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“Con este show siento que me reinvento”: de niña se imaginaba siendo Alejandra Guzmán, hoy Maricarmen Marín canta sus canciones en “Planchando el despecho”
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De niña se miraba al espejo cantando con entusiasmo canciones de Alejandra Guzmán, Yuri o Thalía, imaginando un escenario que parecía inalcanzable. Hoy, Maricarmen Marín pisa ese escenario en “Planchando el despecho: Un viaje en el tiempo”, y de alguna manera vuelve a ser esa pequeña que soñaba con vivir de la música, ahora convertida en mujer que canta, actúa, baila y comparte su esencia junto a Gianella Neyra, Katia Condos y Almendra Gomelsky. Un espectáculo donde la vulnerabilidad se transforma en fuerza y donde cada canción es un fragmento de historia que se plancha con recuerdos, lágrimas y carcajadas.

“Me siento desbordada de alegría”, confiesa. La invitación llegó a inicios de año, en un momento en que no tenía planes definidos. Ya había ido a ver el espectáculo y sabía lo que se sentía vivirlo desde la butaca. Ahora lo experimenta desde adentro.
“Es la primera vez que hago un show musical de este tipo y siento que me reinvento. Se conjugan varias cosas que amo: canto, actuación, baile y mi historia. Estoy feliz de haber dicho que sí”, asiente.
Cada protagonista canta desde sus propias vivencias. Maricarmen presentó su lista personal al director Juan Carlos Mazo, quien entrelazó esos recuerdos con los clásicos del despecho. Así, en un mismo viaje, resuenan sus cumbias —imposible imaginarla sin ellas— y las melodías que marcaron su infancia: “Dos mujeres un camino”, “María Mercedes”, “Corazón de piedra”, entre otras.
“Canto todas las canciones que soñaba cuando era niña. Después vienen mis inicios en los mariachis, en la cumbia como bailarina y luego como cantante, las novelas, las películas, los programas. Es un resumen de mi vida y de mi carrera artística. Son temas que quizá no incluiría en mis conciertos, pero aquí hay libertad, y el público conecta con cada etapa de su propia historia”, cuenta.
Una puerta que no se abrió
En paralelo, también recibió la propuesta para participar en la nueva temporada de “Yo soy”, pero no pudo aceptarla.
“Me quedé en la puerta porque ya había dicho que sí a ‘Planchando’. Mis horarios estaban saturados con los ensayos y era imposible asumir un programa de televisión que exige casting todo el día. Me dio mucha pena, porque el programa está espectacular y todos mis compañeros son talentosísimos, amigos que quiero mucho. Sé que le están entregando al público lo que busca: diversión, alegría y talento”, señala.
Terapia de vida
Ese poder de la música es el mismo que la llevó por todos sus caminos: la televisión, el cine, las novelas, la producción, y ahora este espectáculo. “La cumbia es lo que sostiene todo lo demás, lo que me abrió cada puerta. Gracias a la cumbia estoy en este escenario”, reconoce.
Hoy, a sus 43 años, sigue desafiando la idea que tenía de jubilarse a los 40. Su motor, dice, es su hija Micaela. “Ella es mi prioridad. Me encanta que vea a su mamá trabajando, aprendiendo y soñando todavía”.

Lo que viene
El año lo cierra con las 16 funciones de “Planchando el despecho” y con sus proyectos navideños. Pero ya planea volver a producir ficción. Sueña con contar historias de mujeres emprendedoras y valientes, con humor y cercanía, historias como la suya: la de una niña que alguna vez se imaginó Alejandra Guzmán y que hoy canta esas canciones en un escenario, no como un juego, sino como un homenaje a la vida que se atrevió a soñar.













