
Escucha la noticia
Exposición antológica de Miguel Aguirre: la celebración del concepto
Resumen generado por Inteligencia Artificial
Accede a esta función exclusiva
Resume las noticias y mantente informado sin interrupciones.
Antes de ingresar a la galería, cientos de postales, fotografías, retratos familiares, envuelven al espectador. Es un espóiler de lo que vendrá: las imágenes serán el material de construcción de la pintura. En la sala, las diferentes búsquedas del artista visual Miguel Aguirre (Lima, 1973) se revelan especialmente diversas: productos de supermercado convertidos en cámaras estenopeicas; imágenes de violencia impresas en el diario; estilizadas infografías de infantil encanto sobre persecuciones y balaceras. En otro rincón de la sala, el artista manipula digitalmente las fotografías de un viaje de sus padres a Río de Janeiro para incluirse en el turístico paseo registrado antes que hubiera nacido. Muy cerca, un terrorista suicida es registrado por la cámaras de videovigilancia, cuando el 7 de julio de 2005 cuatro explosiones paralizaron el sistema de transporte público de Londres en plena hora punta. La aplicada pincelada reproduce el registro del video, la distorsión televisiva, el grano de la fotografía periodística, replicando las misteriosas capas de la información mediática.

LEE TAMBIÉN | Alain Delon: un duro más que un galán
También destacan sus impactantes retratos familiares, en los que el artista indaga por su herencia genética. El retrato de conjunto de su madre en 1998 junto con sus compañeras, el rostro de su padre, el diseño geométrico de su chompa. Con Verónica Luján, su esposa, pinta a dos manos a su hijo Mikel, con segundos de nacido, antes de que el cirujano corte el cordón umbilical.
Otras reflexiones visuales nos hablan de economía, corrupción, fragmentación política. Y como presencia permanente, los incendios: atentados, invasiones, ardiendo en cualquier noche de noticiario. Aguirre pintar el fuego y su amenaza.

—Sombras, nada más—
En el repertorio de lugares comunes de la prensa cultural está el recurso de describir la antológica de un artista plástico como una “celebración de la pintura”. Miguel Aguirre nos obliga a reformular el tópico: digamos que estamos frente a la celebración del concepto.


En efecto, el espectador encontrará disueltos en pintura los conceptos, intereses, obsesiones y preguntas recurrentes que sustentan su trabajo. “Siempre he buscado la sorpresa, que mi obra anime una discusión colectiva”, explica el artista. “Huyo de toda etiqueta rápida o fácil. El eclecticismo me otorga libertad”.
Se trata de una obra notablemente coherente, como advierte el curador, Iosu Aramburú. Dentro de esta diversidad, permítasenos buscar un punto en común: la clásica alegoría de la caverna de Platón, que nos advierte sobre confundir la realidad con sus sombras proyectadas. En la obra de Aguirre, las sombras, registradas por la emulsión fotográfica o digitalmente, forman parte de un universo mediatizado. Su trabajo es su forma de alzar la voz de protesta ante esas realidades manipuladas, aquellas cuya imposición conviene solo a unos pocos.

![Miguel Aguirre, pintor y artista visual que radica en España.[Foto: Alessandro Currarino]](https://elcomercio.pe/resizer/v2/LDQHXPAQT5DQRI2W6ZJCWHUIMA.jpg?auth=2f80f390c7b8c18c175a8d32b0639c2c45cf38b815a2e25ec2dadbb090f87ce9&width=640&height=360&quality=75&smart=true)






