¿Por qué siempre nos encontramos en la necesidad de hallarle un reemplazo a Paolo Guerrero? ¿Por qué siempre nos sumergimos en esa búsqueda infinita de que haya un futbolista con sus características de cara a las próximas Eliminatorias? En el Perú, descubrir otro Paolo, es como hallar una aguja en un pajar. Paolo es de esa clase de futbolistas que aparecen una vez cada 20 años en nuestro país. En Argentina o Brasil, puedes levantar una piedra y ver a uno, pero aquí el deseo de que aparezca un jugador igual es como una especie de fe ciega.
La lesión del delantero del Internacional de Porto Alegre (apartado hasta el final de temporada) nos deja en vilo, a poco de un ‘supuesto’ inicio de las Eliminatorias. Con ‘El Depredador’ fuera de juego, a Gareca solo le quedan dos opciones para el ataque: Jefferson Farfán o Raúl Ruidíaz. La incertidumbre crece en nosotros ante la situación actual de Jefferson (sin equipo). Por ello, existe la necesidad incesante de que salga otro delantero.
En los últimos días se ha postulado a Santiago Ormeño como una ‘especie’ de alternativa para los partidos de octubre, cuando el delantero (de buen arranque en la Liga MX) primero busca una regularidad en el Puebla, antes de ser una solución fija para Reynoso. Y, ¿entonces? ¿Por qué lo sería para nosotros? Y más allá de características físicas (tamaño y corpulencia), ¿cómo postularlo si aún no definimos bien su fútbol? Y es que antes de una decisión, debe haber un análisis.
Si bien nos encontramos en una reconstrucción de la Selección, todo hace indicar que no tendremos un ‘nuevo Paolo’ durante un buen tiempo. Y más allá de que alguien tome su sitio en el área en un corto o mediano plazo, la solución a simple vista es que Farfán defina su futuro en los próximos días, para que encuentre roce y ritmo de juego. Porque si no está Guerrero, Jefferson ha sido una respuesta para el ‘Tigre’. Y calculamos que sería la más acorde al estilo de juego.
Encontrar alguien que juegue de espaldas como él, defienda la pelota con esa intensidad y tenga esa habilidad con el balón tanto fuera como dentro del área, solo puede ser una misión de laboratorio. Como Paolo no hay otro, punto. Y si hay un sustituto de él, no comparemos rendimientos. No sería nada justo. No habrá otro Paolo en 20 años.
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