Pide como condición no hablar de la selección peruana ni de Alianza Lima o Sporting Cristal por razones éticas. Director deportivo del Inter de Porto Alegre desde hace pocas semanas, Paulo Autuori dice que no volverá a dirigir en su país porque el Brasileirao se juega cada tres días y el entrenamiento para él “es fundamental”. No obstante, confiesa que si lo llamaran de nuestro país estaría dispuesto a ponerse el buzo otra vez.
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— ¿Por qué Brasil gobierna en Sudamérica tanto en clubes como a nivel selección? ¿Cuál es la clave?
Tiene que ver con el tema financiero de los clubes. Manejan valores distintos a los demás países de Sudamérica. A nivel selección, Brasil está en un nivel distinto, lo que no evita que existan muchas dudas sobre sus posibilidades ante selecciones europeas más protagonistas.
—¿La mejora solo es económica o también se traduce en cambios a nivel de organización o sistemas de entrenamiento?
A mí se me conoce en Brasil por ser un crítico contumaz de cómo gestiona el fútbol la CBF. No solo debe importar la selección, también necesitamos cuidar otras cosas para elevar el nivel. Al fútbol brasileño le va bien porque el Congreso abrió las puertas a las sociedades anónimas, lo que le permitió transformarse a clubes tradicionales como Botafogo o Cruzeiro y a otros que no son tan protagonistas. Además, se ha abierto puertas a entrenadores sudamericanos como argentinos y uruguayos o europeos como los portugueses. Esta ruptura de paradigmas no es fácil, obliga a la gente a abandonar su zona de confort.
—¿Por qué los brasileños critican tanto a su selección de fútbol?
A Brasil le fue bien en la eliminatoria, no tuvo rivales que lo pongan en peligro. Por eso se le cuestiona que no juegue amistosos con selecciones europeas de alto nivel a fin de establecer dónde se encuentra.
—¿Entonces el fútbol sudamericano se ha igualado para abajo?
No he dicho eso. Algunos países han tenido dificultades para afrontar sus cambios generacionales.
—¿Qué posibilidades reales tiene Brasil para hacer un gran mundial?
Las tiene. La mayoría de los jugadores de la selección está en Europa, así que tienen perfecta idea de lo que pasa allá. Tite es un excelente entrenador, es un hombre muy actualizado, preocupado por conocer a sus rivales. Pero Brasil no tiene un jugador protagonista como antes. Neymar ha dicho que este podría ser su último mundial, lo cual genera dudas sobre sus posibilidades de ser protagonista y encaminar a sus compañeros.
—Neymar es el gran ejemplo de esa fábrica de talentos infinita que es Brasil. Pero en el fútbol moderno el talento ya no es suficiente.
El talento siempre es importante. Hace la diferencia. Pero necesitas también que exista una idea de juego. El ejemplo es el PSG, que puede contratar a cualquier jugador y mire lo que le ha pasado, distinto a lo que ocurre con el Liverpool o el City, donde la continuidad ha fortalecido a ambos equipos. Tiempo atrás Brasil tenía a dos o tres jugadores involucrados en la elección del mejor jugador del mundo, ahora no. Solo está Neymar. El fútbol necesita de una idea colectiva. Y si tienes jugadores con talento, mejor.
—¿Qué le parece que Nolberto Solano, Juan Cominges y Óscar Ibáñez, a quienes dirigió, formen parte del cuerpo técnico de la selección peruana?
Me quedo muy contento. Gente con tanta experiencia tiene mucho que dar en clubes o selecciones. He hablado con Ñol varias veces, me encanta que él, Ibáñez y Cominges sigan trabajando en el fútbol.
—¿Cuando los dirigía ya los veía con madera para trabajar en cuerpos técnicos?
Sí. Solano con la experiencia que tuvo en el fútbol inglés, su lectura de juego, su relación con el balón, por algo Maradona lo llamaba ‘El Maestrito’… Ibáñez ya destacaba por su liderazgo y su manera de ser. Y me quedo contento con Juan, lástima que tuviera tantas lesiones porque pudo dar más como jugador.
—¿Hay algún otro jugador peruano que le gustaría que fuera técnico? ¿Claudio Pizarro o Paolo Guerrero, por ejemplo?
Depende de ellos. Pizarro es un tipo muy listo, con ideas claras. Sin embargo, no me gustaría nombrar a un jugador en especial. Como entrenador siempre he tratado a todos por igual. Soy un hombre de equipo. No sería justo de mi parte.
—Finalmente, ¿ya no será más entrenador?
No soy más entrenador en Brasil porque el calendario no me permite trabajar. Aquí se juega cada tres días, no hay cómo entrenar y para mí el entrenamiento es fundamental. El entrenamiento hace al juego y el juego justifica los entrenamientos. Acá solo trabajo como coordinador técnico.
—¿Y fuera de Brasil? ¿Si lo llaman de Perú?
Cómo no. En todos los países que he trabajado creo que dejé algo, haya ganado o no títulos. Siempre estoy abierto para países como el Perú que, además, siempre va a estar en mi corazón