Florentino Pérez se ha pasado la vida construyendo (y destruyendo). Desde 1997, el actual presidente del Real Madrid comenzó a presidir la empresa ACS (Actividades de Construcción y Servicios S.A.). Su convicción fue consolidarse como un administrador de riquezas. Así llegó al cuadro español en el 2000 y así quiso liderar el proyecto de la Superliga europea. Pero al mejor constructor, con negocios desde hace más de una década en el Perú, se le derrumbó su más ambicioso proyecto.
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“No queremos al presidente de la UEFA”, es una de las últimas declaraciones de Florentino Pérez sobre el esloveno Aleksander Čeferin. Más allá de la evidente caída de su proyecto, el magnate español y hombre fuerte del Real Madrid no ha detenido su discurso frontal y de permanente conflicto. Florentino no será quien ceda ni mucho menos quien quiera apagar este caos generado entre los clubes más ricos del mundo y los máximos entes futbolísticos. No le importa si ya se bajaron de su proyecto el 90 por ciento de los equipos. Florentino dará pelea, así nos guste o no. No es cándido, Pérez. Por el momento, el presidente del Real sostiene su discurso de “replantear su Superliga”.
Y no es la primera vez que Florentino amenaza al statu quo del balompié. Ya lo hizo con la Real Federación Española de Fútbol cuando generó el terremoto antes del inicio del Mundial de Rusia 2018 con la contratación del entrenador Julen Lopetegui. No es exageración decir que este caso fue sísmico. Las salas de prensa de los estadios rusos detuvieron por algunas horas las coberturas del día a día mundialista para seguir el caso español. Un proceso de selecciones que llegaba a su etapa pico se desmoronó por una decisión de Pérez, quien no quiso esperar a que termine el Mundial para anunciar la llegada de Lopetegui, quien tuvo que abandonar la concentración española, fue despedido del cargo por su falta ética y reemplazado de emergencia por el director deportivo, Fernando Hierro.
Ese es Florentino Pérez, un exitoso constructor, que, a veces, también destruye. Y que sabe pelear sus batallas así nos guste o no cuáles sean sus posturas. Como líder de la Superliga se ha mantenido atrincherado frente a la UEFA junto a sus dos últimos respaldos: el Barcelona y la Juventus. Si alguien piensa que Pérez va a ceder, pues no hay nada más alejado de la realidad. No ha tenido esos gestos antes y menos ahora. Como directivo, este empresario ha demostrado ser combativo y un gestor de millones. Sobre todo esto último. Florentino Pérez tiene una palabra recurrente en su vocabulario: millones. Y esos millones hoy están comenzando a escaparse de sus arcas. Por eso, apeló a la Superliga con el respaldo de financieras poderosísimas como Key Capital y JP Morgan. Pero la credibilidad de Florentino en la banca no está directamente relacionado con el éxito deportivo del Real, sino también a su papel de hombre fuerte del sector construcción en todo Europa.
-Lluvia de millones (o plata como cancha)-
“Cada uno de los clubes fundadores hemos perdido 400 millones de dólares”, ha repetido en cada declaración de esta semana, Florentino Pérez. Y para un hombre acostumbrado a ganarlo todo, esta posibilidad de entrar a una etapa de “vacas flacas” lo aterra. No solo ha vivo rodeado de millones desde sus tiempos como gestor de los “galácticos” del Madrid hasta el reciente tricampeonato en Champions. Pérez respira el dinero y, hay que reconocerlo, en muchas oportunidades ha evidenciado que lo ha administrado bien. Florentino llegó al fútbol luego de haber cultivado esa habilidad de Rey Midas. Según la revista Forbes, Florentino Pérez tendría una fortuna acumulada de 1800 millones de euros. Es decir, un billonario.
Y más allá de su exhibición de poder y de su facilidad para asociar al fútbol con máquina de genera dinero, lo que no se le puede quitar a Florentino Pérez es el correcto paso como administrador de riqueza en el Real Madrid. Desde el 2009, que comenzó su segunda gestión, Florentino fue anulando las deudas que sostenía el club hasta reducirlas a cero, incluso en este año con pandemia. Es más, el patrimonio merengue superaría por aproximadamente cien millones de euros al actual Barcelona. A pesar de eso, Florentino quiere más. Cualquier posibilidad de pérdida, hace que Pérez encienda sus alarmas. Por eso creó esta inviable Superliga.
-El nexo con Perú-
En el mundo de la construcción, Florentino Pérez lleva más de treinta años como presidente del grupo ACS, el cual se ha consolidado como una trasnacional exitosa con negocios en todo el mundo y ganando licitaciones de construcciones emblemáticas como la ampliación del metro de Nueva York. El presidente del Real Madrid vino al Perú hace siete años para emprender el inicio de la construcción de la Línea 2 del Metro de Lima. Solo para medir la magnitud de inversión de esta obra revisemos este dato publicado por el diario Gestión en el 2019: las constructoras ACS y FCC emitieron bonos por 500 millones de euros para refinanciar el proyecto. Esto sería para Florentino como comprar dos veces a Kylian Mbappé.
Eso sí, en esa travesía limeña, Florentino Pérez tuvo un encuentro fugaz con las escuelas de fútbol que el Real Madrid tiene en el Perú. Aunque este más fue un gesto simbólico, porque la naturaleza de su viaje era vigilar sus negocios y mantener a nuestro país como público objetivo. Son casi diez años de contratos continuos con ACS y el Estado peruano.
En la misma página de ACS, aparece este documento donde se confirma que la empresa de Florentino Pérez se adjudicó a un contrato en Perú por 792 millones de euros a través de su filial industrial Cobra. ACS se encargó de las instalaciones auxiliares de la nueva refinería de Talara. En la mencionada nota de prensa, además, se afirma que ACS ya tenía una concesión firmada con Petroperú para trabajar en la refinería de Conchán.
Además, ACS aún mantiene un contrato por 13 años más para explotar la planta de tratamiento de aguas residuales de Taboada en Lima, considerada la mayor planta depuradora construida en América Latina. La modalidad empresarial de ACS es encontrar socios estratégicos en la modalidad de construcción, de instalaciones eléctricas y otras ramas industriales para obtener contratos en todo el planeta. La única vez que Florentino Pérez tuvo un largo paso por Lima, en el 2014, no fue para observar jugadores sino para firmar las licitaciones ganadas. No fue para ver canchas. Sino para obtener “plata como cancha”.
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