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Una hormiga camina hacia el espacio sideral: así es la nueva exposición de Lorena Noblecilla
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En una misma sala, Lorena Noblecilla (Lima, 1977) reúne a una disciplinada hilera de hormigas con la inaprensible vastedad del cosmos. Su mirada va de lo micro a lo macro, como un ojo que se dilata en una escala no humana. “Tiempos de conexión”, la exposición que presenta con curaduría de Jorge Villacorta, traza una continuidad con su anterior muestra personal, “Lección de historia natural”, del 2022.
“En aquella muestra mi interés estaba en la materia, ahora lo está en la energía”, explica la artista al ser consultada sobre cómo dialogan ambas exhibiciones. Sobre “Tiempos de conexión”, señala que conecta escenarios aparentemente inconciliables, como el espacio sideral y el interior de un hormiguero. “Esta tensión entre extremos –lo astronómico y lo ínfimo– no se resuelve, sino que se convierte en método de pensamiento”, agrega.

Otra recurrencia en su obra es la obsesión por el comportamiento metódico del reino animal: antes había filmado a una araña tejiendo pacientemente, como una Penélope artrópoda; ahora se fija en colonias de hormigas y comejenes que cargan con sus botines en envidiable orden. “El énfasis en insectos sociales nos obliga a reconsiderar qué entendemos por ‘sociedad’, ‘inteligencia’ y ‘organización’. En lugar de glorificar al individuo, visibilizo formas de vida en que la coordinación anónima y cooperativa es central”, explica.
Hilos conductores
La muestra de Noblecilla Fuller destaca, en un primer vistazo general, por el verdor que se expande a lo largo de las piezas. “El verde se convierte en el hilo cromático y simbólico de la exposición porque condensa varios niveles de sentido –afirma–. Funciona como un eje de conexión: une la fotosíntesis con la luz de las luciérnagas, el follaje del dosel con la acción de los insectos en el suelo, la experiencia de lo orgánico con el registro de lo visual”.

Sorprende también la diversidad de soportes y formatos que componen la exhibición: fotos, grabaciones, pinturas, hilos de oro; un conjunto que hace más versátil y cambiante el recorrido. “Cada materialidad abre una vía distinta de aproximación a la experiencia de la naturaleza. La fotografía me permite mostrar instantes, el video y la imagen en movimiento dan idea del tiempo y la transformación, mientras que la pintura fluorescente marca la dimensión energética y sensorial de la exposición”, advierte Noblecilla.
Y es que, como señalaba la artista al inicio, aquí lo verdaderamente relevante no es la materia, sino la energía. “Si antes trabajaba con los cuerpos de la naturaleza, ahora exploro aquello que los atraviesa, los anima y los alimenta: la luz como fenómeno físico, pero también simbólico. En este desplazamiento se revela una sensibilidad hacia lo invisible, lo inasible y lo esencial para la vida”, dice. Hay que ingresar en esa sala para dejarse atravesar por su luz.
“Tiempos de conexión” forma parte de la programación internacional de Bienalsur y también integra el festival MAC Foto.
Puede visitarse en el Centro Cultural Inca Garcilaso (Jr. Ucayali 391, Centro de Lima) hasta el 21 de setiembre. El ingreso es libre.












