Con cada clic o tap que hacemos en Internet, un algoritmo aprende más de nosotros. No solo eso, sino que el tiempo que tardamos viendo un video o el responder los ‘test de personalidad’ que se suelen publicar en línea también son una fuente de información para las redes sociales. Sea de una manera u otra, el mundo virtual está lleno de datos.
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Gracias a las herramientas de procesamiento de datos masivos (big data) e inteligencia artificial, las redes sociales pueden saber mucho sobre nosotros. Entre algunas categorías tenemos: nombre, correo electrónico, ubicación, género, dirección IP, historial de búsqueda, etc.
Es decir, las redes sociales saben, gracias a información que nosotros mismos damos, quiénes somos, a qué nos dedicamos, qué nos gusta, los lugares a los que frecuentamos y más.
Por lo general, esta información puede ser utilizada por las empresas para adecuar nuestra experiencia a determinados contenidos. Por ejemplo, una campaña publicitaria personalizada más efectiva. Sin embargo, también puede ser útil para mejorar la interfaz de usuario.
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Seamos prácticos. A la hora de crear un perfil en Facebook o Gmail, ya le estamos otorgando a estas compañías información tan personal como nombre, apellido, dirección, contraseña y correo electrónico. A lo que puedes añadir numero de celular, ubicación y más.
Y si un día deseas ingresar a una tienda o adquirir cierto servicio, siempre nos queda la opción de registrarnos con nuestra cuenta de Facebook, Twitter o Google. Ahora ya saben qué cosas nos gustan o qué estamos viendo. Más datos en bandeja dorada.
Qué datos guardan las aplicaciones
Entonces, ¿qué saben sobre ti las redes sociales? Aquí el detalle, de acuerdo a Martina López, Investigadora de Seguridad Informática de ESET Latinoamérica.
- Información de perfil que el usuario ingrese como nombre, correo electrónico, fecha de nacimiento, género, ubicación y número de teléfono.
- Actividad en la plataforma, como los mensajes que se envían, las publicaciones que se realizan, las fotos y videos que se suben, los perfiles que se visitan y las búsquedas que se realizan.
- Información del dispositivo que se utiliza, como el modelo del dispositivo, el sistema operativo, la dirección IP y la información de la red.
- Comportamiento de navegación del usuario en la web.
- Datos de ubicación de los usuarios, ya sea a través de la ubicación GPS del dispositivo o de la dirección IP.
Cabe resaltar que cada una de las aplicaciones tiene su propio estándar a la hora de acceder a la información. La cantidad de data que requiere está expuesta en los términos de privacidad que firmamos antes de crearnos una cuenta, pero que por lo general poca gente lee.
Si nos detenemos a leer cada uno de ellos, podremos identificar hacia dónde van nuestros datos.
A su vez, al ingresar a esos “test” de personalidad que fácilmente se viralizan en las redes otorgamos información al responder sobre nosotros (fecha de nacimiento, ubicación, gustos personales, intereses profesionales y más). Con esto, la información puede ser vendida en mercados negros a ciberdelincuentes.
Asimismo, a la hora de navegar por Internet seguro has recibido la pregunta de si autorizas o no las cookies. Por si no lo sabes, se trata de archivos de texto que se almacenan en el dispositivo del usuario cuando visitamos una web (sea PC, laptop o celular). Estas contienen datos como las páginas que visitamos, artículos que buscamos, preferencias de idioma y detalles de este tipo. Sirven para que cuando volvamos a entrar no tengamos que ingresar nuevamente la sesión.
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“Al recopilar datos sobre la actividad del usuario en sitios web, los sitios y organizaciones (ya sean las mismas redes sociales, otras redes u organizaciones de publicidad y análisis de marketing) pueden crear un perfil detallado del usuario y utilizarlo para dirigir publicidad personalizada en función de los intereses y comportamientos del usuario en línea”, argumentan desde ESET.
¿Qué hacen las redes sociales con la información?
Ya te contamos qué clase de data suelen almacenar las redes sociales, pero ¿qué hacen con ella? ¿Para qué les sirve toda esta big data? No hay un solo fin y cada red social tiene sus propios objetivos, pero la experta de ESET Latinoamérica apunta algunos de estos fines:
- Mejorar la experiencia del usuario en la plataforma, personalizando la información y el contenido que se muestra y recomendando amigos y conexiones que puedan ser relevantes.
- Dirigir publicidad específica a los usuarios, basada en sus intereses y comportamientos en línea. Esto permite a las organizaciones detrás de ellas enfocar su publicidad en un público específico, lo que puede mejorar la eficacia de las campañas publicitarias.
- Realizar estudios de mercado, lo que puede ayudar a las organizaciones a comprender mejor las tendencias y comportamientos del mercado y a tomar decisiones informadas sobre la estrategia de marketing.
- Investigación y desarrollo, aprendiendo del comportamiento del usuario para realizar mejoras en la plataforma y desarrollar nuevas características y funcionalidades.
- Por cumplimiento de la ley, ya que pueden estar obligadas a compartir datos con las autoridades pertinentes para cumplir con la ley y la regulación aplicable. Por ejemplo, la ley de protección de datos personales de la unión europea requiere que las redes sociales la cumplan si tan solo uno de sus usuarios proviene de un país de la UE, dato que las organizaciones detrás de las redes deben saber.
Un detalle importante a considerar es que cuando instalamos una aplicación, no siempre es necesario que les otorguemos todos los permisos para que trabaje de manera óptima la app.
“A menudo, las aplicaciones piden más información de la que necesitan para funcionar, ya sea para obtener información adicional sobre los usuarios o para recopilar datos que puedan ser utilizados para publicidad dirigida u otros fines”, dice la investigadora de ESET.
“Existen ciertos datos que las redes sociales solicitan de manera opcional para activar ciertas funcionalidades, a lo que el usuario puede optar por no entregar. Un ejemplo de ello suele ser la ubicación en tiempo real para personalizar el contenido mostrado”, añade.
Aquí te brindamos algunos consejos a tomar en cuenta, de acuerdo a ESET Latinoamérica:
- Leer la política de privacidad
- Configurar la privacidad de la cuenta (escoger qué cosa van a ver los demás usuarios)
- Utilizar una contraseña segura y diferente para cada servicio o red social
- No compartir información sensible
- Controlar las aplicaciones conectadas a la cuenta
- No hacer clic en enlaces sospechosos
- No aceptar solicitud de amistad de personas desconocidas
- Actualizar el software de manera frecuente
¿Cómo solicitar lo que saben las redes sociales de nosotros?
Ahora bien, existe una función poco conocida que nos permite ver qué cosa saben las redes sociales de nosotros, al menos en las más conocidas como Facebook, Instagram o Twitter. Esta, por lo general, lleva por nombre ‘Solicitar datos’ y se encuentra en las configuraciones de los aplicativos antes mencionados.
Para solicitar tu información en Facebook hay que cumplir los siguientes pasos desde el celular:
- Configuración y privacidad
- Accesos directos de privacidad
- Tu información de Facebook
- Acceder a tu información
- Descargar tu información
Para pedir tu data desde Instagram:
- Entra a tu perfil
- Ingresa a las tres barritas en horizontal
- Configuración
- Tu actividad
- Descargar tu información
Para pedir tu data desde Twitter:
- Configuración y privacidad
- Tu cuenta
- Descarga un archivo con tus datos