Agencia EFE

Agentes del Servicio Secreto de mataron a disparos este miércoles a un hombre que entró a robar en la residencia del embajador peruano en este país, Oswaldo de Rivero, en una zona acomodada de Washington DC, sin que el diplomático ni su familia sufrieran daños.

Los hechos ocurrieron poco antes de las 8.00 horas (12.00 GMT), cuando los agentes del Servicio Secreto, cuerpo encargado de proteger la Casa Blanca y las legaciones diplomáticas, entre otros, acudieron al lugar tras recibir una llamada denunciando un robo en curso en la residencia.

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Según el relato policial, los agentes hallaron en la parte trasera del inmueble a un hombre de entre 20 y 30 años que había roto varias ventanas con una barra metálica, al que intentaron reducir con una pistola eléctrica y acabaron abatiendo a tiros.

“Los oficiales dispararon los ‘táser’, pero como no surtieron efecto, terminaron sacando sus armas reglamentarias y disparando. Esta persona falleció”, detalló el jefe del Departamento de Policía Metropolitana de Washington Dc, Robert Contee III, a la prensa concentrada en el lugar de los hechos.

Tanto el diplomático como su familia y los agentes que acudieron al lugar salieron ilesos.

Un oficial de policía patrulla cerca de la casa del embajador de Perú, en Washington, DC, el 20 de abril de 2022. (OLIVIER DOULIERY / AFP).
Un oficial de policía patrulla cerca de la casa del embajador de Perú, en Washington, DC, el 20 de abril de 2022. (OLIVIER DOULIERY / AFP).
/ OLIVIER DOULIERY

Anteriormente, el portavoz del Servicio Secreto, Anthony Guglielmi, había apuntado en un mensaje en Twitter que, “tras una confrontación”, agentes de este cuerpo abrieron fuego contra un intruso en una dirección, que coincide con la de la residencia del embajador peruano.

La Policía de Washington abrió una investigación para esclarecer la identidad del individuo, al que nadie de la familia del embajador pudo reconocer, así como la motivación que lo llevó a irrumpir en la residencia del diplomático peruano.

Por su parte, la Embajada emitió un breve comunicado en el que ratificó la versión dada por la policía.

“La Embajada del Perú lamenta informar que el día de hoy, en horas de la madrugada, una persona ingresó en la residencia oficial sin autorización, causando daños materiales a la propiedad. Dicha persona fue abatida por el Servicio Secreto”, describió.

“El embajador, su familia, el personal de la residencia y los agentes del servicio secreto se encuentran a salvo -continúa el texto-, y el hecho está siendo investigado por las autoridades competentes”.

Fuentes de la legación diplomática confirmaron a Efe que tanto el embajador De Rivero como sus familiares “se encuentran en buen estado de salud”.

La propiedad se encuentra en el acomodado barrio de Forest Hills, una zona tranquila de casas unifamiliares en el noroeste de la capital estadounidense, a unos siete kilómetros de la Embajada de Perú, que se ubica en la céntrica avenida Massachusetts, junto a otras legaciones diplomáticas.

La policía bloquea la calle cerca de la casa del embajador del Perú, en Washington, DC, Estados Unidos, el 20 de abril de 2022. (OLIVIER DOULIERY / AFP).
La policía bloquea la calle cerca de la casa del embajador del Perú, en Washington, DC, Estados Unidos, el 20 de abril de 2022. (OLIVIER DOULIERY / AFP).

La residencia del embajador peruano abarca una extensa finca llena de árboles, delimitada con una verja y una bandera del país andino en su puerta principal.

Según pudo constatar Efe, las autoridades acordonaron la zona, de la que entraban y salían patrullas con cierta regularidad durante la mañana de este miércoles, a la vez que se acercaban algunos vecinos curiosos preguntando por lo sucedido.

El jefe del Departamento de Policía admitió que un incidente de estas características no es normal, y afirmó que no recuerda ningún otro caso parecido de asalto a una residencia de un embajador.

El tema de la seguridad en la capital estadounidense comenzó a llamar la atención a finales del año pasado, cuando Washington DC registró más de 200 homicidios, unas cifras no vistas desde 2003.

Las autoridades señalan como posibles causas la proliferación de armas de fuego ilegales y su uso en disputas menores.

También han contribuido los retrasos en los procesos judiciales en los tribunales, derivados de la pandemia de covid-19, y el desmantelamiento de la red de seguridad en zonas desfavorecidas, entre otros.