El pasado 20 de septiembre Nika Shakarami, de 16 años, salió a las calles de Teherán para sumarse a las protestas por la muerte de Mahsa Amini, la joven que falleció tras haber sido arrestada por la “policía de la moral” de Irán. Pero nunca regresó a casa.
Tras permanecer desaparecida durante 10 días, su familia finalmente encontró su cuerpo en una morgue de un centro de detención en la capital iraní.
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Su tía Atash Shakarami le dijo a Parham Ghobadi, del servicio persa de la BBC que, antes de desaparecer, Nika le había enviado un mensaje a una amiga afirmando que las fuerzas de seguridad la estaban persiguiendo.
"Cuando fuimos a identificarla, no nos permitieron ver su cuerpo, solo su rostro por unos segundos", contó Atash.
La mujer también reveló que, bajo coacción, la familia había accedido a no celebrar un funeral público en la capital iraní, decidiendo en vez transferir el cuerpo de Nika a la ciudad natal de su padre, Khorramabad, en el oeste del país.
La transferencia se realizó el pasado domingo 2 de octubre, fecha en la que la joven hubiera cumplido 17 años, y el entierro estaba planeado para el lunes.
Sin embargo, una fuente cercana a la familia denunció que las fuerzas de seguridad "robaron" el cuerpo de Nika de Khorramabad y lo enterraron en secreto en la aldea de Veysian, a unos 40 kilómetros de distancia.
Cientos de manifestantes se reunieron más tarde en el cementerio de Khorramabad y corearon consignas contra el gobierno, incluida "muerte al dictador", una referencia al líder supremo iraní, el ayatolá Jamenei.
Declaraciones forzadas
El pasado miércoles, Atash apareció en un informe de la televisión estatal iraní asegurando que "Nika murió al caer de un edificio".
El tío de Nika, Mohsen, también fue filmado por la TV estatal hablando en contra de los disturbios, mientras alguien parece susurrarle desde fuera de cámara: "¡Dilo, cabrón!".
Una fuente cercana a la familia le dijo a la BBC que ambas fueron "declaraciones forzadas" que se produjeron "después de intensos interrogatorios y amenazas de que matarían a otros miembros de la familia".
Atash y Mohsen fueron detenidos por las autoridades el domingo, después de que Atash publicara mensajes en línea sobre la muerte de su sobrina y hablara con los medios.
Las declaraciones televisadas fueron grabadas antes de ser publicadas, según la fuente.
Antes de su arresto, Atash le dijo a la BBC que la Guardia Revolucionaria le había dicho que Nika estuvo bajo su custodia durante cinco días y luego la entregaron a las autoridades penitenciarias.
Según el Poder Judicial, la noche en que desapareció, Nika entró en un edificio donde había ocho trabajadores de la construcción y que la encontraron muerta en el patio exterior a la mañana siguiente.
El funcionario judicial de Teherán Mohammad Shahriari fue citado por los medios estatales diciendo el miércoles que una autopsia mostró que Nika sufrió "múltiples fracturas... en la pelvis, la cabeza, las extremidades superiores e inferiores, los brazos y las piernas, lo que indica que la persona cayó desde una altura".
Declaró que esto prueba que su muerte no tuvo nada que ver con las protestas.
Sin embargo, un certificado de defunción emitido por un cementerio de la capital, que obtuvo el servicio persa de la BBC, establece que murió tras sufrir "múltiples heridas provocadas por golpes con un objeto duro".
Las cuentas de Instagram y Telegram de Nika se eliminaron después de su desaparición, según Atash.
Es sabido que las fuerzas de seguridad iraníes exigen que los detenidos les den acceso a las cuentas de las redes sociales para que puedan eliminarlas o borrar ciertas publicaciones.
El informe de la televisión estatal del miércoles por la noche también presentó imágenes en las que se ve a Atash confirmando que el cuerpo de su sobrina fue encontrado fuera del edificio mencionado por el Poder Judicial, a pesar de que contradecía declaraciones anteriores hechas por ella y otros miembros de la familia.
Otras muertes
Según Parham Ghobadi, del servicio persa de la BBC, Nika no es la única joven manifestante que ha muerto durante los disturbios que estallaron el mes pasado tras el fallecimiento de Mahsa Amini, la mujer de 22 años que fue detenida por la policía moral por presuntamente violar la estricta ley del hiyab de la República Islámica.
La familia de Hadis Najafi, de 22 años, ha dicho que las fuerzas de seguridad la mataron a tiros mientras protestaba en la ciudad de Karaj, al oeste de Teherán, el 21 de septiembre.
Los funcionarios presuntamente le pidieron a su padre que dijera que había muerto de un ataque al corazón.
Otra joven de 16 años, Sarina Esmailzadeh, murió después de que las fuerzas de seguridad le propinaran fuertes golpes en la cabeza con porras durante las protestas en Karaj, el 23 de septiembre, según una fuente citada por Amnistía Internacional.
La fuente también le dijo al organismo de derechos humanos que agentes de seguridad e inteligencia habían hostigado a la familia de la adolescente para obligarlos a guardar silencio.
Varios videos hechos por Sarina antes de su muerte se han publicado en las redes sociales. En uno, grabado después de terminar unos exámenes escolares, dice: "Nada se siente mejor que la libertad".