La parte norte de Italia, una de las más ricas del país, está cansada de los migrantes que solicitan asilo, pero, en una de las regiones más pobres, en Cerdeña, están dando todo para vestir y alimentar a las familias de refugiados.
 
De pie en medio de montones de zapatos, camisetas, pijamas y baberos de bebé, Susanna Steri describe cómo tuvo que pedir a los habitantes de Carbonia dejar de traer donaciones para los hombres de 90 y pico, las mujeres y los niños de Sierra Leona y Nigeria.
 
"Sólo tuvimos un aviso y muy pocas horas  para prepararnos" dijo Steri a la AFP, describiendo el fin de semana del 30 de mayo, después de las llamadas de socorro, que daban cuenta de 22 barcos en el Mediterráneo, donde rescataron 4.200 migrantes y fallecieron 17 personas.
 
Steri se le dijo que de las 900 personas que se trajo a la isla, el centro de ENAP -una vez utilizado para enseñar a los jóvenes los oficios tradicionales- se reciben 90 con necesidad de vivienda de emergencia, incluyendo un bebé de cuatro meses de edad.
 
A pocos kilómetros de la costa de las playas, donde los turistas atracan sus yates para remar en aguas cristalinas, los desempleados rodaron sus mangas.
 
El colapso de la industria de la minería del carbón de la zona, seguido en 2012 por el cierre de la compañía de fundición de aluminio Alcoa, ha impulsado el desempleo juvenil en la provincia de Carbonia-Iglesias, en el suroeste de Cerdeña, a un pico de 73,9%.
 
Vea este video de la agencia AFP para conocer más.

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