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Aunque aún está en evaluación, todo apunta a que Estados Unidos será más estricto al recibir turistas extranjeros. Con el impacto de la variante delta del coronavirus, la administración de Joe Biden está considerando exigir que solo los viajeros extranjeros vacunados ingresen a su territorio.
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El miércoles se encendieron las alarmas cuando la agencia AP reveló que, según una de sus fuentes de la Casa Blanca, la medida sería necesaria para frenar el actual golpe del COVID-19.
Sin embargo, ante la preocupación, el coordinador de la respuesta de la Casa Blanca a la pandemia, Jeff Zients, convocó este jueves a una rueda de prensa donde explicó que se han formado varios grupos de trabajo para elaborar un plan para cuando se eliminen las restricciones a los viajes desde el extranjero.
Según la agencia EFE, Zients no descartó la opción de requerir que los viajeros extranjeros estén completamente vacunados. ”Es una de las vías que se están estudiando y evaluando”, apuntó.
De aprobarse, esto significará que, a las medidas de prevención que ya tiene Estados Unidos -como restringir el ingreso de personas que en los 14 días anteriores hayan estado en el espacio Schengen o países como Reino Unido, Irlanda, Brasil, China, Irán, Sudáfrica e India., se aumentará una que bien podría colisionar con la reactivación económica del país.
El turismo de vacunas ha sido una de las principales razones por las que los extranjeros han visitado Estados Unidos, y como consecuencia, gastando dinero y alentando el consumo.
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Un par de personas esperan en solitario a ser atendidos en el aeropuerto internacional de Los Ángeles. EFE
/ CAROLINE BREHMANEl portal RT anota:
“Debido a que en algunos países latinoamericanos existen demoras con la administración de los fármacos anticovid, muchas personas han optado por viajar a EE.UU. a inmunizarse, al tiempo que varios aprovechan para pasar unas vacaciones”.
Aunque no hay cifras oficiales, anota la página, “las autoridades mexicanas estiman que hasta dos millones de personas habría optado” por dicha opción.
En mayo de este año, el canal Latina compartió algunas cifras: según la Superintendencia Nacional de Migraciones del Perú, en febrero viajaron 8.199 personas; en marzo fueron 17.108; en abril, 40.871. Para mediados de mayo, el total ascendía a más de 82 mil viajeros.
Y no fueron los únicos países. Según “Chicago Tribune”, “incluso gente de Paraguay y Argentina, en el extremo sur del continente”, viajaron con el mismo propósito.
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En Estados Unidos, el acceso a las vacunas contra el coronavirus es sencillo. Basta acercarse a una farmacia para ser inmunizados. AP
/ Charles KrupaLA PANDEMIA, FUERA DE CONTROL
Estados Unidos cumplía con todos los requisitos para superar al coronavirus. Al ser un país con dinero y con gran poder político, se aseguró el rápido acceso a las vacunas, y empezó con el proceso de inmunización a su población.
A diferencia de otras latitudes, bastaba que los estadounidenses fueran a la farmacia y pidieran la vacuna. Y listo. El país con “más muertos en la pandemia” veía la luz.
Pero, hasta mediados del mes pasado, “menos de la mitad de la población” estaba vacunada. En paralelo, los contagios iban creciendo sin freno.
“Es realmente una pandemia entre los no vacunados”, declaró el asesor de la Casa Blanca, Anthony Fauci.
Un artículo de la BBC publicado el 26 de julio, anotaba:
“Alabama, Misisipi, Arkansas, Georgia, Tennessee, Oklahoma son estados donde menos del 40% de su población está completamente vacunada (en contraste, en la región del noreste, como Vermont y Massachusetts, la población vacunada supera el 65%)”.
¿Habría una conexión entre los estados con menos vacunas y el escepticismo de sus gobernadores?
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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Bloomberg
/ Shawn ThewDe tener, en abril, “una de las tasas más altas de aplicación diaria de vacunas”, la velocidad de inmunización decayó considerablemente.
A todo ello se le ha sumado la variante delta, mucho más contagiosa.
La CNN anotó ayer que la delta “representa más del 93% de los casos de COVID-19 en Estados Unidos”.
Con este panorama, Estados Unidos, que parecía ser el paraíso de las vacunas y estar en un buen ritmo para frenar el coronavirus, ha sufrido un gran revés.
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El gobernador de Florida, Ron DeSantis, uno de los que se opone a tomar medidas para frenar al COVID-19. AP
/ Wilfredo Lee¿LA ECONOMÍA O SALUD?
En mayo de este año, el presidente Joe Biden declaró:
“Hoy es un gran día para Estados Unidos. Si están totalmente vacunados ya no necesitan llevar mascarilla”.
The rule is now simple: get vaccinated or wear a mask until you do.
— President Biden (@POTUS) May 13, 2021
The choice is yours.
La medida se confirmaría varias semanas después, cuando Rochelle Walensky, directora de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), sostuvo:
“Si está vacunado, está a salvo de las variantes que circulan aquí en Estados Unidos”.
LEE TAMBIÉN: Quién es Ron DeSantis, el “guerrero conservador” antimascarillas que está en el epicentro del coronavirus en EE.UU.
Pero la variante delta llegó e hizo trizas los planes del CDC. Con eso en mente, el gobierno federal está rogando que todos se vacunen lo más pronto posible.
A inicios de julio, Biden dijo: “Por favor, vacúnense ahora. Funciona, es gratis y nunca ha sido tan fácil”.
Más tarde, el mandatario también habló sobre quienes comparten información falsa sobre el coronavirus y las vacunas: “Están matando gente. La única pandemia que tenemos está entre los que no están vacunados”.
Incluso, ha propuesto pagar 100 dólares a los estadounidenses que se vacunen.
Y ante el rechazo de sus propuestas, Biden decidió que “los empleados federales sin vacunas” tendrán que “usar mascarilla y testearse”.
Porque sin importar que EE.UU. haya vacunado al 70% de la población mayor de 18 años al menos con una dosis, todavía no es suficiente para frenar el virus.
Para revertir la situación, la Casa Blanca ha reclutado a ‘tiktokers’ para promover la vacunación.
@elliezeiler Let’s talk covid vaccine with the expert ##madetosave
♬ original sound - Ellie Zeiler
Por lo menos, algunos estados y ciudades han buscado formas de protegerse contra la COVID-19. Por ejemplo, San Francisco ha reestablecido la “orden de usar mascarillas en lugares cerrados”.
Pero los escépticos parecen ser el gran problema. El gobernador de Florida, Ron DeSantis ha dicho:
“No vamos a cerrar, vamos a tener las escuelas abiertas, estamos protegiendo el trabajo de todos los floridanos”.
Esa es la verdadera pandemia.
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