Katia Labèque comenzó su formación como pianista a los 3 años. Su madre fue su primera maestra.
Katia Labèque comenzó su formación como pianista a los 3 años. Su madre fue su primera maestra.
/ Franco Origlia
Rodrigo Moreno Herrera

A los 3 años aprendió a tocar piano sin saber que le dedicaría toda su vida al arte. Su madre era profesora de música y quiso incentivarle esa habilidad desde temprana edad, pero no con la intención de que esa fuera la profesión de su pequeña. Prueba de ello es que su hermana menor, Marielle, recién aprendió a tocar el mismo instrumento a los 5 años: se animó al ver a Katia en un concierto. Hoy las dos llevan cuatro décadas siendo uno de los dúos interpretativos más reconocidos en el mundo.

Para Katia, la clave de sobresalir como concertista es la constancia y el trabajo duro. “La gente nos pregunta cómo nos vemos tan naturales en el escenario, pero para reflejar esa calma primero debemos ensayar miles de veces, muchísimas horas. Es la única forma de salir tranquila a ofrecer un espectáculo”, aseguró.

De igual modo, resalta la suerte que ha tenido de lograr el éxito junto a su hermana, aunque reconoce también que no ha sido algo fácil. Según detalló, ambas han luchado para mantener su estabilidad emocional. “Somos como cualquier pareja. No existe una que no tenga problemas, pero los contrastes son importantes. No hay vida sin contrastes y lo bello es la capacidad de sobrellevarlos”, afirmó.

Si bien cada una consideró en algún momento desarrollar una carrera independiente, Katia destaca que su amor por la música finalmente las mantuvo unidas. “Siempre hemos sido dos almas diferentes, pero tenemos una pasión por la que seguimos juntas”, confesó.

—Un formato inusual—

Katia Labèque remarca el hecho de que ni ella ni su hermana estaban seguras al inicio sobre ser solistas o trabajar juntas. Fue una apuesta que nació a partir de su gusto en común por piezas más modernas, en especial de obras muy vinculadas al cine. Las dos egresaron del Conservatorio de París habiéndose formado como concertistas individuales. Katia tenía 18 y Marielle 16 años. “Cuando empezamos había muy pocos dúos, pero nos gustó el resultado. Tenemos la oportunidad de presentar las obras que nos gustan. Nos pareció más atractiva la idea de ofrecer un espectáculo con un repertorio no tan conocido por el público”, contó.

Precisamente, una de las piezas que destacan dentro de su propuesta es la versión adaptada de “West Side Story”, de Leonard Bernstein, la cual fue autorizada y aprobada para el formato de dos pianos por el propio compositor. Por otra parte, resaltó su entusiasmo de venir por primera vez al Perú, donde estará acompañada también por los percusionistas Gonzalo Grau y Raphael Seguinier. “Esperemos que lo disfruten mucho. Las piezas seleccionadas tienen emociones diferentes. Por ejemplo, Ravel tiene algo muy íntimo que disfruto mucho interpretar. Es un repertorio que despierta la imaginación, y eso es algo que le digo a los jóvenes. Deben utilizar su imaginación y mantenerla viva siempre”, finalizó.

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