En la nueva serie de Netflix, Javier Bardem da vida a José Menéndez. (PA MEDIA).
En la nueva serie de Netflix, Javier Bardem da vida a José Menéndez. (PA MEDIA).
BBC News Mundo

José Menéndez fue un empresario cubano que tuvo una carrera meteórica en la industria del entretenimiento.

Migró a Estados Unidos siendo apenas un adolescente y sin saber inglés luego de que Fidel Castro llegara al poder en la isla, y llegó a ser un ejecutivo de alto nivel en Hollywood y vivir en una mansión millonaria en Beverly Hills.

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Pero más que su éxito, lo que hizo reconocido su nombre fue su brutal asesinato junto a su esposa, Kitty, en 1989. Los artífices del crimen: sus hijos, Erik y Lyle.

El parricidio cometido por los hermanos Menéndez se convirtió en un fenómeno mediático en su momento, y la nueva serie de Netflix “Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez” revivió recientemente el interés por el caso.

Erik y Lyle fueron condenados a cadena perpetua y llevan más de 30 años en prisión.

En medio de la atención que ha generado la serie, un fiscal del condado de Los Ángeles anunció que se revisará el caso de los hermanos Menéndez para tener en cuenta nuevas pruebas, presentadas en 2023.

¿Pero quién era José Menéndez? ¿Cómo logró llegar a la cúspide de la industria del entretenimiento y cuáles son las acusaciones que aparecieron en su contra luego del asesinato? Te contamos.

El sueño americano

José Menéndez nació en Cuba en 1944.

“Era el único hijo varón de su familia. Su madre lo adoraba, y enfatizó tanto su machismo y su imagen masculina que él se convirtió un poco en un monstruo para sus propios padres. Era difícil controlarlo”, relató una vecina de la familia en un documental de ABC News.

Poco después de que triunfara la Revolución Cubana, en 1959, sus padres decidieron mandarlo a vivir a Hazleton, una pequeña ciudad en Pensilvania, en el ático de la casa de un pariente lejano. Tenía apenas 16 años.

Según documentó el periodista Robert Rand en su famoso libro sobre el caso, el padre de José era una estrella del fútbol y tenía una pequeña empresa de contaduría. Su madre era campeona de natación.

La afición por los deportes marcó la juventud de José, y luego también la forma como crio a sus hijos.

“Él creía que la vida se trataba de ganar”, describió en una entrevista Pam Bozanich, la fiscal del primer juicio de los hermanos Menéndez.

José y Kitty se conocieron mientras estudiaban en la universidad. (Getty Images).
José y Kitty se conocieron mientras estudiaban en la universidad. (Getty Images).

Al llegar a EE.UU. “estaba muy motivado a convertirse en la historia de éxito estadounidense”, según Bozanich.

Gracias a una beca deportiva, logró entrar a la Universidad de Southern Illinois. Allí, a los 19 años, conoció a Kitty.

Después de graduarse, José trabajó primero en una firma de contaduría, después en una empresa de contenedores, y luego consiguió un puesto como ejecutivo en Hertz, la reconocida empresa de alquiler de autos. Por ese trabajo, la familia se mudó a la costa este, donde crecieron Erik y Lyle.

Según un documental de ABC News de 2021, Kitty soñaba con convertirse en actriz, pero José no estaba de acuerdo con que trabajara. Así que terminó convertida en madre de tiempo completo mientras que él ascendía rápidamente dentro de Hertz, acompañado en ocasiones de una mala reputación por la forma en que trataba a sus compañeros de trabajo.

En palabras que le dijo su cuñado al periodista Robert Rand, “carecía alarmantemente de compasión y respeto por sus colegas y subalternos”.

En 1980, Menéndez saltó a la división de entretenimiento de RCA, una empresa propiedad de Hertz. Empezó poniendo en orden la división de música latina y pronto lo nombraron vicepresidente financiero, relata Rand.

Convertido en un ejecutivo de la industria de la música a pesar de no saber mucho del tema, firmó a artistas como la exitosa banda juvenil puertorriqueña Menudo, el dueto británico Eurythmics, que alcanzó la fama mundial poco después de firmar con la disquera para la que trabaja Mendéndez con su canción Sweet Dreams (Are Made of This), entre otros.

