Sergio Santín, asistente de Ricardo Gareca, ha viajado a Armenia (Colombia) para supervisar el desempeño de la selección peruana Sub 23. Esa conexión entre el equipo mayor y el cuadro dirigido por Nolberto Solano es otro factor a rescatar en este proceso del Preolímpico. Existe la intención de incluir entre cuatro y cinco jugadores de este plantel para las próximas convocatorias de las Eliminatorias Qatar 2022 y para la Copa América 2020. Clasificar a Tokio 2020 es un sueño, detenernos en el legado deportivo de este equipo es un sensato contacto con la realidad.
“En menores importa lo formativo, pero no podemos separarnos de la obtención de resultados”, nos dijo hace una semana Ernesto Arakaki, director de menores de la Federación Peruana de Fútbol. Hay entrenadores, como el mismo Óscar Washington Tabárez, que piden darle prioridad al trabajo formativo en menores y juveniles desde dos perspectivas: la ampliación del universo de jugadores para el equipo mayor y la consolidación de un estilo de juego en cada categoría. La Sub 23 de Nolberto Solano no solo debería ser medida por si consigue el cupo olímpico o no (solo clasifican dos en Sudamérica).
Ante Brasil, más allá de la derrota, sería mezquino no reconocer que existe una mejora en comparación a lo mostrado en los Juegos Panamericanos 2019. Por ratos hubo más cohesión colectiva y hasta fue posible hacerle daño en ataque al favorito para campeonar en este torneo. La deuda de este equipo, si lo llevamos al plano del estilo de juego, es que a veces lucía distanciado del buen trato de la pelota. Pero fue posible competir, sobre todo en los últimos treinta minutos.
Y si comenzamos a hacer seguimiento a futbolistas que puedan instalarse en el radar de Gareca, lo de Fernando Pacheco es una saludable evolución después de confirmar su llegada al fútbol brasileño. El extremo da la impresión de haberse quitado una mochila pesada al firmar su traspaso al Fluminense y, precisamente ante Brasil, asumió la responsabilidad de liderar las jugadas que llevaron más peligro al arco de la ‘verdeamarela’.
Pacheco tuvo velocidad, desequilibrio y mejoró en el rubro que más le señalaron sus críticos el año pasado: ahora decide mejor ese último pase. Lástima que Olivares no pudo capitalizar esas asistencias. Por lo menos dos de ellas fueron muy claras y demuestran un paso adelante en el refuerzo del ‘Flu’.
¿Por qué ha mejorado Perú? Ha sido inteligente lo que ha decidido Solano con el respaldo de Carlos Silvestri. Para compensar el poco tiempo de trabajo se ha buscado una base de jugadores. Y si en los Panamericanos esa base fue la San Martín, en el Preolímpico el equipo elegido ha sido Cristal. Ante Brasil arrancaron cuatro celestes (Solís, Chávez, Pretell y Olivares) y dos exrimenses como Pacheco y López. Casi todos de la misma categoría. Por ahí va la mejora en lo colectivo.
Y si con todo esto no alcanza para clasificar al cuadrangular final, ojalá se pueda cumplir el segundo objetivo: nutrir a mayores. A veces perdemos esa perspectiva. Clasificamos a Rusia con la base de una Sub 20 que tropezó en el Sudamericano 2013. Alimentar la lista con más convocables es otro gol. Sobre todo aquí donde todo suma. Donde nunca nos sobra nada