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Francia quiere oficializar la siesta en el trabajo: qué busca la propuesta y qué países lo han hecho
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Francia quiere oficializar la siesta en el trabajo: qué busca la propuesta y qué países lo han hecho

Francia quiere oficializar la siesta en el trabajo: qué busca la propuesta y qué países lo han hecho

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El gobierno de anunció su intención de promover las siestas entre las empresas y centros educativos para combatir los problemas de sueño que sufren sus ciudadanos. Yannick Neuder, ministro de Salud del país galo, dio a conocer que su cartera prepara una serie de medidas para favorecer el descanso de los franceses, una propuesta que lleva algunas décadas en discusión.

En el 2007 el gobierno francés ya analizaba la introducción de la siesta en el trabajo, tras el informe de un grupo de expertos y una encuesta realizada el año anterior que indicaban que cerca de 10 millones de personas en el país europeo tenía problemas de sueño.

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Francisco Sanz

Por aquel entonces se experimentó con siestas de 15 minutos entre empresas voluntarias para estudiar la respuesta laboral.

A pesar de que la propuesta no terminó materializándose en una normativa, la idea en torno a la necesidad de este tipo de reposo ha seguido vigente y la propuesta actual recoge el testigo del plan iniciado en el 2007.

“No se trata de imponer medidas irrealizables, pero en ciertas empresas, dentro de la responsabilidad social corporativa, parecen haber empezado a reflexionar sobre el tema”, declaraba el ministro de Salud francés al presentar su plan de trabajo en torno al sueño.

Neuder hace referencia a que desde la segunda mitad de la década del 2000 varias empresas introdujeron espacios especialmente dedicados para el descanso de sus trabajadores y las más recientes oficinas de ‘coworking’ también han hecho cada vez más habituales esta clase de habitaciones.

La necesidad de descanso entre la fuerza laboral incluso dio lugar a iniciativas de negocio, pues en el 2011 se inauguró en París el primer “bar de siestas” de la ciudad, llamado , que tiene como principales concurrentes a oficinistas y, además de áreas de sueño, ofrece otros servicios de bienestar.

“En Francia es un tema un poco tabú, por eso la gente viene aquí a descansar un rato sin que se entere nadie en la oficina”, contaba el cofundador de Zen Bar a la agencia EFE poco después de la inauguración.

Datos más recientes de la estiman que uno de cada tres franceses duerme menos de seis horas por la noche, uno de cada cinco padecía de insomnio y la mitad de los ciudadanos siente que el estrés afecta su descanso.

El Ministerio de Salud local señala que el 45% de los franceses padece al menos un trastorno del sueño y que la problemática también está afectando a los menores, ya que un 30% de los niños y el 70% de los adolescentes padecen la falta de sueño.

“Los franceses duermen cada vez menos y peor. Esta tendencia se ha acentuado desde la crisis sanitaria, especialmente entre niños, adolescentes y jóvenes”, indica Yannick Neuder en la que presentó para abordar la problemática.

Las autoridades francesas apuntan que durante los últimos 50 años los franceses han perdido una hora y media sueño.

La siesta institucionalizada en el mundo

La siesta como se conoce en Occidente es herencia de los romanos y etimológicamente proviene de la “hora sexta” de ese pueblo, que corresponde al mediodía y es considerada habitual en diversos países de Europa, particularmente los mediterráneos.

La actividad es frecuente en otros territorios de clima cálido alrededor del mundo y, además de servir para dormir, es vista como una oportunidad para refrescarse, particularmente en entornos rurales.

En el ámbito europeo frecuentemente se mira a España cuando se habla de tomar siestas, debido al arraigo histórico que tiene esta costumbre entre la población. Sin embargo, dicho país no tiene normativas en torno a este tipo de descanso y la aparente “institucionalidad” cultural de la siesta no es aplicable a la mayor parte de la población en el presente.

Según un reporte de BBC que data de 2017, alrededor del 60% de los españoles no duermen nunca la siesta y solo el 18% lo hace algunas veces. Aunque la práctica parece mucho más habitual en las regiones rurales de España, la migración masiva a las ciudades y el ritmo de trabajo en estas han llevado a las cifras antes citadas.

El peculiar huso horario de España, no acorde a su posición geográfica, es citado por algunas personas como un factor que también influyó en los nuevos hábitos de los españoles.

Donde sí parece haber estar mucho más normalizada la siesta en el contexto laboral es en Asia, específicamente en Japón y China. Pese a que en ambos países las jornadas laborales son sumamente largas, es socialmente aceptable e incluso bien visto que los empleados tomen siestas en el horario de trabajo.

En Japón se conoce como ‘inemuri’ a las pequeñas siestas que tienen lugar en cualquier lugar: el transporte público, parques, estaciones y también los centros de trabajo. La tolerancia frente a esta costumbre proviene de una idea que relaciona este tipo de descansos con el trabajo arduo que lleva hacia ese estado.

Bajo esa premisa, diversas empresas tienen ambientes especialmente dedicados a que sus trabajadores puedan dormir.

