La autonomía, digitalización y conectividad de los vehículos ha puesto en evidencia un problema: la vulnerabilidad de los sistemas de sensores frente a los hackers, quienes se pueden pasar de aliados a enemigos de los fabricantes.
En este escenario es que la agencia estatal estadounidense NHTSA ha publicado un manual de buenas prácticas que deben seguir los fabricantes de automóviles para evitar hackeos, informa la página Motor y Pasión.
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Según detalla, la mirada está puesta sobre la posible manipulación de los sensores de los vehículos. Allí se destaca la interferencia en el Lidar o los radares, la falsificación del GPS o la modificación de señales de tráfico y límites de velocidad para engañar al sistema.
¿Cómo es que pueden llegar los hackers? Una de las posibilidades es a través de las actualizaciones inalámbricas (Over The Air). Por ello, se recomienda controlar incluso las actualizaciones de aplicaciones subyacentes.
Por ello, la agencia estatal sugiere poner más atención en la seguridad cibernética, como amenazas internas, ataques de intermediarios, vulnerabilidades de protocolo y servidores comprometidos. Cualquier dispositivo, como un cargador o cable USB, podría vulnerar el sistema de un vehículo con tecnología avanzada. Lo principal está en tomar las precauciones del caso.
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