Un estudio realizado por la Universidad de Harvard en el año 1938 demostró que lo más influyente en nuestra salud y bienestar son las relaciones, sobre todo las de pareja o íntimas. El director del estudio y profesor de psiquiatría, Robert Waldinger, demostró que experimentar felicidad en las relaciones íntimas (amistad, pareja, familia, entre otras) afecta positivamente a nuestra salud, ya que es lo que genera vínculos de protección para los obstáculos que se presentan.
Asimismo, el estudio comprobó que las relaciones de pareja satisfactorias, o tambien llamadas relaciones horizontales, implican un efecto de protección en la salud mental. Por ello, es esencial mantenerlas saludables, pues son la base de toda relación íntima.
La importancia de no descuidar las relaciones
El cerebro junta en las mismas áreas el dolor físico y el dolor social. El estudio confirma que las personas con buenas relaciones personales tienen:
- Menores tasas de ansiedad y depresión.
- Mayor autoestima.
- Mayor empatía.
- Sus relaciones son más fiables y con mayor cooperación.
- Experimentan la sensación de ser queridos, cuidados y escuchados.
Por el contrario, la soledad impuesta puede afectar negativamente a la salud y según Gotman, profesor de psicología y miembro de la Asociación americana de psicología, provocan:
- Sueño interrumpido.
- Presión arterial elevada.
- Mayores índices de estrés.
- Puede sisminuir la sensación general de satisfacción.
- Mayores infecciones bacterianas y víricas.
- Problemas de la salud mental y menos tasas de recuperación.
- Hacen daño a las personas alrededor de la relación.
- Acorta la longevidad.
Las relaciones horizontales y sus componentes
Arun Mansukhani, psicólogo y sexólogo de su propio centro en España, explica al portal Psicología y Mente que hay dos tipos de relaciones: horizontales y verticales.
- Relaciones verticales: Se establecen mediante la dominancia, el control, la responsabilidad a la pareja de mi felicidad, la pasividad.
- Relaciones horizontales: Se establecen mediante la comprensión, el cuidado, pero ambos dan y reciben eso. Esta sería una relación de dependencia ideal entre adultos.
“Hay adultos, que en sus relaciones de pareja no buscan la horizontalidad, sino la verticalidad, siguen buscando alguien que les cuide o que les provea. Hay otros que están buscando alguien a quien cuidar o a quien salvar, o a veces alguien a quien dominar”, explica Carmen Rodríguez de Haro, psicóloga del portal Psicología y Mente.
Así pues, según la experta, necesitamos estos componentes en las relaciones horizontales:
- Regulación emocional, que significa tener una buena autonomía: Corresponde a todo lo que se hace para influir en el estado de ánimo. La autorregulación es todo aquello que hacemos solos, que calma nuestro estado de ánimo: deporte, meditación, relajación, etc. Por su parte, la corregulación es lo que hacemos con otra o con otras personas para encontrarnos mejor: llamar a alguien cuando nos encontramos mal, y hablar con otra persona para calmarnos. Ambos conforman una buena autonomía.
- Seguridad relacional, que significa tener una buena intimidad: La seguridad relacional consiste en saber si nos sentimos seguros cuando estamos solos o cuando estamos con los demás. Las personas que no se autorregulan bien, tienen miedo a ser abandonados, se están esforzando continuamente en las relaciones, olvidándose de sus propias necesidades. Les cuesta mucho decir que no y buscan tener conexiones más profundas.
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