minedu. A lo largo del tiempo, el programa ha sido reformulado para adaptarse a nuevas realidades, lo que motivó la aprobación de la Resolución Ministerial Nº 031-2018-MINEDU, con una nueva Norma Técnica que regula su implementación actual.

"El programa tiene que seguir creciendo: La bicicleta, más que un simple vehículo, es una llave para abrir puertas a nuevas oportunidades".

Morgan Quero , ministro de Educación

Actualmente, Rutas Solidarias está presente en 20 Direcciones Regionales de Educación, 162 UGEL y 3,013 instituciones educativas, especialmente en regiones como Áncash, Apurímac, Arequipa, Ayacucho, Cajamarca, Cusco, Huancavelica, Huánuco, Ica, Junín, La Libertad, Lambayeque, Lima Provincias, Madre de Dios, Moquegua, Pasco, Piura, Puno, Tacna y Tumbes.

Los escolares que van en bicicleta tardan la mitad del tiempo que si fueran a tiempo, según un estudio del proyecto. (Foto: Elías Alfageme).
Los escolares que van en bicicleta tardan la mitad del tiempo que si fueran a tiempo, según un estudio del proyecto. (Foto: Elías Alfageme).

“Ahora tengo tiempo para hacer otras cosas, como estudiar o ayudar en casa a mis padres”, dice este estudiante de la institución educativa San Juan Bautista del distrito de Coya. En sus ratos libres, Franck ayuda a su familia en la chacra: siembra, riega, recoge lo que da la tierra. Sus manos trabajan la tierra pero su mente vuela. Sueña con ser arquitecto. Y aunque por ahora su herramienta principal es una bicicleta, la conoce como si la hubiera diseñado él mismo. Confiesa que aprendió a desarmarla y volverla a armar con la precisión de un técnico, guiado por los tutoriales de YouTube y el pequeño kit de mecánica que vino con el programa. Saber repararla le da confianza: lo que se construye con paciencia, dura más.

Para miles de niños y adolescentes como él, asistir a clases en zonas de difícil acceso significa una caminata larguísima, monótona, que los arroja de sus casas demasiado temprano, los expone al frío de la madrugada y, a veces, puede ser peligrosa. Por todo ello, no es raro que muchos niños se ausenten o terminen por abandonar los estudios por completo. Con la llegada de las bicicletas, esto cambió.

Muchos escolares se han convertido en expertos en la reparación de sus bicicletas, guiados por tutoriales de YouTube. (Foto: Elías Alfageme).
Muchos escolares se han convertido en expertos en la reparación de sus bicicletas, guiados por tutoriales de YouTube. (Foto: Elías Alfageme).

Uno de los compañeros de Franck, con quien comparte el camino a la escuela, es José Huaychay Quispe, de 15 años, que vive no muy lejos, también en el distrito de Coya. Su historia no es distinta: antes debía salir de casa cuando aún no clareaba del todo, y caminar entre cerros con la mochila colgando y los ojos aún medio dormidos. Desde que tiene su bicicleta, el trayecto se le ha acortado. Pero eso no es lo más importante. Ahora puede quedarse un poco más después de clases. A veces, se une a un partido de fútbol en el patio de tierra; otras veces, se sienta en círculo con sus amigos del club de lectura.

El ministro de Educación, Morgan Quero, ha dicho que este proyecto ha ayudado a reducir la deserción escolar, mejorado la asistencia y fortalecido el rendimiento académico. Más allá de las cifras —necesarias, sí, pero siempre frías—, hay gestos que no caben en ningún informe. Como el silencio agradecido de los padres que ahora pueden pasar más tiempo con sus pequeños. “La bicicleta es más que un simple vehículo, es una llave para abrir puertas a nuevas oportunidades y un futuro más brillante”, ha dicho el ministro.

Educación con inclusión

La iniciativa Rutas Solidarias se puso en marcha por primera vez en 2012, con el objetivo de garantizar la asistencia y permanencia de los estudiantes en los colegios de primaria y secundaria, así como mejorar las condiciones de acceso a la educación. Según cifras de 2022, el programa había beneficiado a 5.628 instituciones educativas en 1.079 distritos del país, con un impacto del 4,8% en la mejora de la asistencia escolar.

Para el año 2025, el programa contará con S/ 1´993,662 destinados al mantenimiento preventivo y/o correctivo de los kits entregados, con el fin de que los estudiantes de zonas rurales y de mayor pobreza puedan seguir asistiendo a sus escuelas de manera segura y en menor tiempo. Este presupuesto es acompañado por capacitaciones técnicas en gestión y uso de recursos, desarrolladas junto al PRONIED, que aseguran la sostenibilidad del programa en el tiempo.

La meta de Rutas Solidarias es clara: seguir ampliando su cobertura, garantizar el mantenimiento de las bicicletas y llevar esta oportunidad a más comunidades alejadas. Se trata de acompañar un proceso de transformación que, para miles de estudiantes en zonas rurales, ya empezó a rodar.

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