Esta semana, se reunió el comité de urgencia de la Organización Mundial de la Salud sobre el COVID-19 y, de manera unánime, decidieron que no era “el momento de bajar la guardia” y por eso anunció su decisión de mantener la propagación del COVID-19 como una emergencia sanitaria internacional o pandemia.
El organismo considera que la pandemia aún es una emergencia sanitaria que genera preocupación internacional, pese a que cada vez más más países levantan total o parcialmente las restricciones sanitarias establecidas para controlar el virus. Los especialistas del organismo internacional entienden que la situación está muy lejos de terminarse, debido a que la circulación del virus se mantiene todavía muy activa y que la mortalidad sigue siendo elevada.
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Las brechas tan grandes en el acceso a las vacunas que se mantienen en muchas partes del mundo tienen un efecto directo en que a esta emergencia mundial se le siga llamando pandemia, ya que para la OMS la vacunación es “la mejor manera de protegernos de futuros brotes”
La OMS explicó que para dejar de calificar a esta emergencia sanitaria internacional como pandemia se necesitan varios criterios, algunos epidemiológicos y otros relacionados con impacto del coronavirus en los lugares donde la transmisión se mantiene alta.
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