Un día más de invierno, con frío que congela y un cielo inevitablemente nublado, no opacó las ganas y ansias de más de 10 niñas y niños por contagiarse de pura adrenalina en un terreno descampado en Chilca. Muchos de estos infantes, de Aldeas Infantiles SOS Perú, nunca en su vida se habían subido a una moto, pero las expectativas de hacerlo eran más grandes que sus propios miedos. Y, entonces, guiados por Vasko Durand y Shane Chia -dos promesas nacionales del Motocross, ganadores del torneo Winter AMA que se realizó en Florida, Estados Unidos, 2020- vivieron un taller que muy probablemente nunca olvidarán.
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En un viaje de dos horas -de Lima a Chilca- las expectativas revoloteaban dentro de un autobús grande antes del magno evento organizado por Yamaha. En Pachacámac, cerca del destino final, el móvil hizo una especial parada para recoger a los niños de Aldeas Infantiles SOS Perú, los protagonistas de esta historia.
Camino al lugar que aguardaba por ellos, los infantes conversaban entre sí con una timidez tan grande como su emoción por llegar. Era de esperarse. El autobús aterrizó en un terreno descampado, ninguno pensó que ese era el destino, pero algunas banderas azules de Yamaha anunciaron que, en definitiva, ya habíamos llegado.
Ansiosos por bajar, los niños tuvieron que esperar unos minutos más hasta que Sergio, el animador del evento, subió repentinamente al bus vestido de un auténtico motociclista. ‘Checho’ interactuó con los niños por un tiempo, absolviendo todas las dudas posibles, y así les introdujo en el nuevo mundo que iban a experimentar. El entusiasmo, entonces, llegó a su tope.
— ¿Alguna otra pregunta?, pronunció el animador
— ¿Ya podemos bajar?, preguntó una de las niñas ansiosa por iniciar el taller
Y las risas no faltaron.
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Los niños bajaron fugazmente del autobús y continuaron haciendo sus dinámicas con Sergio sobre la abundante tierra de Chilca. Luego, recorrieron tres estaciones: Compromiso, Respeto y Perseverancia. Justamente, en esos tres valores esenciales del deporte se guiaron a lo largo del taller.
Los instructores de Yamaha, en esos momentos, se encargaron de introducir teóricamente a los niños. Y ya en el momento de la práctica, la adrenalina recorrió sus venas. Primero, claro, se tuvieron que colocar los diferentes implementos de seguridad.
Para entonces, Vasko Durand y Shane Chia, de 14 y 10 años de edad respectivamente, ya habían entrado en acción. Inevitablemente, al ver la emoción de los otros niños, ambos tuvieron flashbacks de la primera vez que se subieron a una moto.
A Vasko, su padre lo subió a una moto cuando apenas tenía tres años; Shane hizo lo propio un año más temprano que su compañero de equipo con una pequeña piwi “de cuatro rueditas”. Fue así que ambos comenzaron sus andanzas, logrando coronarse campeones nacionales en el camino y siendo referentes en su categoría a nivel latinoamericano.
“Obviamente teníamos miedo, pero por el gusto que teníamos por este superdeporte se nos quitaba y ya con eso vencíamos todos los miedos”, cuenta Vasko en retrospectiva.
Y, cómo no, ese miedo se hizo real en su momento. Hace tres años, Vasko se rompió el hombro practicando este deporte. Nunca antes lo habían operado, pero esa vez tuvieron que hacerlo. Pero más allá del mismo dolor de la lesión, a él le dolía peor el hecho de dejar de montar. “Estaba muy triste en verdad, porque no podía hacer el deporte que tanto me gustaba”, recuerda.
Shane, a tan corta edad, también pasó por lo mismo que Vasko. Al caer duramente en de su moto en una de sus maniobras, el pequeño se lesionó en el hombro y tuvieron que operarlo, pero superó ese momento difícil como todo un veterano. “Mi brazo no encajó como debía encajar y no se podía hacer nada. Me tuvieron que poner un clavo. Lo bueno es que salí muy bien de la operación y ahorita ya estamos entrenando fuerte para poder ganar el Nacional y el Regional que se viene”, comenta.
Al frente, ahora ambos tienen un largo camino por recorrer y muchos sueños por cumplir. Vasko, por ejemplo, anhela ser campeón en distintos lugares del planeta y correr un Mundial. Shane, por su parte, sueña más en grande. “Quiero ser campeón del mundo”, dice con certeza.
Mientras luchan por esas metas futuras, Shane y Vasko también buscan que su deporte siga creciendo. Por eso, a ellos ahora les tocó ayudar a los niños y niñas de la ONG a vencer sus propios miedos durante el taller.
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Contándole sus experiencias, explicándole paso a paso qué debían hacer con el freno y el acelerador, y dejando que las emociones de los demás niños fluyan, Vasko y Shane, a la par de los instructores de Yamaha, consiguieron que los infantes disfrutaran del pequeño circuito que se formó para el taller.
“Antes de iniciar con el manejo de la moto, primero le preguntamos a los niños si es que saben manejar bicicleta. Esa es una base importante. La persona que sabe manejar bicicleta ya tiene equilibrio para manejar moto. De ahí solamente es el tema de controlar el acelerador y enseñarles a cómo frenar”, nos detalla uno de los instructores.
Es así que algunos lograron soltarse más que otros sobre el circuito. El equilibrio fue fundamental en ese aspecto. Incluso, un niño de la ONG tomó la gran confianza de manejar la moto sin ayuda. Ya se sentía del mismo nivel que Vasko y Shain. Estaba cumpliendo un sueño.
“Ha sido una experiencia muy bonita. Los niños han estado super contentos. Estas son motos de competencia, entonces solo el sonido ya les causa mucha impresión”, nos dice otra instructora.
Definitivamente, los pequeños se habían divertido muchísimo en el taller. Todos, con una sonrisa de oreja a oreja, iluminaron un día en el que ni siquiera había rastro del sol. La felicidad era enorme.
“Sentí un poco de miedo y luego ya estaba más tranquilo”, confiesa uno de los niños del taller mientras come la lonchera que le entregó la organización del evento. “Me sentí nerviosa, sentía que me podía caer, pero luego me calmé y la pasé bien. Me gustó mucho y quisiera volver”, dice emocionada otra niña.
En tanto, Vasko y Shane también se unieron al júbilo generalizado en Chilca. Ambos se sintieron bastante bien al introducir a los otros niños en el Motocross. No fue fácil, pero de todas maneras se trató de una experiencia gratificante para absolutamente todos.
“Estoy muy feliz. Los niños han aprendido rápido. Están felices y eso es lo que más nos gusta a nosotros, que se diviertan y que si les gusta este deporte, que sigan adelante”, expresó Vasko. “Me he sentido super bien de verlos aprender poco a poco. Me ha recordado cuando empecé a montar moto. Fue un bonito momento”, complementa Shane.
Después de instruir a los niños, Vasko y Shane se lucieron con una espectacular exhibición de lo que normalmente hacen dentro del circuito. Las promesas nacionales del motocross presumieron sus grandes virtudes en la tierra de Chilca y maravillaron los ojos de todos los presentes.
Ya al finalizar la impecable función de las dos ‘joyas’ del motocross, las niñas y niños de Aldeas Infantiles fueron reconocidos y premiados por su participación con diplomas y medallas. Así, entre aplausos cy sonrisas incansables, este inolvidable taller llegó a su final. Todos, satisfechos y con muchos aprendizajes, retornaron exhaustos y felices en el autobús, con el anhelo de repetir esa experiencia muchas veces más.