El 14 de diciembre último este Diario informó que los feminicidios perpetrados en lo que va del año han ocasionado que 73 menores y mayores de edad queden huérfanos, según las estadísticas del Ministerio Público. El número creció a 75 con el adolescente y el bebé que murieron junto a su madre el último domingo en El Agustino.
A pesar de que el año aún no termina, la cifra es superior al cierre del 2018. Esta llegó a 45 víctimas directas de la violencia ejercida contra sus madres. Del total de 73 huérfanos reportados hasta octubre, 40 eran menores de edad y 33 mayores.
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De acuerdo con el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), entre enero y octubre, 80 mujeres dejaron en la orfandad a sus hijos por ser víctimas del delito de feminicidio, y 8 murieron cuando estaban gestando. Con el asesinato de Jéssica Tejada (34), asesinada el último domingo en El Agustino, la cifra aumenta a 81.
En diciembre del 2018, el Ministerio de la Mujer creó la estrategia “Te Acompañamos” con el objetivo de “garantizar, entre otros, los derechos de las víctimas indirectas de feminicidio y de tentativa de feminicidio”, es decir a de los huérfanos.
El propósito de la norma también es recabar y sistematizar la información de los huérfanos y supervisar que las víctimas indirectas accedan a los servicios públicos del Estado realizando el seguimiento a las acciones de las entidades involucradas. ¿Esto se cumple? Este Diario conversó con dos abuelas maternas, que prefirieron no dar sus nombres, quienes aseguraron que el Estado no cumple a cabalidad con brindar todos los servicios por ejemplo las terapias psicológicas. “Deberían darles becas de estudio. Pasa el tiempo, pero es difícil superar todo”, dice una abuela materna. El MIMP asegura que sí está cumpliendo y que se trata de una política multisectorial.
Eliana Revollar, Defensora Adjunta de los Derechos de la Mujer, indica que las víctimas directas de los feminicidios deben recibir atención hasta cuando sea necesario “El efecto es de por vida. Requieren tratamientos”, dice.
La funcionaria explica que cuando una mujer muere a causa de feminicidio y tiene hijos, lo primero que hace el personal de los centros de emergencia mujer es intervenirlos y derivarlos a la Unidad Especial de Protección del Ministerio de la Mujer. “Se hace una evaluación, si hay un familiar que se hará cargo de ellos o si están en abandono. Es importante señalar que muchas veces la familia del feminicida toma posición a favor de él y pretende quedarse con los huérfanos. Eso es analizado”, señala.
El MIMP dicta medidas de protección a los menores, en algunas ciudades lo hacen los jueces. “Se decide, siempre cautelando sus derechos, si deben vivir en la familia materna, lo que usualmente sucede, o si deben ser llevados al Inabif”, dice Nancy Tolentino, directora ejecutiva del Programa Nacional contra la violencia familiar.
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