Darío Cubas, campeón panamericano de lucha libre y medalla de plata en lucha grecorromana 2022./ Foto: Hugo Curotto
Darío Cubas, campeón panamericano de lucha libre y medalla de plata en lucha grecorromana 2022./ Foto: Hugo Curotto
Mafe Lovatón Espinel

Darío Cubas es el tercero de una familia que vive y respira la lucha libre y grecorromana. Su padre David Cubas, conocido luchador nacional, es su entrenador y guía. Y su hermano Ryan, el otro espejo con el que creció.

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Desde los siete años empezó a competir, Darío. Ya se proyectaba como uno de los mejores, a nivel local e incluso internacional. Con la edad suficiente para viajar a los torneos, de a pocos se fue haciendo un nombre en el mundo de la lucha, pelea tras pelea, moretón tras moretón.

Con entrenamientos de lunes a sábado, dos o tres veces al día, Darío fue forjando su carrera en un deporte que suele carecer de apoyo en el país. Hoy, con 17 años y tras muchos sacrificios, el joven luchador se coronó campeón panamericano de la categoría cadetes de lucha libre en Buenos Aires. Y, además, se llevó la medalla de plata en lucha grecorromana. “Estuve entrenando desde enero para este momento. Era lo más importante para mí”, comenta emocionado, mirando sus medallas.

Un logro que había anhelado por años y que por fin consiguió, convirtiéndose en el mejor del continente y obteniendo la clasificación al Campeonato Mundial de Lucha U17. Este torneo reunirá a los mejores luchadores del mundo de la categoría cadetes del 25 al 31 de julio en Roma. Es su última chance antes de cambiar de categoría.

Su padre y su entrenador

David Cubas ha sido campeón nacional de lucha en reiteradas ocasiones. Pasó de la lucha a las artes marciales y después de deportista a entrenador. Su pasión por este deporte fue amor a primera vista y no dudó en transmitirles esto a sus hijos. Primero a Ryan y luego a Darío.

Hoy, David está centrado al 100% en apoyar y entrenar a su hijo menor. “Quiero que mis hijos sean mejores que yo”, dicen sin siquiera dudarlo. Como exdeportista es consciente de los sacrificios y el trabajo que hay detrás de cada combate. Eso lo animó a abrir su propia academia de lucha en Santa Anita.

“Mi papá tiene mucha experiencia, es el único que me hace entrenar de manera efectiva y eso me ayuda mucho”, cuenta Darío para quien es un honor continuar con el legado.

Darío Cubas, junto a su papá el reconocido luchador nacional David Cubas. / Foto: Hugo Curotto
Darío Cubas, junto a su papá el reconocido luchador nacional David Cubas. / Foto: Hugo Curotto
/ HUGOCUROTTO

“Gracias al apoyo de mi familia soy el luchador que soy”, asegura el joven de 17 años. Su papá le enseña y con su hermano práctica. Cada entrenamiento es duro, pero al mismo tiempo especial por tratarse de ellos.

Futuro incierto

Hoy por hoy el futuro de Darío es incierto. Si bien su última victoria como campeón panamericano sigue reciente, no todo es alegría. La consecución del cupo para el Mundial ha hecho que el peruano se choque con la dura realidad del deporte nacional, y es que su Federación no cuenta con el presupuesto necesario para que pueda viajar a Italia a competir.

“Es realmente frustrante haber clasificado y ver que por falta de dinero no podré ir”, asegura. Dentro del presupuesto que recibió la Federación por parte del IPD, no contemplaron la posibilidad de que Darío consiguiera esta clasificación. La falta de apoyo de la empresa privada y el poco interés del Gobierno hacen que Darío analice otras opciones.

El poco apoyo a la lucha en el Perú, hace que Darío Cubas analice cambiar de nacionalidad por una donde su futuro como luchador sea mejor. / Foto: Hugo Curotto
El poco apoyo a la lucha en el Perú, hace que Darío Cubas analice cambiar de nacionalidad por una donde su futuro como luchador sea mejor. / Foto: Hugo Curotto
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No le es fácil decirlo, pero se le cruza la idea de buscar otra nacionalidad, donde la lucha no sea la última rueda del coche. “Yo amo el Perú, pero la lucha es mi vida y si no puedo ser luchador profesional aquí, tendré que ver dónde sí podré”, dice con mucha rabia y molestia.

Darío Cubas ha visto de primera mano cómo su papá y su hermano han sufrido el desinterés y el abandono. Ahora él también la sufre. Esperemos que a semanas de que inicie el Campeonato Mundial pueda encontrar una solución y cumpla su sueño de participar, portando los colores del Perú. De lo contrario, el país, una vez más, estaría perdiéndose de un alto valor del deporte.

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