Los estudios universitarios no son un requisito para postular al Congreso, pero sí pueden convertirse en una variable que el electorado considere a la hora de decidir su voto. Una revisión de las hojas de vida que los candidatos presentaron ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) arroja que el 25% de ellos no consignó que haya cursado estudio universitario alguno.
El Comercio revisó de manera sistematizada las hojas de vida de los tres mil candidatos que se mantienen en carrera hasta la fecha. El 51% de los postulantes terminó su carrera y cuenta con título universitario, mientras que el 24% restante cursó estudios, pero sin lograr el cartón de licenciado.
Los partidos que más titulados postulan en sus listas son Alianza para el Progreso (67%), el Partido Morado (65%) y el Partido Popular Cristiano (63%). En el otro extremo, las tiendas políticas con menos titulados son Podemos (43%), Renacimiento (40%) y Frepap (11%). En el caso del partido del pescadito, la cifra de aspirantes que no registran tener estudios universitarios asciende a un 74%.
En lo que se refiere a estudios de posgrado, solo el 11% del total de candidatos registró tener una maestría; el 2% un doctorado.
—Sin margen de aprendizaje—
El especialista en temas parlamentarios Alejandro Rospigliosi recordó que el perfil del electorado peruano –analizado en años anteriores por el JNE– muestra que las características profesionales son variables que se usan al momento de elegir el voto.
Rospigliosi sostuvo que en un período congresal de cinco años los parlamentarios tienen espacio y tiempo para tener una curva de aprendizaje. Sin embargo, en el período que comenzará en el 2020, los legisladores solo tendrán 16 meses de gestión. “Acá es donde el perfil profesional se vuelve relevante, pues tendremos un Congreso de casi un año y medio, y se necesitará que puedan desenvolverse en el quehacer legislativo, en los procesos, en las comisiones, para la toma de decisiones claves”, afirmó el especialista.
Pese a esto, Iván Lanegra, secretario general de la Asociación Civil Transparencia, advirtió que el título o la capacitación educativa no garantiza una calidad en el trabajo parlamentario. “El porcentaje de titulados en el Congreso siempre ha sido alto, y eso no ha sido un indicador de calidad”, refirió.
Lanegra enfatizó que en el trabajo de las comisiones no solo se debe buscar afinidades con el perfil profesional de un congresista, sino que también debe asegurarse la permanencia en los cargos. En ese sentido, añadió que los candidatos elegidos deben formar un equipo técnico en sus despachos para respaldar sus labores.
Por otro lado, Rospigliosi indicó que los estudios consignados en las hojas de vida de los candidatos a las elecciones del 2020 deben ser revisados, pues en los últimos Parlamentos se han detectado mentiras. En el Congreso disuelto, Maritza García (Cambio 21) fue suspendida por presuntamente consignar información falsa sobre sus estudios superiores de Derecho.
Este Diario también filtró la base de tres mil candidatos en el Registro de Grados y Títulos del portal web de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu) y solo 1.688 tienen inscritos sus estudios.
Desde Sunedu nos explicaron que tienen inscritos los títulos desde el 2014 –cuando se promulgó la Ley Universitaria– en adelante. La inscripción de títulos anteriores depende de las universidades, y de los interesados en oficializar sus títulos.