Los aviones KC-330 (C) y F-15K de Corea del Sur participando en el día de los medios para el 74 aniversario del Día de las Fuerzas Armadas en la Base Militar en la ciudad de Gyeryong, adelante del Día de las Fuerzas Armadas el 1 de octubre. (Foto de JEON HEON-KYUN / POOL / AFP)
Los aviones KC-330 (C) y F-15K de Corea del Sur participando en el día de los medios para el 74 aniversario del Día de las Fuerzas Armadas en la Base Militar en la ciudad de Gyeryong, adelante del Día de las Fuerzas Armadas el 1 de octubre. (Foto de JEON HEON-KYUN / POOL / AFP)
/ JEON HEON-KYUN
Agencia EFE

y realizarán maniobras aéreas a gran escala a final de octubre, según confirmó hoy el Estado Mayor Conjunto (JCS) surcoreano, en un momento de especial tensión en la península ante la posibilidad de que lleve a cabo una nueva prueba nuclear.

El llamado Entrenamiento Integral de Preparación para el Combate, que tendrá lugar entre el 31 de octubre y el 4 de noviembre, supondrá la movilización de casi 250 aeronaves, incluyendo aviones de combate F-15, F-16 y también F-35 -caza de última generación que Pionyang considera una de los activos más amenazantes para su defensa nacional- de ambos países aliados.

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”Este ejercicio, que se ha realizado cada año desde 2015, sirve para verificar el rendimiento de las operaciones aéreas combinadas en tiempo de guerra de las fuerzas aéreas de la República de Corea (nombre oficial de Corea del Sur) y EE. UU. y para mejorar la preparación para el combate”, explicó hoy un portavoz militar en una rueda de prensa en Seúl.

En todo caso, el Entrenamiento Integral de Preparación para el Combate de este año recuerda, por el volumen de activos a desplegar, al ejercicio “Vigilant ace”, que se suspendió en 2018 de cara a favorecer entonces el acercamiento diplomático entre Seúl, Washington y Pionyang.

El hecho de que el ejercicio vaya a contar con la participación de cazas F-35 estadounidenses parece enmarcarse además en la llamada disuasión ampliada.

La disuasión extendida es un compromiso adquirido el pasado mayo por Washington con Seúl que consiste en el envío de activos estratégicos estadounidenses a la península coreana de “manera coordinada y cuando sea necesario” en función de las acciones del régimen norteño.

El ejercicio, en el que también participará Australia, llega en un momento en que Pionyang ha acelerado el número de pruebas de armas.

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El pasado viernes el ejército norcoreano lanzó un misil balístico (el noveno proyectil que disparaba en un lapso de 20 días) y realizó también maniobras aéreas y disparos de artillería junto a la frontera intercoreana en respuesta a unos ejercicios con fuego real de Seúl.

Corea del Norte, que lleva completamente aislada del exterior desde el inicio de la pandemia y aprobó un plan de modernización de armas en 2021, ha rechazado retomar el diálogo con el Sur o EE.UU. y, según muestran los satélites, lleva meses preparada para hacer un nuevo test atómico en Punggye-ri (noreste), que sería el primero desde 2017.

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