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El príncipe Harry busca acercarse a su familia: la invitación a unos juegos deportivos y unos obstáculos casi insalvables
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Diversos reportes de medios británicos señalan que el príncipe Harry invitaría a la familia real del Reino Unido a los Juegos Invictus del 2027 con la esperanza de una reconciliación que parece muy complicada en estos momentos.
El duque de Sussex buscaría retomar la relación con su padre, el rey Carlos III, y con su hermano, el príncipe Guillermo, después de un accidentado alejamiento de la casa real marcado por una polémica autobiografía, entrevistas explosivas y hasta un juicio.
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Los Juegos Invictus fueron creados por iniciativa del príncipe Harry y son una competencia deportiva multidisciplinaria en la que participan veteranos de guerra que sufrieron lesiones durante su servicio. La primera edición tuvo lugar en el 2014 y se realizó en el Parque Olímpico de la Reina Isabel, ubicado en Londres.
Voluntad de acercamiento
Medios como el diario The Telegraph indican que correos electrónicos serían enviados al Palacio de Buckingham durante este mes de junio y más adelante se procedería con invitaciones de carácter más formal a los Juegos Invictus para el monarca y el príncipe heredero.
El medio antes citado indica que fuentes del palacio señalaban que “una posible reconciliación” había sido discutida entre los funcionarios de alto rango y los asesores consideraban que el evento era una oportunidad propicia para “tender puentes” en la familia real.
No obstante, el mismo reporte daba cuenta de la preocupación de los funcionarios de la casa real a raíz de las declaraciones y publicaciones previas del príncipe Harry. Se teme que cualquier conversación privada que sostengan el príncipe y su padre pueda llegar a los medios en un momento en el que Carlos III atraviesa problemas de salud. Desde el Palacio de Buckingham no están dispuestos a más filtraciones por parte de Harry o de su esposa, Meghan Markle.
El mismo duque de Sussex es consciente de la influencia que puede tener el equipo de seguridad del rey, pero ha insistido en que desea mejorar su relación con él.
“Adoraría reconciliarme con mi familia, no hay razón para continuar peleando más y la vida es algo precioso. No sé cuánto le queda a mi padre... Él no me hablará por este tema de seguridad”, había declarado el duque de Sussex en una entrevista con BBC News a inicios de mayo.

Una primera oportunidad de acercamiento habría tenido lugar también en mayo durante la misa del décimo aniversario de los Juegos Invictus en la Catedral de San Pablo en Londres, que contó con la asistencia del actual círculo de confianza del príncipe Harry, que incluye a algunos miembros de su familia materna como su tío Earl Spencer.
Sin embargo, fueron notorias las ausencias de sus familiares provenientes de la realeza. La BBC puntualizó que aquel día el rey se encontraba participando de otro evento a pocos kilómetros de la misa en la que se encontraba su hijo. Los asesores del duque de Sussex indicaron que la agenda de Carlos III ya estaba ocupada en el momento en el que se hizo la invitación y que ello impidió su presencia en la catedral.
Más allá de la apertura al diálogo que pueda tener el príncipe, la entrevista a la BBC antes mencionada causó malestar al interior de la corona, particularmente cuando el príncipe afirmó que no sabía “cuánto tiempo le quedaba” a su padre.
“Para un hijo que dice querer una reconciliación familiar, es ciertamente una curiosa formar de tender puentes”, indicaban a la prensa fuentes del Palacio de Buckingham, que calificaban tales comentarios como “de mal gusto”.
En mayo, el príncipe Harry perdió el juicio que había entablado en contra del gobierno del Reino Unido luego de que este le retirara el equipo de seguridad permanente del que disponía cuando se encontraba en suelo británico. La justicia de ese país respaldó la decisión de reducir la seguridad de duque de Sussex luego de que este abandonara sus deberes como miembro de la familia real y se mudara a Estados Unidos.
A inicios de junio Reuters indicó que Harry había considerado cambiar su primer apellido al de su madre, Spencer, debido a las demoras que había en la entrega de los pasaportes británicos de sus hijos y que el príncipe adjudicaba a un “bloqueo” de funcionarios del Reino Unido a la inscripción de los menores con el apellido Sussex junto al calificativo de “su majestad”. La agencia citó a un informante anónimo que señalaba que el tema había sido discutido por el príncipe con su tío Charles Spencer.
