La visita de Martín Vizcarra a la selección peruana de fútbol en la Videna. (Foto referencial: Presidencia / Video: Canal N)
La visita de Martín Vizcarra a la selección peruana de fútbol en la Videna. (Foto referencial: Presidencia / Video: Canal N)
Mario Fernández

Cuando el titular de la Federación Peruana de Fútbol, Agustín Lozano, respondió una llamada en su celular, tenía al otro lado de la línea nada menos que al Presidente de la República, . Era casi el mediodía del martes 5. La sorpresa para el ingeniero chiclayano no solo fue escuchar, al otro lado de la línea, el ruido de un rotor como de un helicóptero sino de oír la voz de Vizcarra y, de enterarse que nuestro mandatario había recibido una comunicación telefónica directa del presidente de la , el paraguayo Alejandro Domínguez, quién le hizo ver que Lima estaba siendo considerada -en esos momentos en Asunción- como posible escenario de la gran final por el título de la entre River Plate y Flamengo.

La noche anterior Domínguez se había contactado con Lozano a fin de que resolviera algunos aspectos relacionados con temas tributarios. El presidente federativo peruano respondió que a pesar de la premura del tiempo, haría el esfuerzo para que Vizcarra tomara la decisión. Según se conoció de fuentes de primera mano, Vizcarra le contó a Lozano lo interesante que sería que una final de esta categoría se disputara en nuestra capital; que Domínguez le había explicado los puntos a favor que rodeaban a Lima como escenario de este partido; que él (Dominguez) se hallaba a esa hora reunido con sus directivos, representantes de River y Flamengo y los titulares de las asociaciones de Argentina, Brasil y Chile. Este último país porque no se resignaba a perder la sede como desde un primer momento se fijó.

Esencialmente Domínguez quería obtener muy aparte de la seguridad a los protagonistas de la gran final, arreglar el problema de los impuestos. Ello considerando que los jugadores de River y del ‘Fla’ recibirán premios millonarios por la obtención del título y, al ganarlo en suelo peruano, se verían obligados a pagar los impuestos que por ley deben cumplir. Lozano, por su parte, en la llamada de Vizcarra logró que éste tomara el mensaje de manera directa mientras el mandatario se dirigía al VRAEM a una diligencia política y se transportaba en un helicóptero.

"¿Qué necesitamos para no perder esta oportunidad? le preguntó Vizcarra a Lozano. Este le respondió: “Que se atienda la solicitud tributaria de Conmebol, entre otros temas”. Vizcarra imaginó que dando la indicación a su Primer Ministro sería suficiente, pero no. Conmebol ya estaba reunido y decidiendo cuál sería la ciudad elegida. En tanto, la sede de Asunción permanecía en primer lugar porque desde siempre tiene resuelto el tema tributario al ser sede de Conmebol. De forma paralela, Óscar Chiri, Secretario General de la FPF, había acudido a Palacio de Gobierno a reunirse con el Premier Vicente Zevallos y a exponer el caso de manera ‘express’. Explicó la importancia de este evento deportivo y los réditos incalculables que se ganarían.

Lozano pidió agilidad al presidente Vizcarra y ubicó por teléfono a Domínguez y le indicó desde qué número procedería el llamado del primer mandatario, que era de su Edecán, a quien Vizcarra le dio el número celular para que lo llamara. Lozano trianguló dicho enlace y cuando las cabezas de Conmebol y de la República del Perú se pusieron en contacto directo, todo fluyó mejor. El estadio Monumental iba a ser escenario de la final entre River y Flamengo.

Fue una charla de unos 25 minutos que obligó a un cuarto intermedio de la reunión de dirigentes en el edificio de Conmebol. Luego, Domínguez retornó a la sala mucho más que complacido y anunciando que tenía buenas nuevas sobre Lima. Horas después, y con mayor análisis de los escenarios, anunciaron que la final se venía al Perú. Domínguez, que había buscado la exoneración de esos impuestos, lo logró.


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