Este 11 de setiembre se cumplen 50 años del golpe de Estado militar que derrocó al presidente socialista Salvador Allende en Chile. Dos informes presidenciales revelados por el departamento de Estado de Estados Unidos el pasado 25 de agosto dan más luces sobre el papel del país norteamericano en los días previos a la asonada que fue encabezada por el general Augusto Pinochet.
El protagonista de los nuevos documentos es Richard Nixon, entonces presidente de Estados Unidos y quien, de acuerdo con informes oficiales conocidos en el pasado, en 1970 ordenó una intervención directa y oculta para evitar que Allende llegara a La Moneda o “desbancarlo” si hay una forma de hacerlo.
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El primer documento está fechado el 8 de setiembre de 1973. En él los asesores de Richard Nixon informan sobre un “posible intento de golpe” en Chile.
Mientras que en el segundo documento, del 11 de setiembre de 1973, a Nixon se le informa que varias “unidades militares clave” apoyan la intentona golpista.
Mediante un comunicado, el Departamento de Estado indicó que Estados Unidos ha desclasificado y publicado partes de los Informes Diarios del Presidente relacionados con Chile, “conforme con nuestro compromiso de aumentar la transparencia”.
“Junto con los miles de documentos desclasificados con anterioridad, la publicación de hoy demuestra nuestro compromiso duradero con la asociación entre Estados Unidos y Chile, que es consistente con nuestros esfuerzos por promover la democracia y los derechos humanos en nuestros propios países y alrededor del mundo”, sostiene el comunicado.
El Departamento de Estado estadounidense agregó que “la desclasificación de documentos es un proceso complejo en el que participan múltiples agencias, en el cual el gobierno de los Estados Unidos toma en cuenta numerosos factores, entre los que se incluyen la seguridad nacional, la protección de las fuentes y la metodología, y otros riesgos y beneficios que conllevan la divulgación de información específica. Teniendo en cuenta estos factores, el gobierno de los Estados Unidos completó esta revisión de desclasificación en respuesta a una solicitud del gobierno de Chile y para permitir una comprensión más profunda de la historia que compartimos”.
En Chile, el Gobierno del presidente Gabriel Boric agradeció el viernes a Estados Unidos la desclasificación de los dos informes presidenciales y aseguró que la publicación de documentos secretos “promueve la búsqueda de la verdad”.
“A pocas semanas de la conmemoración del quiebre de la democracia en Chile, agradecemos especialmente a la administración del presidente (Joe) Biden por su voluntad de acoger la petición de desclasificar archivos que tengan relación con nuestro país”, dijo la subsecretaria de Relaciones Exteriores, Gloria de la Fuente.
“A 50 años del golpe militar, la desclasificación de archivos promueve la búsqueda de verdad y refuerza el compromiso de nuestros países con los valores democráticos porque democracia es memoria y también es futuro”, agregó.
El 11 de setiembre de 1973, el general Augusto Pinochet dio un golpe de Estado militar en Chile contra el presidente Salvador Allende, quien se suicidó en La Moneda, e impuso una dictadura que duró hasta 1990.
La dictadura de Pinochet dejó cerca de 40.000 personas torturadas y presas y más de 3.000 opositores ejecutados, de los cuales un tercio permanecen aún desaparecidos, según datos oficiales.
El Estado Chileno asumirá
por primera vez la búsqueda de 1.162 detenidos desaparecidos durante la dictadura de Pinochet, anunció el miércoles el presidente Gabriel Boric.
Los defensores de Pinochet sostienen que el golpe de Estado salvó a Chile de una guerra civil y de convertirse en un Estado comunista.
Incluso en una sorprendente encuesta publicada en mayo de este año, el 36% de los chilenos dijo creer que los militares “tenían razón” para dar el golpe de Estado.
No solo eso, la misma encuesta Barómetro de la política CERC-Mori concluyó que la justificación de ese golpe creció 20 puntos porcentuales desde el año 2013 y que hoy el 47% de los chilenos opina que el régimen de Pinochet fue “en parte bueno y en parte malo”.
Ese es el contexto en el que Chile conmemorará los 50 años del golpe militar.
¿Qué dicen los últimos informes desclasificados?
- 8 de septiembre de 1973. “Se han recibido varios informes de Chile que indican la posibilidad de un pronto intento de golpe militar [...] Los disturbios se centran en la Marina, cuyo personal ha estado nervioso por el inminente nombramiento de un nuevo jefe de servicio. Los hombres de la Marina que conspiran para derrocar al Gobierno ahora reclaman el apoyo del Ejército y la Fuerza Aérea.
No hay evidencia de un plan de golpe coordinado de tres servicios. De hecho últimamente hemos estado hablando [...] de formas de construir unidad entre servicios con miras a aumentar la influencia de los militares en el Gobierno. Si los jefes de la Marina actúan con la creencia de que automáticamente recibirán apoyo de los otros servicios, podrían encontrarse aislados.
También hay indicios de que oficiales navales podrían estar planeando acciones antigubernamentales conjuntas con militantes civiles opositores al régimen. El movimiento de extrema derecha Patria y Libertad ha estado bloqueando carreteras y provocando enfrentamientos con la policía nacional, aumentando la tensión causada por las continuas huelgas y los movimientos políticos de oposición.
El presidente Allende [...] a principios de esta semana [...] dijo que creía que las Fuerzas Armadas pedirían su renuncia si no cambia sus políticas económicas y políticas. Planteó la perspectiva de una confrontación armada entre sus seguidores y los militares. Allende dice que sus partidarios no tienen suficientes armas para prevalecer en tal evento y que no serviría de nada tratar de distribuir más armas ahora, ya que los militares no lo permitirían. Concluyó que la única solución es política.
