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Sonia Oquendo de las Casas (Lima, 1947), actriz, exmodelo y pionera en la televisión peruana, fue reconocida con el Premio Luces Leyenda por su inquebrantable trayectoria artística. Su vida entera ha sido un ejemplo de coraje, audacia y pasión. Llegó a la pantalla chica tras ganar un concurso, fue la primera mujer en leer noticias en el Perú y vivió momentos de gloria y también de profundo dolor: estuvo a punto de perder a su hija, fue acosada por un fanático con problemas mentales y enfrentó con valentía vetos. Sonia rompió barreras y defendió su independencia con la misma fuerza con la que amó su carrera y su familia. Hoy, mientras ensaya una nueva comedia y planea seguir viajando por el mundo, celebra el reconocimiento en vida a una existencia donde cada paso ha sido conquistado con esfuerzo y la firme convicción de no traicionar jamás su esencia.
Desde que tenía dos años, viajar formó parte esencial de su vida. Su padre, trabajador de la aerolínea peruana Faucett, organizaba cada año un viaje familiar. “Mi papá siempre nos decía: ‘No les dejaré herencia, pero les enseñaré a ver el mundo’. Y así fue”, recuerda Oquendo. Años después, al caminar hacia el Taj Mahal en la India, sintió que iba de la mano de su padre, ya ausente. “En ese momento, no pude evitar quebrarme”, confiesa.
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Por esa razón es que a los 17 años, ingresó a estudiar aviación comercial, un destino que parecía natural. Sin embargo, su incursión en la televisión sí fue casual: ganó un concurso que cambió su vida, aunque para ello primero tuvo que romper el control de su padre, quien, con su carácter estricto, había intentado cortarle las alas.
“Mi papá era muy severo. Me prohibía participar en comerciales, en el Miss Perú, en películas. Botaba de la casa a todos los que se acercaban con alguna propuesta de ese tipo”, recuerda la actriz.
Para conseguir independencia y poder consolidar sus sueños, Sonia recurrió al matrimonio. “No fue un apuro: mi hija nació tres años después. Era una necesidad profunda de salir de esa estructura familiar tan cerrada y descubrir hacia dónde iba mi vida”, confiesa.
Tras ganar el concurso organizado por el programa “Susana, sus modelos y la moda”, su carrera dio un giro inesperado: fue convocada para conducir, junto al cantante chileno Luis Dimas, el programa “Club 44”. Poco después, de la mano de Luis Ángel Pinasco, se convirtió en conductora de planta de América Televisión, presentando a los artistas que visitaban el canal. Su ascenso fue imparable.
“Más adelante, Pepe Vilar me llevó a ’Teatro como en el teatro’, y el gerente de producción, José Luis Casán, me ofreció formar parte del noticiero de América TV”, señala. Así, hizo historia al convertirse en la primera mujer en leer noticias en la televisión nacional. Condujo el noticiero junto a Víctor Dongo Casalino y Arturo Pomar. “Los tres usábamos el mismo color de saco, chaleco, camisa y corbata. Reconozco que era una sensación machista”, dice.
Lealtad y resiliencia
Durante más de 45 años, América Televisión fue su casa. Su entrega fue absoluta: “Recuerdo que, un día, tras inaugurar la planta de Huancayo, llegué directo del viaje por tierra, mareada por el soroche, y sin descanso hice el noticiero. Nunca lo he contado”, confiesa.
La llegada de los Crousillat al canal marcó un periodo difícil. “Despidieron a muchos, incluyendo a Luis Ángel Pinasco. A mí me pidieron firmar mi renuncia, pero me negué. No había hecho nada malo. Así que me tuvieron que seguir pagando el sueldo, pero me prohibieron entrar al canal”, cuenta. Durante años, solventó los gastos de su familia con ese ingreso, hasta que logró negociar su salida de América TV.
Más tarde, cuando se grababa “Luz María”, recibió una nueva oportunidad de volver al canal que había sido su hogar. Esta vez para actuar.

Una vida de altibajos
En medio de su vertiginosa carrera, Sonia Oquendo vivió momentos que marcaron su vida. Estaba embarazada de su primogénita cuando la enviaron al aeropuerto a cubrir la llegada de la selección peruana de fútbol tras clasificar al Mundial de México 70. Vestida de chalán, sin seguridad, tuvo que abrirse paso entre una marea de hinchas enardecidos. “Entré a esa masa humana de fanáticos del fútbol buscando la puerta de mi salvación. Me agarraron, me apretaron, me empujaron… fue espantoso”, recuerda. Logró cumplir con la presentación, pero al mirar debajo del poncho vio sangre. “Dije: !Me muero!”, recuerda. Había síntomas de aborto. Pasó tres meses en reposo absoluto. “Esto nunca lo he compartido. Es la primera vez que lo hago”, admite.
Otro episodio duro llegó cuando un admirador trastornado comenzó a acosarla. “Al principio me enviaba cartas de admiración y románticas, pero cuando empecé mi relación con Luis Ángel, estas cartas tomaron un giro: ya no eran dibujos de flores, sino de cuchillos, revólveres, hachas…”, narra.
El día que el hombre irrumpió en el canal mientras conducía el noticiero, Luis Ángel Pinasco y Roberto Salinas estaban a su lado. “Empezó a saludar con la mano a cada uno y cuando se acercó a mí, me jaló del cuerpo. Ahí me desmayé. “Me desperté en el sofá del canal”, recuerda.
Amor a prueba de balas
Paradójicamente, en medio de este torbellino, floreció el amor con Luis Ángel Pinasco. Durante siete años él la cortejó con paciencia y respeto. “Siempre me decía que estaba enamorado de mí, pero yo no quería complicarme la vida”, admite. Divorciada, madre de una niña, con valores muy firmes, ella pensaba que su camino era otro. Sin embargo, el destino y la presión social hicieron lo suyo. “Un día dije: ‘Vamos a probar’. Nos juntamos un 16 de agosto de 1976. Desde entonces estamos juntos”.
Construyeron una relación basada en el respeto, el cariño y la independencia. “Decidimos darnos la mano y caminar en la misma dirección, pero con absoluta libertad para decidir nuestro propio destino”, afirma. En el 2026 celebrarán 50 años de amor.
Hoy, con la mirada puesta en su próxima celebración de Bodas de Oro, su historia sigue inspirando. “Amo a mi esposo. Quisiera que se quede conmigo toda la vida, pero sé que somos aves de paso: cumpliremos nuestro ciclo y partiremos. Es la ley de la vida. ¿Qué haría yo si me quedo sola? Lo primero sería dejar esta casa. Es demasiado grande para vivirla en soledad”, confiesa con serenidad.
Sonia Oquendo protagonizará "Y ahora...¿qué hacemos con Jacinto?" junto a Cristhian Palomino y Mónica Torres en el Teatro Julieta desde el próximo 5 de mayo. Las entradas están a la venta en Joinnus.











