Santana: un músico que perdió la personalidad
Santana: un músico que perdió la personalidad

FRANCISCO MELGAR WONG

Siguiendo la línea pauteada por su exitoso álbum “Supernatural”, “Corazón” nos presenta a Carlos Santana compartiendo canciones con músicos de distinta estirpe y dispareja calidad. La idea de la placa parece estar basada en el presupuesto de que el guitarrista tiene un estilo de tocar la guitarra que es compatible con cualquier tipo de música y artista, desde el saxofonista de jazz Wayne Shorter hasta el cantante de reggaetón Pitbull.

Pero no es así.

Vale la pena recordar que la fama y el prestigio de Carlos Santana provienen de su papel como guitarrista en la banda que a finales de los años 60 y comienzos de los años 70 llevó su apellido como nombre. Esta banda, conformada por Gregg Rollie, David Brown, Michael Carabello y Michael Shrieve, logró crear un singular estilo de rock latino que marcó época y que se convirtió en la marca registrada de la agrupación. El papel que la guitarra de Carlos Santana tuvo en Santana fue fundamental, y su estilo como guitarrista y el sonido que la banda creaba como conjunto era de una sola pieza. Una unidad mayor que la suma de sus partes.

Pero desde que esa banda original se disolvió, la carrera de Santana ha ido cuesta abajo. No importa si este disco se convierte en un éxito de ventas. El problema es que Carlos Santana se ha convertido en un músico de sesión. Y lo que es peor, en uno cuyas limitaciones lo vuelven poco sensible a la adaptación.

En “Corazón” esto se muestra con total claridad. En esta placa se asume que el estilo de Carlos Santana como guitarrista puede aislarse del sonido de la banda original con la que emergió a finales de los años 60 y superponerse a cualquier estilo musical que exista en el mundo. ¿Quién le dijo a Carlos Santana que su estilo de guitarra podía ser adecuado tanto para un tema de jazz con Wayne Shorter como para una balada de Diego Torres? El caso de la versión reggaetón de “Oye Como Va” que hace con Pitbull es francamente vergonzoso. Los fills de guitarra que Santana hace aquí podrían haber sido sampleados y nadie se habría percatado. ¿Qué diferencia hace que sea él mismo quien toca la guitarra en lugar de un ‘sampleo’ de uno de sus discos antiguos cortado y pegado con una computadora? Nadie lo sabe. Y ese es el problema.

En “Corazón” Carlos Santana ha terminado invitado en su propia casa. Quizás su forma de tocar guitarra sea “inconfundible”. Pero de qué le sirve tener estilo si ya no tiene personalidad.

Puntaje del álbum: 1/5

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