La convulsión social que atraviesa nuestro país desde diciembre viene erosionando los ingresos y el capital de trabajo de los pequeños negocios.
De acuerdo a Rodolfo Ojeda, presidente del gremio de la Pequeña Empresa de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), existe actualmente mucha incertidumbre a nivel de las mypes. “Muchos negocios, incluso, ya cuentan con el material comprado para participar de la campaña escolar, pero todo está paralizado. Además de arrastrar el fracaso de lo que fue la campaña navideña. Así, no se están logrando recuperar ni retomar sus ventas en la prepandemia”, explica.
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La campaña navideña, en efecto, no fue buena, coincide Jorge Solis, presidente de la Federación Peruana de Cajas Municipales de Ahorro y Crédito (FEPCMAC). “Varios productores de bienes y servicios se han quedado con sus stocks, ya que no pudieron vender todo. Al quedarse con inventario y no venderlo, no han podido tomar créditos para renovar su capital de trabajo”, comenta.
En tanto, hubo también los que sí se han embarcado en tomar algún crédito o préstamo para apostar por la campaña de Navidad y , ahora, para la escolar, esperando que les ayuden a generar ingresos. Solis comenta que hubo gente que tomó crédito pensando que sería una buena campaña de fin de año, pero no fue así. La convulsión social, cuya escalada empezó en diciembre, impactó en ello. En la campaña navideña del año pasado, recuerda, se vendió 40% menos de lo esperado.
Es por esta razón que muchas mypes hoy se encuentran descapitalizadas y no cuentan con capital como para apostar todas sus fichas y afrontar una campaña escolar o renovar su stock, afirma Solis. “Se quedaron con inventario”, indica.
Al ser así, el ejecutivo comenta que si las mypes no pueden pagar, hay riesgo que de que salgan del mercado 2 millones de micro y pequeños empresarios, que hoy ya se encuentran en ‘default’. “No tienen capital de trabajo, están parados y están empezando a cerrar. El tema es delicado y alarmante”, asegura. Este, comenta, es un impacto a nivel nacional. No obstante, precisa que el 60% estas mypes se encuentran en el sur del país, la zona más crítica de las manifestaciones ante el descontento social y que piden tanto la salida de la presidenta Dina Boluarte como nuevas elecciones este año.
Es más, ayer Guillermo Berdejo, vocero de la Unión Nacional de Gremios Mypes del Perú, sostuvo que desde el inicio de las protestas contra el actual gobierno, calcula que son alrededor de 3% a 4% de las mypes que han tenido que cerrar. “Hay empresas que solo están vendiendo S/. 30 al día, con eso no pueden sostener a sus trabajadores (..) En el transcurso de esta semana, [estos cierres] pueden elevarse a un 8%”, dijo.
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“Hay empresarios que están con locales alquilados que ya no pueden abrir. En el Centro de Lima todos los locales están cerrando a partir de la 1 pm y el público ya no va a hacer compras”.
En el Perú, las mypes son sumamente importantes, si las cuantificamos suman ya 3,5 millones que componen la fuerza productiva del país.
Ojeda recuerda que las mypes no suelen acceder con facilidad al sistema bancario formal, por lo que solicita que se ayude a las mypes a acceder a financiamiento. En tanto, Solis pide un salvataje financiero.
Situación de las bodegas
Dentro del universo de las pequeños comercios también encontramos a las bodegas, sumamente afectadas por el avance de las protestas. Andrés Choy, presidente de la Asociación de Bodegueros del Perú, comenta que en las zonas más complicadas, al sur del país, como Cusco, Arequipa e Ica Puno y Madre de Dios, las ventas han caído en un 70%.
En el caso de Arequipa, precisa que han habido problemas en el centro de la ciudad, pero que ya se está volviendo a vender. En el caso de Cusco, Puno y Madre de Dios, las zonas más convulsas, están bastante afectadas por el gran desabastecimiento de productos - a causa de las vías bloqueadas- y el temor de los negocios de abrir sus puertas por las amenazas que reciben en algunos puntos. Comenta que entre 2 mil y 3 mil bodegas han cerrado - por el momento- por esa razón.
La presencia de las bodegas en el sur de nuestro país es importante, representa una tercera parte de todos los puntos de venta que existen, esto es, poco más de 100 mil bodegas.
Si bien el Gobierno está anunciando la liberación de algunas vías, Choy comenta que las bodegas recién sentirán este impacto una semana después, por los tiempos de despacho.
Y si bien en Lima, el norte del país y algunas otras regiones no están directamente impactadas por la falta de abastecimiento ante las vías tomadas, “el problema es que los consumidores tienen una menor capacidad adquisitiva en este momento. Ya no les alcanza debido al alza de los precios de los alimentos, por la inflación”, comenta.
Si el precio no baja, anota, se contrae la demanda.
Choy recuerda que esto se percibe también desde la campaña navideña, que tampoco fue buena para las bodegas por las protestas y por el mayor precio de los productos. Para el empresario, proyectaban inicialmente que las ventas se incrementarían en un 15% frente a un mes normal. La realidad fue que la venta, incluso, decreció en 10%, por lo cual muchos bodegueros se quedaron con productos de temporada como panetones, que ahora se están rematando. “Nos hemos quedado con este stock remanente, que estamos tratando de vender”, indica.
Efectos en las bodegas de Lima
El empresario comenta que si bien el mayor golpe lo están sintiendo las bodegueros que trabajan en el sur del país, el menor poder adquisitivo de los consumidor, que tiene un presupuesto más acotado en Lima, se ha traducido en una caída en ventas, en promedio, del 10% frente a lo esperado, dependiendo la zona de la capital. Eso en un contexto el que, de por sí, el mes de enero suele ser un mes bajo”, comenta.
En medio de estos desafíos, Choy remarca que muchas bodegas están tratando de diversificar sus productos, ya que al apostar por un solo segmento no se puede sostener el punto de venta. Pone de ejemplo de que si solo se tiene abarrotes, con el alza de precios de estos alimentos, no se tendrían casi ingresos. La alternativa de incluir otras categorías, servicios de agentes bancarios, recargas o lotería son opciones de diversificación que están ayudando a que las bodegas tengan un mejor flujo, refiere.
Aunque no se sabe la cantidad de bodegas que están cerrando definitivamente en este contexto, Choy indica que el cierre y apertura de bodegas es una dinámica económica normal. Sin embargo, al tener una economía atípica, solo se observan cierres. En todo el país existen más de 300 mil bodegas.