Hace 25 años, Silvia Uscamayta abrió la agencia de turismo Personal Travel en la Plaza de Armas del Cusco, en el corazón de la ciudad, pero en julio pasado – sin ingresos y en el punto más álgido de la pandemia–el alquiler fue insostenible y tuvo que abandonar definitivamente aquel local que vio crecer sus sueños. Una historia que se ha repetido en gran parte de los negocios que rodean la plaza y que hoy lucen cerrados.
“Ver ahora el centro histórico es la confirmación de que estaba destinado al turista”, comenta Antonella Cerro Acuña, dueña del hotel La Posada del Viajero, que hoy se encuentra a la espera de señales para reabrir en noviembre o diciembre. En temporada alta, sus habitaciones solían estar al máximo de su capacidad, recibiendo a 100 viajeros por día.
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El turismo es sumamente importante para la ciudad del Cusco, en particular si hablamos del turismo receptivo: de los 4,4 millones de turistas extranjeros que llegaban al Perú cada año, más de 1,8 millones visitaban la ciudad cusqueña.
“Hoy estos turistas no están y no volverán hasta el 2021”,sostiene Carlos Canales, presidente de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur). Por esa razón, hoy entre el 90% y 95% de negocios vinculados al turismo en la ciudad están paralizados.
Pero se ven algunas primeras señales de esperanza con el reinicio de los vuelos nacionales hacia el Cusco, el paulatino retorno de los vuelos internacionales al Perú y la reapertura de siete centros arqueológicos del Cusco, entre los que están Sacsayhuaman y Ollantaytambo. En tanto, Machu Picchu, nuestra joya, podrá recibir turistas nacionales en noviembre.
La ciudad y el COVID-19
Según el último reporte regional de Mincetur, Cusco es el segundo destino más visitado por los turistas extranjeros a nivel nacional, siendo el favorito de norteamericanos (25,8%), brasileños(6,8%) y franceses (6,7%).
Para Diego Macera, gerente general del Instituto Peruano de Economía (IPE), las restricciones para el turismo receptivo en el país han tenido consecuencias importantes para la región, más aun considerando que Cusco es la principal región generadora de divisas en el país.
“El turismo era nuestro eje fundamental, pese a que existen otras dos actividades (minería e hidrocarburos) dentro de la región que aportan más al PBI”, comenta Rosa Pino, presidenta del grupo Reactiva Cusco, de la Cámara de Comercio de Cusco. Esta actividad generaba empleos (directos e indirectos) a uno de cada 4 cusqueños.
Algunas de esas consecuencias se perciben en las calles de la ciudad, ya que luego de siete meses de paralización, no todos los negocios han sobrevivido. Pino comenta que conforme a las cifras que ha recopilado, alrededor del 67% de empresas vinculadas al sector turismo (hoteles, agencias, transporte, restaurantes y comercio) se han declarado en quiebra o quiebra potencial. Desde Canatur coinciden e indican que más de la mitad ya quebró. Además,un 30% de agencias de turismo se han reconvertido hacia otros negocios y un 90% de hoteles permanecen cerrados.
Pero el desplome del turismo por el COVID-19 no ha sido el único golpe económico a la región, que hasta junio acumulaba una caída del 18,5%. Ha sufrido también una menor actividad minera y una baja explotación de gas natural en el primer trimestre del año como consecuencia de la restricción de actividades.
Para el cierre del año, Pino de Reactiva Cusco estima que la economía regional caerá un 16% y que la presencia de la informalidad alcanzará el 85% .
Expectativa de reactivación
La semana pasada hubo buenas nuevas para el turismo en el ombligo del mundo, con la reapertura del 30% de los centros arqueológicos de la región. Machu Picchu ya puede recibir a visitantes cusqueños y, a partir de noviembre, permitirá el ingreso de turistas nacionales. Pero el camino para recuperar los niveles prepandemia será duro y tomará tiempo.
“Será un largo andar que deberá sustentarse, inicialmente, en el turismo local”, apunta Macera.
Pero para que el turismo interno se dinamice a los niveles que se necesita, además de controlar el COVID-19 y brindar los protocolos para generar confianza, será importante lanzar promociones atractivas, ya que el bolsillo del peruano se ha visto bastante afectado por la pandemia, enfatiza Canales.
Carlos Milla, presidente de la Cámara de turismo del Cusco, por su parte, sostiene que ya se ve algunos pocos viajeros nacionales que empiezan a llegar. “Avanza lento aún, se pueden contar con los dedos de la mano, pero la buena noticia es que acaba de iniciar”, refiere Juan Stoessel, gerente general de Casa Andina.
Para diciembre, un mes que suele dinamizar las visitas nacionales hacia el Cusco, las expectativas son moderadas. En Canatur auguran que aunque se activarán ligeramente, apenas sería un 10% frente al 2019.
Franco Chaparro, gerente comercial de Sky Perú, no se anima a dar una proyección para diciembre, pero afirma que estará lejos de los 25 mil viajeros que trasladaron el año pasado entre el 20 de diciembre y el 2 de enero.
Por lo pronto, menciona que desde que se abrieron los vuelos locales han transportado a más de 2.600 pasajeros hacia la ciudad imperial, con una ocupación del 77%.
“Si bien en un inicio el perfil de los pasajeros era más corporativo, hemos visto que progresivamente otros públicos han comenzado a viajar más”, agrega Antonio Olortegui, gerente central de asuntos corporativos de Latam Perú.
