Un equipo de astrónomos ha descubierto las huellas de una galaxia supermasiva nunca antes vista en el Universo temprano. Este tipo de objetos espaciales se creían imposibles debido a la falta de pruebas disponibles que había, pero ahora los científicos lograron conseguir la evidencia más fuerte de su existencia.
Según los autores del estudio, publicado en la revista Astrophysical Journal, el hallazgo proporciona nuevos conocimientos sobre los primeros pasos de algunas de las galaxias más grandes del Universo.
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La astrónoma Christina Williams de la Universidad de Arizona, autora principal del estudio, notó una débil mancha de luz en nuevas observaciones realizadas por el Atacama Large Millimeter Array (ALMA). Por extraño que parezca, el resplandor parecía estar saliendo de la nada.
“Era muy misterioso porque la luz parecía no estar vinculada a ninguna galaxia conocida”, dijo Williams. “Cuando vi que esta galaxia era invisible en cualquier otra longitud de onda, me emocioné mucho porque significaba que probablemente estaba muy lejos y oculta por nubes de polvo”, afirmó en un comunicado.
Los investigadores estiman que la luz tardó 12.500 millones de años en llegar a la Tierra, por lo que muestra una vista de la infancia del Universo.
Los expertos creen que la señal que captaron es causada por el resplandor de las partículas de polvo calentadas por las estrellas que se forman en el interior de la galaxia. Las nubes gigantes de polvo ocultan la luz de las estrellas, haciendo que la galaxia sea completamente invisible.
“Descubrimos que la galaxia es en realidad una galaxia masiva con tantas estrellas como nuestra Vía Láctea, pero llena de actividad, formando nuevas estrellas a 100 veces la velocidad de nuestra propia galaxia”, añadió Ivo Labbé, astrónomo de la Universidad de Tecnología de Swinburne y coautor del trabajo.
Los autores afirman que su hallazgo puede dar solución a una pregunta de larga data en astronomía: algunas de las galaxias más grandes del universo joven crecieron rápidamente hasta convertirse en galaxias masivas cuando el cosmos solo tenía el 10% de su edad actual. Teóricamente no es posible que una galaxia supermasiva se forme en tan poco tiempo.
“Esta galaxia monstruosa oculta tiene precisamente los ingredientes correctos para ser ese eslabón perdido porque probablemente son mucho más comunes”, indica Williams.
Una pregunta abierta, afirman los autores, es exactamente cuántas de estas galaxias hay en el espacio.
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