Rand cuenta que Menudo se convirtió en una obsesión personal para Menéndez, y que incluso acompañó a la agrupación en sus giras por Italia y Brasil.

El periodista Dominick Dunne, en un reportaje para la revista Vanity Fair, señaló que un desencuentro con un ejecutivo sénior de RCA hizo a José Menéndez abandonar la compañía.

Fue entonces cuando la familia se mudó a California, al otro extremo del país. Poco después, José comenzó a trabajar en una productora de cine, donde siguió consiguiendo dinero, y de sobra.

Primero llegaron a vivir a un suburbio de Los Ángeles de clase media alta, y poco después, se mudaron a Beverly Hills, a una lujosa mansión de millones de dólares con piscina, cancha de tenis y casa de huéspedes.

El hijo mayor, Lyle Menéndez, consiguió entrar a la prestigiosa Universidad de Princeton, según ABC News, ayudado por una generosa donación de su padre.

José Menéndez había conseguido el sueño americano, y a simple vista parecía tener una vida idílica junto a su familia.

Abuso y maltrato

Pero la realidad, de puertas para adentro, era otra, que realmente no se empezó a conocer sino hasta después de la noche del 20 de agosto de 1989, cuando Erik y Lyle dispararon contra sus padres hasta matarlos.

“La impresión que tuve del carácter de José Menéndez es que podía ser encantador cuando quería, pero su naturaleza era muy abusiva y era especialmente abusivo con sus hijos y su esposa”, describió en 2021 la fiscal Bozanich, quien reconstruyó el caso durante el primero de dos juicios que enfrentaron los hermanos Mendéndez.

“Todo el mundo describía a José Menéndez como alguien de quien deberías tener miedo”, expresó en una entrevista para ABC News Mary Jane Stevenson, una reportera que cubrió el caso.

Durante el juicio de 1993, Erik y Lyle revelaron que su padre abusó sexualmente de ellos, en el caso de Lyle desde que tenía 6 años, y en el de Erik durante más de una década.

Erik y Lyle durante el primer juicio, uno de los primeros en ser transmitidos por televisión en EE.UU. (Getty Images).
Erik y Lyle durante el primer juicio, uno de los primeros en ser transmitidos por televisión en EE.UU. (Getty Images).

Lyle describió, entre lágrimas durante el juicio, que, cuando le contó a su madre que su padre lo violaba, ella le dijo que estaba exagerando, y que José lo amaba pero tenía que castigarlo cuando él hacía las cosas mal.

El jurado del juicio no logró llegar a una decisión, por lo que vino un segundo juicio.

En este, el juez no permitió presentar las pruebas que daban cuenta del presunto abuso y los hermanos fueron condenados a cadena perpetua.

En una entrevista desde la cárcel en 1996, Erik describió la relación con su padre como “brutal, dolorosa y tortuosa”, pero agregó que aun así lo admiraba porque “era todo lo que me enseñaron que era el éxito, y pensaba que era la persona más poderosa y brillante que había conocido”.

Desde la condena a cadena perpetua de Erik y Lyle se han conocido nuevas pruebas que señalan a José Menéndez de ser un abusador sexual.

Una de ellas es una carta que presuntamente le habría escrito Erik a su primo Andy Cano, en la que hace referencia a los abusos de su padre.

“Nunca sé cuándo va a pasar y me está enloqueciendo. Cada noche me quedo despierto pensando en que va a entrar”, dice la carta que no se tuvo en cuenta en los juicios.

Por otra parte, el exintegrante de Menudo Roy Roselló reveló en 2023 que fue abusado sexualmente por parte de José Menéndez cuando tenía 14 años y hacía parte del grupo musical.

En la miniserie documental Menendez + Menudo: Boys Betrayed, Roselló cuenta que perdió el control de su cuerpo luego de tomar una copa de vino en la casa de los Menéndez en Nueva Jersey.

Según Roselló, no fue la única vez que fue abusado por el entonces poderoso ejecutivo.

Hoy, 35 años después de su asesinato, el nombre de José Menéndez, ejecutivo y presunto abusador sexual, vuelve a estar en la mira de las autoridades judiciales del condado de Los Ángeles que revisarán el caso a la luz de nuevas leyes y nuevas pruebas.

Para algunos, eso renueva la esperanza de los hermanos Erik y Lyle de que algún día puedan quedar en libertad.

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