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Un guiño a la nostalgia: La nueva colección de balones adidas que alguna vez acariciaron Pelé, Maradona y Cubillas
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Un guiño a la nostalgia: La nueva colección de balones adidas que alguna vez acariciaron Pelé, Maradona y Cubillas

Un guiño a la nostalgia: La nueva colección de balones adidas que alguna vez acariciaron Pelé, Maradona y Cubillas

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Hay objetos que no necesitan una vitrina para ser reliquias. Basta tocarlos. Basta girarlos entre las manos y escuchar el rumor del tiempo. —un viaje completo desde México 1970 hasta la Trionda del Mundial 2026— no es un lanzamiento comercial, es una declaración de afecto al fútbol. Una especie de museo portátil que cabe en una repisa, pero que por dentro contiene goles, lágrimas, épicas y hasta silencios que solo los Mundiales pueden producir. .

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Desde que adidas asumió la responsabilidad de proveer el balón oficial en 1970, cada Copa del Mundo ha quedado atrapada en un diseño: un trazo negro, un nombre que parece poema técnico o un patrón geométrico que se convierte en fotografía de época. La nueva colección los reúne a todos, uno tras otro, como si fueran capítulos cosidos en cuero sintético. Y al recorrerlos, el Perú también aparece. Porque estos balones vieron jugar a Teófilo Cubillas en México 70 y Argentina 78; vieron a Héctor Chumpitaz liderar a una selección que jugaba con estilo propio; vieron la despedida mundialista de España 82. Y, casi cuatro décadas después, volvieron a rodar bajo los zapatos de Edison Flores, Christian Cueva, Paolo Guerrero y Jefferson Farfán en Rusia 2018.

Los genios del balón

La colección también abre un corredor hacia las dos grandes catedrales del fútbol: Pelé y Maradona. México 1970 fue el último Mundial de O Rei y, al mismo tiempo, el primero de la televisión global. Pelé jugó con el Telstar 70, ese balón blanco y negro que no solo ordenó la estética del fútbol, sino que inmortalizó su figura para siempre. Con esa pelota firmó su tercera estrella, encabezó la sinfonía brasileña, marcó y asistió como si supiera que el mundo lo estaba mirando por primera vez sin distancias ni interferencias. El Telstar se volvió un objeto místico: giraba en cámara lenta, caía como papel en los pies de Pelé y volvía a volar cuando él decidía que era momento de marcar historia. Ese balón fue un personaje más de la selección del 70, quizás el equipo más hermoso que se haya visto jamás. Sin Pelé, el Telstar sería solo un diseño geométrico; sin el Telstar, los últimos destellos de Pelé no tendrían la textura que hoy recordamos casi con devoción.

Foto 2 | El Telstar 18 es un homenaje al primer balón Telstar de Adidas en usarse en una Copa del Mundo, en el Mundial de 1970 en México.
Foto 2 | El Telstar 18 es un homenaje al primer balón Telstar de Adidas en usarse en una Copa del Mundo, en el Mundial de 1970 en México.

Y si Pelé elevó al Telstar, Maradona convirtió tres balones distintos en capítulos de una epopeya personal. En México 1986, con el Azteca, Diego inventó el fútbol moderno: dejó regados a los ingleses en el gol más famoso del mundo, tocó la pelota como quien sostiene fuego con las manos, y la transformó en un arma definitiva rumbo al título. Cuatro años después, en Italia 1990, ya con el Etrusco Unico, jugó roto, limitado, pero igual capaz de conducir a Argentina hasta la final, como si la pelota lo siguiera por instinto. En Estados Unidos 1994, con el Questra, Diego volvió y se fue en un suspiro: un gol, un estruendo, una mirada desafiante a la cámara antes de desaparecer del Mundial para siempre. Tres balones, tres versiones de un mismo genio: el sublime, el guerrero y el inesperadamente trágico. Cada uno de ellos, en la nueva colección, parece contener una parte del alma futbolística de Maradona, como si al tocarlos aún quedara un eco de su zurda que se resiste a apagarse.

La historia redonda

Telstar 1970. El primer balón televisivo. Blanco y negro, como si hubiera nacido para ser estrella en pantalla. El Perú de Didí encontró con ese balón su retorno mágico a un Mundial y Teófilo Cubillas lo convirtió en aliado. Ese balón todavía huele a recuerdo familiar.

Telstar Durlast 1974. Una mejora del anterior: más resistente, más visible. El Mundial de Alemania fue un ejercicio de ingeniería también en los pies. No lo jugamos, pero lo vimos como quien observa una promesa.

Tango 1978. El más elegante de todos. Líneas delicadas, estética casi futurista para la época. Fue el balón con el que Cubillas firmó su poema en la victoria sobre Escocia. El Perú ató su nombre a ese diseño para siempre.

