La vida de Hilario (hoy Illayuq) dio un giro de tuerca la tarde en que se cruzó por el camino de la rescatista Yamile Chehade. Fiel a sus convicciones, la fundadora del “Hogar de Tiwi” no siguió de largo después de encontrar a un cachorro corriendo por la Panamericana Sur.
“Él corría desorientado detrás de unas chicas. Al inicio pensé que estaba con ellas, pero cuando conversé con las dos, me dijeron que no era su perro y que solo las estaba siguiendo. En ese momento decidí llevarlo al albergue”, confiesa Chehade.
Bautizado inicialmente como Hilario, el cachorro fue rescatado con solo cuatro meses de vida. Debido a su edad, logró ser adoptado inmediatamente. Sin embargo, a los pocos días fue devuelto al albergue. “Lo regresaron porque dijeron que él tenía miedo de salir a la calle”, dice Chehade.
Felizmente, al mes siguiente, encontró un hogar a su medida. “Compartimos su historia con la comunidad del perro sin pelo peruano y, a los pocos días, me contactan del Museo de Sitio Pucllana: el perro macho de la huaca había fallecido y podían recibir a un can”, revela.
Para la rescatista, esta posibilidad de adopción era una gran oportunidad para el futuro del cachorro. “Él tiene mucha energía y no quería darlo a una familia que no lo pudiera sacar lo suficiente o fuera a devolverlo otra vez. Sabía que en la huaca sería feliz”.
La dupla de la huaca
Hoy Illayuq (’luminoso’ y ‘afortunado’, en quechua) pasa los días junto a Súmaq, una ‘perrita calata’ de 6 años que también fue adoptada por el Museo de Sitio Pucllana . Para suerte de los dos canes, ellos tienen a su disposición toda la huaca miraflorina para jugar, correr y descansar. Las personas que realizan el recorrido turístico, incluso, pueden interactuar con ellos durante su visita.
“Se levantan muy temprano para comer y reciben a los trabajadores del museo con sus travesuras. Después acompañan a la señora Delia, responsable de su cuidado, a los corrales en donde se reparten los alimentos de los camélidos peruanos, los patos y los cuyes. Luego se preparan para las visitas con un baño o una limpieza previa. Y durante el día recorren con libertad”, cuenta Violeta Morales, coordinadora administrativa del museo.
En este complejo arqueológico los dos perros no solo han encontrado un espacio para agotar su energía, sino también un hogar que les brinda la atención y los servicios veterinarios que aseguran su bienestar.
“El museo cuenta con personal que se encarga del cuidado de la fauna y el servicio de una veterinaria de manera permanente. La señora Delia es quien se encarga diariamente de sus necesidades: ella vela por su alimentación, limpieza, medicación y, sobre todo, les brinda mucho cariño”, explica Morales.
Gracias al rescate realizado por el Hogar de Tiwi, Illayuq no solo ha tenido la oportunidad de sobrevivir, sino también cuenta con un espacio ideal para crecer y desenvolverse sin estrés. “Es un perro muy juguetón, cariñoso y comelón, particularidades que disfrutamos desde que llegó del albergue”, agrega Morales.
¿Quieres darle una segunda oportunidad de vida a una mascota rescatada? Ingresa a wuf.pe/adopta para encontrar a tu próximo amigo de ‘cuatro patas’. Para participar en el proceso de adopción del Hogar de Tiwi, escribe al 991676873.