Chiesa, el héroe de Italia en la Euro que estuvo a punto de dejar el fútbol y debutó en la ‘Azurra’ con Lapadula

Hasta el minuto 60, Italia solo había remato una vez hacia portería: aquel disparo de Insigne que pegó en el travesaño. Era un partido atípico para un equipo que se acostumbró en esta Eurocopa a ser dominador. España era dueño del balón, pero no lograba concretar. De un momento a otro, la ‘Nazionale’ se encontró con el 1-0 gracias al golazo de Federico Chiesa. El extremo abrió el marcador en un encuentro que acabó ganando la selección italiana (4-2 en penales, tras igualar 1-1 en los 120′) y que significó el pase a la gran final de la Euro nueve años después. En 2012, la ‘Azurri’ perdió el título justamente ante España.

Todo comenzó con un ataque español controlado por el portero Donnarumma, que le cedió rápido la pelota a Verratti para encabezar la contra y dar un pase abierto a Insigne por el costado izquierdo. De ahí, un pase profundo y entre líneas para Immobile, quien no pudo controlar por la intercepción defensiva, pero llegó Chiesa para tomar el rebote, acomodarse, disparar a pie abierto y buscar el segundo palo de Unai Simón. Una contra ideal, con tres pases de arco a arco en apenas 13 segundos, y una definición de crack.

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Sin muchas luces, Federico es una de las grandes revelaciones de esta temporada. Con 23 años, fue uno de los goleadores en la Juventus en su primera campaña (anotó 14 tantos y solo fue superado por Álvaro Morata y Cristiano Ronaldo) y es uno de los mejores jugadores de Italia en su primera Eurocopa. El extremo no solo heredó el talento de su padre Enrico, también su carácter. Ante España corrió todo lo que pudo y se fue sustituido a los 107′ acalambrado.

“Técnicamente no sé si nos parecemos, pero en el carácter nos asemejamos mucho. Federico tiene afán por llegar lejos”, confesó Enrico cuando su hijo daba sus primeros pasos en la Fiorentina. El encuentro de este martes por semifinales de la Euro lo confirmaron.

¿Y si dejo el fútbol?

Hoy, Federico Chiesa es tendencia mundial. Su foto seguramente aparezca en primera plana de los diarios italianos. Pero el inicio no fue fácil para el italiano. Sufrió como pocos y estuvo a punto de dejar el fútbol, pese a haber nacido con un balón bajo el brazo.

“Cuando estaba en las categorías más jóvenes no jugaba nunca. Disputé sólo un partido y ni siquiera de titular. A los 13 años pasé por un mal momento. Veía a mis compañeros mejorar física y técnicamente mientras a mí me costaba mantener el ritmo y tuve que ‘bajar’ a jugar con los de un año menos para poder tener minutos. Fue tan duro que pensé en dejarlo”, contó hace poco en una entrevista.

En medio de las adversidades, Federico creció dentro y fuera del campo. Batalló contra su propio apellido -algo que a muchos hijos de cracks les cuesta- y se está ganando un nombre propio en el fútbol. Lleva 196 partidos, 48 goles y 35 asistencias entre la Fiorentina (club en el que debutó) y Juventus. Además, 32 encuentros con Italia y tres tantos.

Chiesa, como algunos de esta revitalizada selección italiana, hizo su debut en medio de esa etapa oscura que significó quedar fuera del Mundial Rusia 2018. Aún jugador de la Fiore, Federico fue citado para el amistoso ante San Marino el 31 de mayo de 2017 con 19 años. Para aquel encuentro también fue llamado Gianluca Lapadula (27), quien en esos días aún no imaginaba que sería figura de Perú en la Copa América cuatro años después.

En el duelo jugado en el Stadio Carlo Castellani de Empoli, el técnico Giampiero Ventura envió un once en el que figuraban Lapadula y Chiesa como hombres de ataque. El ítalo-peruano se despachó con un triplete en su estreno, mientras que el italiano fue cambiado a los 62 minutos por Caprari. El resultado acabó con un contundente 8-0 a favor de la ‘Azurri’.

Lapadula no volvió a ser llamado para defender los colores de Italia y fue convencido por Ricardo Gareca para ponerse la ‘Bicolor’, mientras que Chiesa fue citado para la Eurocopa Sub 21 que se disputó en junio de 2017. Y volvió a disputar un partido con la selección mayor en marzo de 2018.

Los debutantes tomaron caminos distintos. Gianluca cruzó el charco para enseñarnos que hay vida después de Paolo Guerrero. Chiesa se quedó para hacer soñar a todo un país que es posible ganar una segunda Eurocopa.

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