Este hecho, sumado a otras declaraciones en la entrevista a BBC mencionada líneas arriba, parecería haber sentado mal dentro del Palacio de Buckingham. Entre otras cosas, el duque de Sussex decía “saber los nombres” de las personas responsables de las medidas de seguridad en torno a su padre y él desde la casa real y que temía que se “repitiera la historia”, en referencia a la muerte de su madre, la princesa Diana.
La reciente elección de Emily Robinson como jefa de relaciones públicas del príncipe Harry y Meghan Markle tampoco sería del agrado de los oficiales a cargo de velar por la casa real. Antes de trabajar con los duques de Sussex, Robinson fue ejecutiva de Netflix y estuvo a cargo de promocionar la serie “The Crown”, que retrataba a la familia real británica de una forma poco favorable.
Posibilidades reales
Para Arnaldo Mera, historiador de la PUCP y experto en la realeza europea, es complicado que se concrete el contacto entre el príncipe Harry en medio de la situación actual.
“En términos plenos, es muy difícil (que se permita el diálogo con el rey) mientras el príncipe Harry no retome sus responsabilidades como tal para la corona británica”, comenta.
“Ellos (los duques de Sussex) en este momento están considerados fuera de la familia real, no han sido invitados a eventos como el cumpleaños oficial del rey. Esto es importante porque se trata de una ceremonia muy particular al ser el encuentro del monarca con la nación, y donde él y su familia se presentan ante su pueblo”, añade Mera.

Según indica el especialista, la condición del rey como jefe de Estado implica un protocolo al que el duque de Sussex debe someterse como un ciudadano más, a lo que se añade que el temor a que cualquier comunicación privada se filtre es también motivo suficiente para que el príncipe se tenga que ceñir a los lineamientos oficiales sin los privilegios que tenía antes.
Asimismo, a diferencia de otras casas reales, como la española en la que se hace una diferenciación oficial entre la “familia real” y la “familia del rey”, en Inglaterra la familia real es vista de forma unitaria y ello hace que la gestión de la situación de Harry y Meghan Markle sea más compleja.
“En España la familia real viene a ser el rey junto a las infantas, quienes representan al Estado. Las hijas del rey emérito ya no pertenecen a la familia real actual desde hace once años”, explica Mera. “En el caso del Reino Unido tal distinción va a tener que existir en el momento en que el príncipe Guillermo se convierta en rey”, añade.
El historiador argumenta también que la institucionalización del alejamiento de Harry y su esposa de la casa real tiene implicancias de cara a la opinión pública, debido a que los ciudadanos son celosos al velar por el gasto que supone la corona.
“El pueblo británico es muy consciente de que a la familia real se le entrega una suma muy alta, que son los impuestos para representaciones, que (en el caso de Harry y Meghan Markle) están en suspensión porque ellos mismos han decidido dejar de trabajar para la casa real”, comenta Mera.
Más piedras en el camino
A lo anterior se debe sumar que los Juegos Invictus, en los que el príncipe busca reunirse con su familia paterna, han quedado fuera de la cobertura de la casa real tras el alejamiento de Harry, por lo que ahora se consideran un proyecto individual del segundo hijo de Carlos III. Esta situación complica institucionalmente la presencia del rey de cara al evento, sobre todo teniendo en cuenta que el monarca tiene fama de planificar con gran anticipación su agenda.
Finalmente, la separación de Harry de la corona también abre la interrogante del rol de sus hijos como potenciales herederos al trono, situación que a juicio de Arnaldo Mera va a obligar a los duques de Sussex a tomar una decisión con respecto a su residencia actual en Estados Unidos.
“Se sabe que el rey quiere ver a sus nietos desde que lo diagnosticaron con cáncer, él quería ver a su familia de nuevo, pero no hubo ese acercamiento”, comenta. “Los niños tienen derecho al trono igual que su padre y en cierto momento de su vida deberán tener una educación pertinente”, agrega Mera.