Muchas de las agencias turísticas, que entre un 60% y 70% se dedicaban a atender al turismo receptivo, están ahora listas para el turista local, señala Uscamayta, quien lidera la Asociación de agencias de turismo de Cusco (AATC) y quien ahora trabaja con su agencia desde su casa. Son conscientes de que para la llegada de extranjeros habrá que esperar.
Y es que más allá de la reapertura de los vuelos internacionales a siete países, todavía no hay impacto para el Cusco. Olortegui opina que se podrá medir mejor el efecto cuando se abran las fronteras a Estados Unidos, Brasil o México.
No obstante, no será hasta marzo o abril del próximo año que se espera la lenta llegada de estos viajeros al país. Ya se ven empiezan a ver , aunque escasas, algunas reservas para esos meses-con facilidades para reagendar– que abren la esperanza.
Por ello, la recuperación del sector todavía se espera para el 2023, indican desde la Cámara de Turismo de Cusco. “Creemos que en el 2021 recibiremos a un 30% a 35% de los extranjeros que nos visitaban normalmente y en el 2022 llegaremos al 60%”, proyecta el gremio.
Medidas y puntos pendientes
Para iniciar la ruta hacia la reactivación y atraer al turista nacional, Canales reafirma que es necesario tener ofertas atractivas. Según comenta a Día1, están preparando un plan junto a PromPerú (como parte de la campaña Turismo para todos) para reducir a la mitad los precios de los servicios turísticos en la ciudad y para visitar Machu Picchu, por un lapso de 90 días. “Esto ya está trabajado y lo lanzaremos en la feria Turismo Perú a finales de este mes”, anuncia.
Además, revela que como parte del plan proponen que los usuarios puedan acceder a una línea de crédito con la banca comercial (con condiciones favorables), para usarla en turismo interno y con ella puedan acceder a tarifas especiales en miles de establecimientos turísticos que empadronará Canatur.
En paralelo, será importante promocionar a las regiones como destinos seguros y eliminar las restricciones de los domingos y toque de queda, agrega Stoessel. Sobre lo primero, el sello “Safe Travels” del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés) otorgado la semana pasada al Perú, en Machu Picchu, es un primer paso.
Pero más allá de todas las iniciativas, hay problemas de fondo que arrastra Cusco como producto turístico.
Según la Cámara de Comercio de Cusco, la insatisfacción de la ciudad como destino turístico superó el 60% en el 2019. “Esta cifra tan alta se debió a que las tarifas eran muy caras, no desarrolladas a nivel de experiencia y con un turismo colapsado. Debemos hacer un mea culpa y ofrecer una experiencia de turismo distinta”, sentencia Pino.
Desde la AATC reconocen que este es un pendiente urgente. “Lejos de hablar de reactivación, hay que hablar de reconfigurar el destino”, apunta Uscamayta. Como gremio presentaron una propuesta a Mincetur que incluye mejoras al destino.
Entre los puntos está priorizar inversiones para mejorar los accesos a los sitios turísticos e impulsar otros circuitos. Para la empresaria,no se puede hacer más de lo mismo.
En efecto, para Milla, lugares turísticos como Machu Picchu son un callejón sin salida, con una congestión enorme y un protocolo que puede mejorar. Propone que se puede ampliar el área de visita y conectarlo con otros puntos turísticos como Choquequirao. “Hay oportunidad de preparar Machu Picchu con un protocolo de operación adecuado”, señala.
Asimismo, Canales remarca que, pese a la pandemia, no se debe aplazar ningún proyecto de infraestructura turística como Chinchero. Según los cálculo, estaría listo cuando el Perú se recupere, “por lo que debe empezar pronto”.
El desafío es grande para que la ciudad imperial renazca fortalecida.
Datos
- Nuevo perfil viajero. El turista que saldrá de viaje ahora será más millenial. en busca de aventura y naturaleza, cuentan desde Reactiva Cusco. “Hay cambios interesantes que se empiezan a ver, más gente joven y grupos reducidos”, añade Juan Stoessel, de Casa Andina. La ocupación hotelera promedio, antes de la pandemia, en la otrora capital del imperio inca era de 70%.
- Cambios forzados. Según Canatur, el 100% de guías turpisticos tuvo que dedicarse a otra actividad por la pandemia. Ese es el caso de Álvaro del Águila(56), quien ahora se dedica a elaborar mosaicos de vidrio decorativos y a la venta de miel. Tiene 35 años dedicado al turismo.
- Agencias. Se estima que existen alrededor de 1200 agencias de turismo en la región. Entre el 63% de 68% de ellas alquilaban sus locales en el centro histórico. Desde la AATC afirman que el 100% de todas ellas han tenido que ejar sus locales por los alquileres.
- Alquileres. El 61% de los empresarios alquilaba locales en el centro histórico de la ciudad. De acuerdo a Reactiva Cusco, muchos negocios han abandonado esos espacios,
- Otros efectos. Uno de los lugares de moda para los viajeros en la ciudad , Limbus bar, asegura que desde la reapertura en octubre están aumentando ventas poco a poco. Ahora genera el 20% de sus ingresos usuales con público local y algunos visitantes. Antes de la pandemia, el 70% de su público era extranjero. Chez Maggy, la clásica pizzeria cusqueña con 42 años de vida, empieza a ver movimiento de consumo local, pero señala que ahora-por la crisis- comer pizza es un lujo.
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