Este es el "Conjunto de Minipelotas Historical Copa Mundial de la FIFA™". Una joya para tener en casa a meses del Mundial 2026. (Foto: adidas)
Este es el "Conjunto de Minipelotas Historical Copa Mundial de la FIFA™". Una joya para tener en casa a meses del Mundial 2026. (Foto: adidas)

Tango España 1982. La continuidad de una obra maestra. Trazos similares, tecnología mejorada. Nuestro último balón mundialista antes del largo silencio. Chumpitaz levantándolo en el vestuario es una imagen que sigue viva.

Azteca 1986. El primer balón totalmente sintético. México volvió a ser el escenario de invenciones y Diego Maradona lo convirtió en protagonista. Un balón que parece hecho para el arte callejero.

Etrusco Unico 1990. Cabezas de león etrusco grabadas en el diseño, como si la pelota guardara un secreto de museo romano. Estética solemne, juego duro.

Questra 1994. NASA en los pies. Tecnología inspirada en cohetes y estrellas. Estados Unidos exigía espectáculo y este balón respondía.

Tricolore 1998. El primero en color. Francia brilló con Zidane y adidas entendió que el balón también debía contar parte de la fiesta.

Fevernova 2002. El más atrevido. Diseños dorados, energía asiática. Algunos lo amaron, otros lo odiaron. Pero nadie lo ignoró.

Teamgeist 2006. La revolución: paneles redondeados, precisión quirúrgica. Alemania lo convirtió en un símbolo de modernidad.

Jabulani 2010. El balón más polémico. Inestable, veloz, impredecible. Como Sudáfrica: vibrante, sonora, imposible de domesticar.

Brazuca 2014. Suavidad y control. Brasil necesitaba un balón alegre y lo tuvo, aunque la historia del 7-1 lo acompañe para siempre.

Telstar 18 (Rusia 2018). El retorno a la estética clásica. Con ese balón Perú volvió a un Mundial después de 36 años. Cueva lloró, Guerrero luchó, Flores corrió como si llevara un país en la espalda. Fue un reencuentro emocional, más que deportivo.

Al Rihla 2022. Un balón rápido, sofisticado, creado para una Copa del Mundo que desafió calendarios y temperaturas. Fue el escenario de la consagración de Lionel Messi.

Así luce Trionda, el balón que adidas presentó para la Copa del Mundo FIFA 2026. (Foto: adidas)
Así luce Trionda, el balón que adidas presentó para la Copa del Mundo FIFA 2026. (Foto: adidas)

El futuro: la Trionda

Y ahora, la Trionda, el balón del Mundial 2026 que se jugará entre Canadá, México y Estados Unidos. Su diseño es una mezcla de dinamismo y geometría: paneles que evocan velocidad, colores que recuerdan rutas migrantes, historias que se cruzan. La Trionda será la primera pelota que verá a Lionel Messi y Cristiano Ronaldo disputar su sexto Mundial. Parece una exageración biológica, pero no: es la última vez que dos leyendas compartirán escenario global, y este balón será su testigo.

Tecnológicamente, la Trionda promete estabilidad en trayectoria, precisión en golpeo y sensores internos que registrarán decisiones arbitrales semiautomatizadas. Pero más allá de la modernidad, hay algo poético en ella: es el puente entre tres países que entienden el fútbol desde lugares distintos. Es el balón de las fronteras abiertas.

La colección de mini balones —que adidas vende en sus tiendas oficiales y plataformas digitales, incluida la filial peruana— permite tener en las manos no solo réplicas diminutas, sino recuerdos portátiles. Sus precios varían según presentación y edición especial, pero el valor real está en lo que significan: un álbum táctil de todas las Copas del Mundo desde 1970.

Más que objetos

Verlos juntos es como leer una biografía no autorizada del fútbol. Están las alegrías, las heridas, los regresos. Están las selecciones que construyeron mitos y las que aún buscan uno. Están Perú en 1970, 78, 82 y 2018; está la emoción colectiva de un país que siempre vuelve a creer; está la memoria mundialista almacenada en cada costura.

La marca adidas no solo lanzó una colección: lanzó una invitación. A recordar. A volver a mirar imágenes que parecían gastadas. A imaginar qué historias escribirá la Trionda en 2026. A preguntarnos si habrá más goles de Messi, si Cristiano tendrá su último grito heroico, si Perú estará más cerca de regresar algún día.

Los balones no hablan, pero cuentan. Y estos, reunidos así, parecen estar narrando el mismo mensaje: el fútbol siempre vuelve. Y cada Mundial, con cada balón, es otra oportunidad para empezar otra vez.

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El precio del es de es de 779 soles y lo puedes conseguir en la web o app de la marca deportiva adidas.

SOBRE EL AUTOR

Estudió Comunicaciones en la Universidad de San Martín de Porres (USMP). Ingresó a El Comercio en el 2004, y trabajó diez años para Deporte Total. En el 2015 se mudó al equipo web del diario para formar parte de Mesa Digital y la revista Somos. Hoy es subjefe de Gestión Digital de El Comercio.