Abby Ardiles

Casi al final del día, cuando los miles de compradores y comerciantes abandonan las calles de Mesa Redonda, el Mercado Central y Barrios Altos, los almacenes clandestinos inician su rutina de abastecimiento. Camiones de carga pesada llegan bajo la protección de la noche, aprovechando la escasa vigilancia y la oscuridad de las calles para operar sin ser detectados.

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