La segunda administración de Trump ha planteado una serie de medidas que están suscitando un remezón en la economía mundial. El incremento del proteccionismo, una probable expansión fiscal y un endurecimiento de las políticas migratorias en Norteamérica ya están impactando los mercados financieros internacionales y hacia adelante se anticipan efectos negativos sobre el crecimiento mundial.

Este escenario externo más retador encuentra a Perú con buenos fundamentos macro, en particular los externos (altos términos de intercambio, baja dependencia del financiamiento externo, adecuada composición de activos y pasivos internacionales), lo que ayudará a contener, en alguna medida, los impactos negativos de las acciones que adopte el nuevo gobierno estadounidense. Si bien lo anterior sugiere que el impacto macro sobre Perú podría ser, al menos hasta ahora, relativamente acotado, un análisis más desagregado revela que ciertas actividades, grupos de familias que dependen de las remesas y la inversión extranjera podrían estar algo más expuestas.

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Maro Villalobos

Por el lado comercial, EE.UU. representa el 13% de todas las ventas de Perú al exterior. Esta participación está lejos del 35% de los envíos a China, e incluso como bloque, América Latina es un mercado más importante (16%). Sin embargo, EE.UU. es un destino de ventas externas significativo para ciertas actividades que son intensivas en mano de obra. Por ejemplo, de las ventas al exterior de la agroindustria, el 36% va al mercado estadounidense. Más expuesto aún está el sector de textiles que envía a Estados Unidos el 57% de sus despachos al exterior.

En cuanto a las remesas provenientes de todas partes de todo el mundo, se estima que equivalen al 1,7% del PBI de EE.UU. Este porcentaje, si bien se ubica por debajo de la media de América Latina (2,3%), no es un monto menor, el cual asciende a US$4.800 millones. De esta cantidad, más de US$2.100 millones (48% del total remitido) provienen de EE.UU. Una disminución de estos envíos podría afectar la capacidad de compra de las familias peruanas que dependen de estos ingresos.

Dentro del saldo de Inversión Extranjera Directa (información de Proinversión) en 2023, los capitales provenientes de EE.UU. ascendieron a unos US$3.237 millones, 11% del saldo total, (el saldo de capitales chinos representó el 4%, aunque se estima que esta participación debe haber aumentado el año pasado). EE.UU. ocupa así la cuarta posición como inversionista extranjero en Perú, con operaciones en sectores clave como Minería, Industria, Energía y Petróleo.

¿Está Perú ahora mismo en el radar de la administración estadounidense? Tal vez no. En 2024 tuvimos un déficit comercial con Estados Unidos. Además, somos pequeños dentro de su comercio: representamos apenas el 0,6% de lo que Estados Unidos vende globalmente y el 0,3% de lo compra del resto del mundo. Pero la creciente integración comercial con China y la presencia cada vez mayor de ese país como inversionista, así como el avance del narcotráfico puede hacer que la atención se dirija hacia Perú. Si bien a nivel macro los impactos podrían ser digeribles, existen ciertas vulnerabilidades que se deben tomar en cuenta.

Hugo Perea es economista jefe del BBVA Research.

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