Entre las 8 p.m. del viernes y las 11 a.m. de ayer sábado, agentes de la policía, que inicialmente se negaban a identificarse, llegaron a la casa de Alonso Chero, el periodista de El Comercio que recibió el disparo de un proyectil por la espalda mientras cubría la marcha del jueves 12. En varias oportunidades, le pidieron entregar la evidencia del ataque contra el reportero: un proyectil redondo de vidrio (con las mismas características de una canica) que le extrajeron del cuerpo por medio de una cirugía.
Todo comenzó ayer alrededor a las 7 p.m. cuando un grupo de policías tocaron la puerta de su casa, solo identificados como miembros del Departamento de Investigación Criminal (Depincri) de Breña. “Ellos querían saber cómo iba yo a ‘proceder’ tras el ataque que sufrí. Luego dijeron que ‘hay datos que no coincidían’ sobre las clínicas en las que fui atendido al recibir el disparo, pues primero me llevaron a una clínica y después a otra... un hecho que no tenía nada que ver con el asunto de fondo”, narra Chero.
A través de la ventana, los agentes le preguntaron directamente si él tenía la bola de vidrio en su poder. Él respondió que probablemente la tenía un familiar suyo o que aún lo tenían los médicos del establecimiento de salud. “En ese momento, escuché que uno de los policías le dijo al oído a su compañero que el objeto no estaba en la clínica”, dice Chero. Eso explicaría por qué fueron a buscarlo a su propia casa. El abogado del fotógrafo, Julio Rodríguez Salazar, del Estudio Seminario Sayán, sostiene que la evidencia será entregada a la institución correspondiente, es decir, al Ministerio Público.
“Minutos después me trajeron un documento que indicaba que yo mismo había acudido personalmente a la Depincri, lo cual es totalmente falso y por eso me negué a firmarlo”, dice el periodista de El Comercio. Nuevamente, alrededor de las 10 p.m. Alonso Chero escuchó que tocaban la puerta de su casa insistentemente, pero decidió no volver a atender el llamado. “Parecía incluso que querían entrar”, nos comenta.
La insistente visita de policías se repitió esta mañana en dos oportunidades más. Primero, dos policías –dos hombres y una mujer– sin uniforme llegaron al domicilio queriendo hablar con Alonso Chero. Luego, regresaron uniformados los tres agentes, quienes, sin embargo, en actitud agresiva se negaron a identificarse como policías, tocando la puerta de su casa para hablar directamente con el reportero, pero volvieron a irse. Mientras todo ocurría, cuatro patrulleros rodeaban la casa del periodista herido, diciendo que “solo estaban en labor de tránsito”.
Por última vez, otro sujeto vestido con polo azul y pantalón negro exigió nuevamente entrevistar a Alonso Chero. Al no querer identificarse, El Comercio se vio obligado a pedirle información oficial a la Policía Nacional para conocer el nombre del agente que permanecía en la puerta de la casa. Solo de esa manera se supo que se trataba del teniente Eduardo Guanilo Montoya, de la unidad de Homicidios, a quien supuestamente le encargaron averiguar “por qué una canica de vidrio terminó en la espalda de Chero”. Es entonces cuando reconoció su identidad y se colocó el chaleco de la policía. En el siguiente video se escucha claramente que este agente le pide al abogado de Chero entregar la evidencia del ataque contra el periodista: un proyectil redondo de vidrio tipo canica que le extrajeron de la espalda en la marcha:
El abogado del fotógrafo, Julio Rodríguez Salazar, sostuvo a El Comercio que se están planteando dos denuncias penales tras el ataque contra Chero, uno ante la Fiscalía de Prevención del Delito y otro a la Fiscalía Penal de turno, por lesiones graves y coacción, un delito contra la libertad personal.
Aclaración: inicialmente, esta nota estaba titulada “Periodista Alonso Chero denuncia hostigamiento de policías en su casa tras ser baleado en la marcha”. Por motivos editoriales fue cambiada por el que se lee en esta versión.