Allende parecía estar tratando de convencer [...] de que la situación es grave y requiere un manejo cauteloso, y que es posible que sea necesario realizar algunas retiradas políticas tácticas. Le preocupan las sostenidas presiones de la oposición contra él y, especialmente, las intenciones de los militares”.
- 11 de septiembre de 1973. “En Chile, los planes de los oficiales de la Marina para desencadenar una acción militar contra el Gobierno de Allende [...] cuentan con el apoyo de algunas unidades clave del Ejército [...]. La Armada también cuenta con el respaldo de la Fuerza Aérea y de la policía nacional.
Aunque los oficiales militares están cada vez más decididos a restaurar el orden político y económico, todavía pueden parecer un plan efectivamente coordinado que aprovecharía la oposición civil generalizada.
Los socialistas, los extremistas de izquierda y los comunistas están igualmente decididos a no ceder. Están apostando a que la oposición militar y política no pueda llevar a cabo medidas para derrocar al Gobierno o incluso imponerle restricciones. El presidente Allende, por su parte, todavía espera que la contemporización evite un enfrentamiento”.
Por Andrés Gómez de la Torre, especialista en temas de Defensa
Hay una política clara de los demócratas en Estados Unidos de desmarcarse de la política hemisférica elaborada por los republicanos, particularmente por el binomio Nixon- Kissinger. Y esto viene desde la política de derechos humanos de Jimmy Carter, una política más de apertura y de cuestionamiento a la dictadura de seguridad nacional.
Luego Bill Clinton comienza con una política de desclasificación de documentos sobre Chile. Después Barack Obama hace gestos en Argentina contra la participación norteamericana en el gobierno de seguridad nacional instaurado en 1976. Finalmente tenemos esta política de Joe Biden de acceder a los pedidos del Gobierno Chileno por lo emblemático que son los 50 años del golpe para aclarar las cosas.
Los últimos documentos confirman las conjeturas y las hipótesis que se tenían sobre la participación e Estados Unidos en la desestabilización de Chile. Hay que subrayar que no son todos, hay todavía más porque siempre es un tema muy complicado para Washington la desclasificación, pues pone al descubierto fuentes y métodos.
Sin duda que durante la Guerra Fría, la contención al comunismo, especialmente las políticas de los republicanos, de los llamados halcones tanto de la CIA como del Departamento de Estado, han sido un modus operandi de EE.UU. Es decir, para la lógica de los sectores de seguridad de Estados Unidos, no importaba la democracia, no importaba desestabilizar a regímenes democráticos para lograr su objetivo mayor de neutralizar al comunismo y la penetración soviética y cubana en América Latina.
Washington consideró que los gobiernos civiles no eran lo suficientemente aptos para detener esos procesos que consideraban subversivos y que marcaron América Latina desde los años 50 en adelante.
Ahora, tras conocerse lo que realmente sucedió, no ha habido una política clara de disculpas públicas por parte de Estados Unidos hacia Chile. Pero sí creo que son gestos importantes la descalcificación de los documentos a 50 años del golpe de Estado.
Los otros documentos que ha desclasificado Estados Unidos
De acuerdo con un artículo publicado en el Archivo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, el 15 de setiembre de 1970, durante una reunión de 20 minutos en la Oficina Oval (en la Casa Blanca, EE.UU.) entre las 3:25 pm y las 3:45 pm, el presidente Richard Nixon ordenó a la CIA fomentar un golpe de Estado en Chile. Según notas escritas a mano por el director de la CIA, Richard Helms, Nixon entregó instrucciones explícitas para prevenir que el recién elegido presidente de Chile, Salvador Allende, asumiera su mandato en noviembre. O para crear condiciones para derrocarlo si lo hacía. “Una oportunidad en 10, tal vez, pero salvar a Chile”, “No le preocupan los riesgos que involucre”, anotó Helms en sus notas mientras el presidente exigía un cambio de régimen en la nación sudamericana que se había convertido en la primera en el mundo en elegir libremente a un candidato socialista. “Trabajo de tiempo completo: los mejores hombres que tenemos”. “Hacer que la economía grite”.
“Cincuenta años después de su redacción, el críptico memorando de conversación de Helm con Nixon sigue siendo el único registro conocido de un presidente estadounidense que ordenó el derrocamiento encubierto de un líder elegido democráticamente en el extranjero. Desde que el documento fue desclasificado por primera vez en 1975 como parte de una importante investigación del Senado sobre las operaciones encubiertas de la CIA en Chile y otros lugares, las notas de Helms se han convertido en la representación icónica de la intervención estadounidense en Chile y en un símbolo perdurable de la arrogancia hegemónica de Washington hacia las naciones más pequeñas”, dice el documento.
Los miles de documentos que se han ido desclasificando desde el gobierno del presidente Bill Clinton (1993-2001) demuestran que Nixon y su mano derecha Henry Kissinger no querían que Allende asumiera el poder en Chile. También ahora se sabe que la CIA apoyó y financió a grupos para desestabilizar al socialista.
Al anunciar la liberación de los 23.000 documentos desclasificados, el gobierno de Clinton dijo que el público podía “juzgar por sí mismo hasta qué punto las acciones de Estados Unidos socavaron la causa de la democracia y los derechos humanos en Chile”.
“Las acciones aprobadas por el gobierno de Estados Unidos durante ese período agravaron la polarización política y afectaron la larga tradición de Chile de elecciones democráticas y respeto por el orden constitucional y el Estado de derecho”, indicó la Casa Blanca.
En el 2016, el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama (2009-2017), ordenó la desclasificación de documentos relacionados con el atentado en 1976 contra el político chileno Orlando Letelier en Washington.
El documento probaba lo que para muchos siempre fue un secreto a voces: que Pinochet ordenó matar a Letelier en Washington el 21 de setiembre de 1976.