
En países con estaciones marcadas existe una particularidad: las preferencias de compra del consumidor varían significativamente con cada cambio de temporada. En el caso del verano en Perú, entre diciembre y marzo, los consumidores buscan productos que ofrecen mayor higiene, frescura y bienestar. Este fenómeno es particularmente visible en las categorías de cuidado e higiene personal, donde se suele observar un aumento en la demanda y frecuencia de uso de tratamientos para el cabello, antitranspirantes, productos de depilación, y por supuesto, protectores solares.
El calor y la mayor exposición al sol generan una frecuencia de uso más alta de estos productos, lo que se traduce en compras más frecuentes o de mayor tamaño. En P&G nos dedicamos a conocer al consumidor y sabemos que durante esta temporada quiere verse bien, pero más importante aún, sentirse bien. Por ello, sabemos que el crecimiento en las categorías de cuidado personal está estrechamente ligada a estos factores climáticos.
Más allá del impacto estacional en la demanda, la estabilidad macroeconómica juega un papel crucial en el desempeño del sector. A diferencia de años anteriores, en 2024 el país atravesó por un período de mayor estabilidad, lo cual se reflejó en la recuperación de indicadores económicos como el crecimiento del PBI y la estabilización de la inflación y del tipo de cambio. Además, la reducción de la tasa de referencia a finales del año pasado facilitó el acceso al crédito.
Como consecuencia a esta mejora en los indicadores macroeconómicos y principalmente a una inflación más estable, los hogares han logrado planificar mejor, hacer compras más grandes e incluso se están dando la oportunidad de incluir marcas más premium en su consumo. Bajo este contexto, el 2025 ha comenzado con el pie derecho, con expectativas optimistas y un panorama más favorable para el crecimiento de las categorías de consumo masivo y, en especial, de cuidado personal.
Otro factor importante que impulsa esta expansión y el comportamiento del consumidor es la diversificación de los canales de compra. Si bien las tiendas físicas siguen siendo el principal punto de adquisición, el comercio electrónico ha ganado terreno de manera significativa. Las plataformas digitales, supermercados en línea y aplicaciones de delivery han facilitado el acceso a productos de cuidado personal, permitiendo a los consumidores realizar compras rápidas y programadas desde la comodidad de sus hogares.
Si bien el verano representa un gran impulso para el consumo masivo, las empresas también deben estar preparadas para garantizar la disponibilidad de productos en el momento y lugar adecuado a fin de capitalizar la temporada de mayor demanda. La gestión eficiente de inventarios y la capacidad de respuesta ante picos de demanda serán determinantes para el éxito de las marcas.
La creciente competencia en el sector, sin duda, exige a las compañías reinventarse constantemente y apostar por estrategias innovadoras que les permitan destacar. Desde promociones atractivas y el desarrollo de nuevas formulaciones hasta campañas publicitarias diseñadas para conectar con el consumidor, la fórmula secreta radica en la capacidad de adaptarse a un mercado dinámico y en constante evolución.