A lo largo de los años, han surgido diversos cánones de belleza que pautan el aspecto físico de las personas, especialmente, las mujeres. Básicamente, en nuestra sociedad siempre se ha considerado la idea de un cuerpo delgado y esbelto, como bello y atractivo, inclusive como un reflejo de una buena salud. Es evidente que, esto ha generado un estigma y cierta discriminación ante los cuerpos más robustos, pues son asociados a ciertas enfermedades, como el sobrepeso y la obesidad. Sin embargo, existe una delgada línea entre el peso adecuado y ser una persona saludable, ya que en realidad el peso ideal conlleva una serie de factores diferentes.
Por esta razón, si nuestro objetivo es lograr un cuerpo saludable, no solo debemos prestar atención a nuestra imagen corporal como tal, sino también es importante tomar en cuenta la cantidad de grasa, la altura, la complexión, los líquidos que se están reteniendo, la masa muscular, entre otros. Probablemente, una de las maneras más comunes de saber si estamos en nuestro peso ideal, es calculando el índice de masa corporal (IMC).
¿En qué consiste el índice de masa corporal?
Según Tania Arauco, coordinadora de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad de Ciencias y Humanidades (UCH), el índice de masa corporal es una medida que calcula la relación entre el peso y la altura de una persona para determinar si se encuentra saludable, por lo que se divide el peso en kilogramos por el cuadrado de su altura en metros (kg/m2).
Cabe señalar que, esta razón matemática fue propuesta por el estadista belga Adolphe Quetelet en 1832 y desde entonces es el índice antropométrico más empleado en todo el mundo. En definitiva, este parámetro propone lo siguiente: un IMC entre 18,5 y 24,9 es un rango saludable y un índice inferior a 18,5 se considera como bajo peso. Mientras que, por encima de 25 es sobrepeso y de 30 hacia adelante, se cataloga como obesidad.
Asimismo, este permite realizar una lectura más profunda, pues es muy útil para evaluar los riesgos asociados a la salud de una persona, puesto que el exceso de peso puede derivar en enfermedades, como la diabetes, afecciones cardíacas, presión arterial alta, algunos tipos de cáncer, entre otros.
¿Cuáles son las limitaciones del IMC?
En efecto, para evidenciar si una persona se encuentra saludable, es fundamental tomar en cuenta el nivel de actividad física, la calidad de dieta que consume y la composición corporal general. Sin embargo, como expresa la especialista, el índice de masa corporal es muy general, ya que no influye la edad, el ejercicio y mucho menos el sexo.
“Es posible tener un cuerpo grande y estar sano, lo mismo que ser delgado y estar enfermo y viceversa. Con el IMC se determina un peso saludable en relación con la altura de la persona, más no se ajusta a los estándares de belleza que impone la sociedad, y que muchas veces pueden atentar contra la salud, ya que son estereotipos poco realistas”, señala Arauco.
Definitivamente, este índice, al basarse solo en el peso y la altura, tiene la limitación de no diferenciar entre masa muscular y grasa, por este motivo, es importante que no se emplee de forma aislada. Por ejemplo, un deportista profesional no puede ser catalogado como obeso por presentar un IMC elevado, ya que en su caso no se trataría de grasa corporal, sino que tiene mucha cantidad de músculo en la composición total de su cuerpo.
Por ello, es clave siempre acudir a un nutricionista, quien nos ayudará en la adopción de hábitos más saludables y, además, será la persona encargada de realizar una adecuada evaluación integral para corroborar el estado actual de nuestra salud y nos podrá brindar las recomendaciones pertinentes para alcanzar nuestro peso ideal.