Paradójicamente, la cultura nipona ve con mayor desaprobación el sueño excesivo en la cama propia a pesar de que un estudio del 2014 situaba a Japón como el país que menos dormía en el mundo, con un promedio de 6 horas y 35 minutos de sueño.

En China la premisa cultural detrás de la siesta en horario laboral es similar a la japonesa al verse como señal de trabajo arduo y diligencia. Incluso se podría interpretar que tiene rango de derecho en su Constitución que en su artículo 43 señala lo siguiente:

“Los trabajadores de la República Popular China tienen derecho al descanso. El Estado amplía las instalaciones para el descanso y la recuperación de los trabajadores, y prescribe horas de trabajo y vacaciones para los trabajadores y el personal”.

La siesta tradicional china, llamada ‘wujiao’, está particularmente estandarizada en gran cantidad de escuelas y centros de trabajo, los cuales cuentan con áreas de descanso y otros tipos de infraestructura para poder dormir.

El ‘wujiao’ se extiende aproximadamente por media hora y sirve para que los ciudadanos puedan afrontar las extensas horas de trabajo que caracterizan a su país.

No obstante, el sueño en general sigue siendo una deuda pendiente del gigante asiático, pues China es junto a Japón uno de los países que lidera la lista de menor tiempo de sueño entre sus habitantes.

En los países islámicos también existe una denominación tradicional para el descanso de mediodía: la ‘qaylulah’.

El término hace referencia de forma general a hacer reposo en el mediodía, pero es frecuente que se lo relacione directamente con dar una siesta, generalmente antes de orar. La actividad proviene de la tradición religiosa, citando que Mahoma la practicaba, y se considera beneficiosa para el trabajo y el espíritu.

En otros territorios como Latinoamérica y países como Italia o Grecia la siesta sigue siendo frecuente, aunque la práctica varía mucho en función de cada región y localidad.

Cambios en la jornada

Las horas de siesta no son la única medida con la que se ha buscado reformar el trabajo, pues la extensión total de las jornadas ha sido particularmente debatida y probada en lo que va del siglo XXI.

Francia actualmente tiene una jornada laboral de 35 horas tras una reforma en 2000.

Islandia experimentó con un horario similar al francés, con 36 horas semanales sin reducción de salario. Este nuevo patrón terminó siendo adoptado por el país y la modificación fue más allá, pues la jornada pasó a repartir esas horas en cuatro días.

El cambio no mostró impacto en la productividad, aunque el contexto islandés de adopción de nuevas tecnologías y la cultura laboral del país favorecieron la adaptación del nuevo régimen sin contratiempos.

Bélgica tiene una jornada de aproximadamente 38 horas semanales y su legislación permite al trabajador elegir una semana laboral de cuatro días. No se trata de una medida fija, pues los empleados pueden negociar otros términos como la ampliación del horario o la repartición de sus horas de trabajo en cinco días.

Las largas jornadas laborales pueden afectar a la salud mental y a las relaciones personales. (Pexels)
Las largas jornadas laborales pueden afectar a la salud mental y a las relaciones personales. (Pexels)

Otros países con jornadas de 38 horas o menos son Australia, Dinamarca y Noruega, por citar algunos casos. En Países Bajos la jornada laboral promedio va desde las 36 hasta las 40 horas semanales, pero el gobierno no admite más de 60 horas semanales.

Estados como Reino Unido y Portugal han llevado a cabo pruebas y aprobado ensayos para comprobar la conveniencia de reducir la jornada laboral, mientras que España analiza brindar estímulos a las entidades que apuesten por menos hora de trabajo para sus empleados.

El rango latinoamericano se sitúa entre 40 y 48 horas semanales. Países como México o Colombia buscan reducir sus horarios de trabajo, mientras que territorios como Panamá o Nicaragua se sitúan bastante por debajo de la media regional con poco más de 36 horas semanales.

Recientemente, la revista Nature Human Behaviour publicaba una investigación que citaba los beneficios que suponía la reducción de la jornada laboral a cuatro días sin afectar al sueldo: mejor rendimiento, menos problemas de sueño y fatiga, junto a una sensación de mayor satisfacción laboral.

El estudio se realizó entre 2.900 personas de países como Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Reino Unido, Irlanda y Estados Unidos

Necesidad básica

El sueño es una necesidad básica y su duración varía según la edad, pues mientras los bebés requieren entre 12 y 18 horas de descanso, los adultos en edad laboral descansan en rangos de entre seis y ocho horas.

Tomar una siesta ayuda a mejorar la memoria. (Foto: ThinkStock)
Tomar una siesta ayuda a mejorar la memoria. (Foto: ThinkStock)

En el contexto laboral, la falta de sueño puede ser un factor de riesgo para ciertas patologías. Por citar un caso específico, los pacientes que sufren de epilepsia no pueden laborar en horario nocturno, pues dicha actividad supone un riesgo potencial de convulsiones.

Un estudio de la NASA determinó que una siesta de 26 minutos podía mejorar el desempeño de un trabajador y llevaba que se cometiera un 36% menos de errores en el trabajo. Esto llevó a que se popularizara el término “siesta del astronauta” como margen recomendado para un breve descanso.